La curiosa reacción del youtuber Luis Trumper ante la explosión del cohete Starship

Mientras todos aplaudían el despegue de la nave que irá a la Luna, Luis Trumper advirtió una situación anormal, tal como había anticipado el día anterior.

Cuando todos aplaudían los primeros segundos del cohete Starship en su lanzamiento, el youtuber Luis Trumper dudó. Él, junto a más de 6.000 personas, estaban viendo en vivo el evento a través de su canal, Ecos de un mundo estrellado. Con la experiencia como aliada, Trumper advirtió que la nave diseñada por SpaceX, la empresa de Elon Musk, tenía un comportamiento inusual. "¿Eso es normal?", preguntó, segundos antes de advertir: "Algo está saliendo mal". Y así fue: el cohete explotó.

Explotó en el aire el cohete Starship, de Elon Musk

El lanzamiento del Starship es el primero de muchos planeados por SpaceX de cara al viaje a la Luna a finales de 2025 junto a la NASA. El objetivo de este vuelo era demostrar la capacidad de Starship para alcanzar velocidades y altitudes similares a las requeridas para misiones espaciales reales, como el transporte de astronautas a la Luna o a otros destinos en el espacio profundo. Inicialmente, se iba a lanzar el martes, pero una válvula se congeló y retrasó todo.

Así, el cohete más grande del mundo se dispuso a salir en su primer vuelo este jueves. Con Elon Musk y su tropa mirando en vivo, los primeros segundos del despegue fueron espectaculares. "¡Impresionante lo que estamos viviendo!", celebró Trumper en la transmisión en vivo.

Sin embargo, el youtuber detectó después del "paso de ballet" que hacía el cohete que las cosas no estaban saliendo según lo planeado. "Algo está saliendo mal, está rotando locamente", advirtió. Segundos después el Starship explotó.

La explosión del Starship de Elon Musk

En su canal, dedicado a difundir la astronomía y la exploración espacial, Trumper había advertido el miércoles sobre las posibilidades de algún fallo. Aunque nunca se imaginó el desenlace con la explosión, el miércoles contó que era probable que, si el vuelo salía, hubiera inconvenientes. "Ya sea una limpieza, un despegue o un desmontaje rápido no programado (una explosión), la emoción está garantizada", explicó.

Esto también había sido anticipado por el propio Elon Musk. El domingo, durante un evento en la red "Twitter Spaces", advirtió que era "un vuelo muy riesgoso": "Es el primer lanzamiento de un muy complejo y gigantesco cohete. Hay un millón de formas en las que puede fallar. Vamos a ser muy cuidadosos y si vemos cualquier cosa que nos preocupe, lo pospondremos", declaró el empresario.

¿Por qué lanzarlo si había tantas chances de que fallara? Porque era un vuelo de prueba. Apenas explotó el cohete, Trumper dijo: "No importa. Hay que aplaudir de todas maneras. Es una primera prueba. Un final inesperado, pero bueno: muy bien, muy bien, ahora van a estudiar el por qué, las razones. Se viene todo un período de investigación para saber qué es lo que pasó".

"Elon Musk no debe estar muy contento, pero era esperable", ponderó el youtuber cuando la cámara mostró al fundador de SpaceX. Horas después, Musk ratificó esa sensación: "¡Felicitaciones al equipo @ SpaceX por el emocionante lanzamiento de prueba de Starship! Aprendí mucho para el próximo lanzamiento de prueba en unos meses", tuiteó.

¿Éxito o fracaso?

¿Por qué, en medio de las llamas y la caída del cohete, se multiplicaron los aplausos? Hay muchos argumentos contra las celebraciones. En primer lugar, la falla fue la más inesperada de todas: a diferencia de otros cohetes, el Starship se desprende de la primera etapa Super Heavy al girar sobre sí mismo, desenroscándose como la tapa de una botella. El mecanismo fue probado mil veces y, sin embargo, hoy no funcionó.

Por otro lado, el costo del lanzamiento fue gigante. Desarrollar una sola Starship cuesta 3.000 millones de dólares. Además, a diferencia de las próximas naves, no se piensa recuperar las partes que hoy cayeron al mar.

La misión, igualmente, fue un éxito. Porque el objetivo era probar el despegue y la primera etapa, y de ahora en adelante habrá muchas más pruebas -y quizás fracasos- hasta tener la nave definitiva que llevará a los astronautas a la Luna a finales de 2025. De hecho, SpaceX ya fabricó siete propulsores principales del cohete y 24 unidades de la parte superior. Y ya hay más en construcción.

Con cada aprendizaje, SpaceX espera llegar al objetivo de que un Starship cueste solo 10 millones de dólares en fabricar, y que sus partes sean reutilizables para usarlas hasta en varios vuelos por día. Así que, como dijo Trumper, hay que aplaudir de todas maneras.

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