Alejandro Bermejo, la muerte de un político que nunca olvidó sus orígenes
Falleció Alejandro Bermejo, que dejara su marca en Maipú y en el peronismo mendocino. El visceral de un duo con Adolfo, su hermano, que se mostraba como su complemento conciliador. Una sorpresiva afección que lo tomó en plena tarea legislativa.
Alejandro Bermejo garantizaba en Maipú el nexo del peronismo con los sectores populares. Junto a su hermano, Adolfo, abrazaban a sectores diferentes de la población, cada quien con su personalidad particular y su llegada diferenciada. Con ellos contaba el actual intendente Matías Stevanato para sostener la continuidad de un peronismo que ganó siempre en Maipú, junto con Francisco Chiqui García y el fallecido Hugo Bordín.
Suarez, "consternado" tras el fallecimiento de Alejandro Bermejo
Se recibió de Técnico Químico y en Petróleo en la Escuela Técnica Industrial Emilio Civit de su departamento y era el título educativo que lo acompañó a lo largo de su vida.
Visceral, lo demostró no solo como simpatizante de Boca Juniors y de Gutiérrez Sport Club, sino en muchas actitudes. "Es quien va cuando hay un reclamo vecinal y le pone un corte, charlando con los vecinos, haciendo bromas", recordó un referente de la actual gestión. Pero también se vio su carácter cuando renunció a la banca de diputado nacional en 2021 que había ganado en 2019. Le quedaban dos años todavía. Y así y todo presentó una cantidad inusual de proyectos de ley, los que realmente valen (ver aquí).
Sus hijos "lo podían". Juan Carlos Jaliff, el veterano dirigente radical, valoró en diálogo con Memo el espíritu familiero de los dos Bermejo. "Yo he sido más amigo del Adolfo, por cosas de la vida, pero con Alejandro siempre tuvimos charlas sobre nuestros hijos. Él ha ido a sesionar con su hija enferma esperándolo en el auto hasta que votara. Y volvía con ella a acompañarla", recordó.
Es que le tocó a Jaliff ser uno de los testigos del dolor de cabeza que le advirtió que estaba sufriendo un derrame cerebral en la sesión de la Asamblea Legislativa del 1 de mayo pasado, cuando fue asistido en la Cámara por la ministra de Salud, Ana María Nadal, y trasladado de urgencia a la Clínica de Cuyo, en donde primero hubo esperanzas y luego, su cuerpo no fue resistiendo. Hasta que falleció.
Sus padres fueron Adolfo Bermejo y Caridad Hernández. Se casó con Cecilia Fernández y tuvo dos hijas, Carelí y Sofía, y un hijo, Lautaro. Su nieta se llama Isabella.
Una vez el director de un diario vio por el vidrio difuso que alguien caminaba fuera de su oficina, que permanecía cerrada. Pensó que buscaban a otro, porque no le habían avisado. Pasado un buen rato, salió a ver quién era y qué aguardaba con tanta paciencia. Era Alejandro Bermejo que quería hablar con él.
Sin hacer valer su alto rango institucional, solo se quedó esperando a que el director saliera por cualquier cosa y se lo topara. Quería decirle algo.
Profundas muestras de dolor por la muerte de Alejandro Bermejo
Aquel diario valora más lo que se la llama "cloaca" de foristas opinando barbaridades todo el tiempo, porque la gente con morbo se mete a leer más los comentarios que las notas. Allí habían dejado alguna mención deshonrosa hacia alguno de sus hijos. Bermejo solo dijo: "Métanse todo lo que quieran conmigo, pero si hay algo que aclarar sobre mis hijos, prefiero hacerlo antes de cualquier sátrapa los use en mi contra". Era una barbaridad y circulaba publicada. Corregido el error, se quebró. Y su advertencia marcó un antes y un después: tenía razón con respecto a esa maña de los portales de curiosidades. Esto jamás se contó. Él nunca se quejó en público ni despotricó. Y todo eso lo marca como ser humano.
Los hermanos Bermejo
Desde chicos, Alejandro y Adolfo fueron dos hermanos típicos que hicieron changas juntos, repartiendo soda, y que se prestaban la bicicleta para visitar y coquetear con las pibas. Esto los llevó algunas veces a cruzarse entre ellos, tal como lo contaron en algunas entrevistas intimistas en tiempos en que hablar un poco más a fondo con los políticos era posible.
La vida pública
En plena adolescencia se sintieron convocados por el peronismo. Ambos subieron por los escalones básicos de la representación democrática, empezando por cargos de asistentes y luego, votados por la gente, siendo concejales. Primero fue intendente Adolfo y luego, le tocó a Alejandro.
Su primer trabajo institucional al que lo llevó la política fue como secretario privado de la Intendencia de Maipú (1986-1989) durante el mandato del primer intendente de la democracia, Hugo Bordín. Fue también secretario privado de la Intendencia de Maipú (1989-1997) en el gobierno de Chiqui García.
Durante la gestión de su hermano Adolfo, fue director de Relaciones Institucionales y Voluntariado (1997-1998); director de Intendencia (1998-1999), director general de Promoción y Desarrollo Comunitario desde 1999 a 2002.
En 2001 fue elegido concejal pero no asumió. Se dedicó a la actividad privada. Luego, fue secretario de Gobierno de Maipú (2004-2010) y elegido concejal en las elecciones de medio término de 2009. En esa oportunidad, como Adolfo se presentó como candidato al Congreso de la Nación, dejó la intendencia a manos de Olga Bianchinelli, quien era la presidenta del Concejo Deliberante. Cuando a fines de abril y principio de mayo se produjo el recambio de ediles, Alejandro asumió como concejal, fue electo presidente del Concejo y quedó a cargo de la intendencia de forma interina hasta fines de 2011.
Fue electo intendente de Maipú en dos oportunidades (2011-2015 y 2015-2019). En 2019 fue precandidato a la gobernación con la sanrafaelina Cristina Da Dalt como compañera de fórmula y perdió en las PASO del que también se llamó, como ahora, Frente Elegí contra la fórmula de Anabel Fernández Sagasti-Jorge Tanús.
Fue diputado nacional (2019-2021). Fue electo senador provincial (periodo 2022-2026), donde actualmente ejerció la vicepresidencia de la Cámara. Desde diciembre de 2022 presidía el PJ de Maipú.
Las repercusiones por la muerte de Alejandro Bermejo