Portezuelo del Viento: una historia de coherencias
Escribe la senadora nacional Mariana Juri.
Portezuelo del Viento es mucho más que una obra que el maltrato del Gobierno nacional con Mendoza nos impidió concretar. Es también una síntesis de las trayectorias y de las coherencias de las dos principales fuerzas políticas de Mendoza en los últimos años.
Por una parte, la coherencia del kirchnerismo mendocino que, no sólo no acompañó al gobernador Rodolfo Suarez en su pelea por la causa de Mendoza ni utilizó sus influencias y cercanía político-partidarias con Cristina y Alberto, sino que desde hace 15 años funciona más como un representante de los intereses del Gobierno nacional en la provincia, que como un defensor de Mendoza.
-El kirchnerismo local no defendió a Mendoza durante todos los años en que hicieron una distribución injusta, arbitraria y discrecional de los fondos nacionales, Adelantos del Tesoro Nacional (ATN), beneficiando a provincias amigas y mal administradas en perjuicio de Mendoza.
-No acompañó al Gobernador cuando se intentó comprar respiradores durante la pandemia, o se opuso a la absurda cuarentena interminable de Alberto que no hacía más que dejar a nuestros chicos sin escuelas y a nuestros comerciantes, empresarios pymes y productores sin posibilidad de seguir trabajando.
-No acompañó los reclamos que hemos realizado por los fondos del Plan Nacional de Manejo del Fuego que siguen sin llegar a nuestra provincia.
-No se puso del lado de los productores cuando, más allá de los anuncios, nunca llegaron del Gobierno nacional los fondos para las heladas.
-No acompaña medidas fuertes que impulsa Rodolfo Suarez para ordenar las cuentas públicas, asegurar el orden fiscal, disminuir los impuestos y el costo de la política con la reducción de la mitad de los legisladores a través de la Reforma Institucional o introducir reformas significativas en educación, justicia y seguridad.
De hecho, el kirchnerismo impulsa proyectos, como el de Alcohol Cero, que son demagogia pura sin una propuesta integral, que eleve multas, masifique controles viales y mejore la infraestructura.
Por otra parte, se observa con claridad la coherencia del trabajo del gobierno de Rodolfo Suarez y su equipo para defender a Mendoza. En el caso específico de Portezuelo, se diseñó un plan claro, estratégico, responsable y sin improvisaciones. Tuvo la capacidad de anticiparse, de evaluar el posible escenario de un Gobierno nacional que brinda a diario muestras que siempre hará algo más para perjudicar a Mendoza.
Este buen criterio incluyó no caer en la tentación de adjudicar la obra aún cuando las presiones políticas y económicas de algunos sectores sobrevolaban por esos días.
De haber seguido el camino de quienes decían que había que adjudicar sin más, hoy Mendoza tendría no sólo los fondos inmovilizados y no aptos para realizar otra obra, sino también tendría que soportar acciones legales en su contra y enfrentar pérdidas millonarias.
Coherencia y estrategia también para buscar en paralelo obras alternativas como el dique El Baqueano, para que el proceso de inversión de fondos no sufra más demoras. Firmeza para defender los intereses de los mendocinos, aún y a pesar de los cantos de sirena.
Firmeza y decisión para reclamar el laudo y solicitar oportuna y reiteradamente pronto despacho de los mismos. Aún cuando el kirchnerismo local hacía fila para indicar erróneamente que no correspondía. De no haber interpuesto esas medidas el Gobierno nacional seguiría dilatando el tema, como lo hace con tantos otros, porque no tiene rumbo. Porque ha perdido total conexión con los ciudadanos.
La única excepción a este comportamiento es la situación judicial de Cristina. Esas acaban de ser los primeros temas con los que comenzaron el año Alberto y Cristina y que, por coherencia, irán acompañando con el correr de las horas los peronistas de Mendoza.
En contraposición, las gestiones de Cambia Mendoza al frente del gobierno exhiben con orgullo su coherencia y su vocación por defender y transformar Mendoza. La gestión de todo el proceso relativo a Portezuelo es una muestra, pero no la única.
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Las transformaciones en materia de educación, justicia y seguridad, las reformas institucionales como Boleta Única, el impulso de una reforma institucional profunda que disminuya los costos de la política y asegure el equilibrio fiscal son ejemplo de esa palpable coherencia de la que estamos orgullosos los mendocinos.
Portezuelo es una enseñanza. Un aprendizaje. Un instrumento para saber a ciencia cierta, en los hechos, y no en las palabras y los relatos, quién defiende a Mendoza y quienes no a lo largo de los años. No solo en la última jugada, el último mes o el último posteo en redes sociales.
En unos meses tendremos la oportunidad de elegir autoridades.. Lo haremos entre quienes estén dispuestos a defender los intereses de Mendoza y quienes optaron por estar al servicio exclusivo de Alberto y Cristina, que lideran un gobierno que a cada minuto demuestran su desprecio por Mendoza y los mendocinos.
Mi compromiso como Senadora Nacional seguirá en la línea de la defensa irrestricta de Mendoza, en la convicción que es ante un poder central que no nos respeta ni considera, donde debemos seguir dando esta batalla.