Aunque se lo pidieron, confirman que Boric se negó a firmar la carta de apoyo a Castillo

El presidente chileno fue contactado por sus pares de Colombia y México, pero se negó a firmar el documento en apoyo al presidente que intentó un golpe de Estado en Perú.

El presidente chileno Gabriel Boric tuvo otro gesto esta semana que muestra su decisión de mantener distancia de las manifestaciones de sus pares de izquierda en la región y, especialmente, de la Argentina.

México, Bolivia, Argentina y Colombia firmaron esta semana en apoyo al ex Presidente de Perú, Pedro Castillo, pese a su intento de provocar un autogolpe de Estado.

Pese a que los impulsores del texto, México y Colombia, intentaron conseguir el apoyo de Chile, la respuesta de la cancillería fue negativa, en un gesto que llamó la atención en círculos diplomáticos, toda vez que evidenció un primer gesto de desavenencia del Ejecutivo con los gobiernos progresistas de la región. 

Según indicó Emol, la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, detalló en una entrevista con el programa Mentiras Verdaderas, parte de la postur, explicando que "existen normas constitucionales, existen reglas del juego, y esas normas el Presidente Castillo no las respetó". 

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La opinión de La Moneda siguió la línea marcada por otro líder de izquierda, el próximo líder de Brasil, Lula da Silva, quien apenas se inició la crisis peruana emitió un comunicado en el que apoyó la destitución de Castillo, asegurando que "todo se llevó a cabo dentro del marco constitucional". 

La coincidencia con Lula y la diferencia que sostuvo con los países que respaldaron a Castillo, elevó la interrogante sobre qué camino tomará la estrategia regional de Boric. Sus primeros nueve meses de mandato han estado marcados por sus intentos de generar una convergencia más allá de las posiciones ideológicas de cada nación. 

En el caso de Lula, los expertos dicen que si bien es conocido por ser uno de los impulsores de instancias como Unasur, también actúa de acuerdo con los intereses de la política exterior brasileña. 

Quienes siguen de cerca las relaciones con Brasil, creen que existen grandes opciones de que Boric termine más cercano a Lula que del resto de los gobiernos progresistas de América Latina, pero coinciden en que aún es prematuro pensar en una nueva configuración de poder en la región. 

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