Alfredo Di Stéfano, el crack que nunca jugó un Mundial

El ídolo del Real Madrid jugó para las selecciones de Argentina y España, pero por distintos motivos nunca llegó a participar de una Copa del Mundo.

Gustavo Cairo

La figura rutilante del Museo del Real Madrid es Alfredo Di Stéfano. El hall central del lugar está dedicado al astro argentino. Una pantalla interactiva muestra un video cuyo título es "Alfredo Di Stéfano y Santiago Bernabéu, dos hombres que cambiaron la historia del Real Madrid". Claro, uno como jugador y el otro como dirigente. El club explicita de esa manera que entre los enormes jugadores que vistieron la gloriosa camiseta blanca a lo largo de su historia, Di Stéfano está solitario en la cúspide. Alfredo es presentado allí como "La leyenda".

Johan Cruyff, referente de su archirrival Barcelona y el corazón de la naranja mecánica holandesa, dijo: "Fue mi único ídolo, siempre quise ser como él"; Franz Beckenbauer lo consideró "el jugador más completo de la historia". El propio Pelé, lo definió como "un jugador incomparable". Destacados técnicos del fútbol europeo lo han puesto en el pedestal. Helenio Herrera dijo: "Pelé era un violín, pero Di Stéfano era la orquesta entera" y Arrigo Sacchi manifestó: "Di Stéfano fue para el fútbol como el salto del cine mudo al sonoro".

Alfredo, apodado "La Saeta Rubia" por su enorme velocidad y su ascendencia italiana, francesa e irlandesa, debutó en la primera de River en 1945 a los 17 años. Ese equipo era la famosa Máquina, que ya venía jugando desde 1941, con Ángel Labruna, Adolfo Pedernera, el Charro Moreno, Lousteau y Muñoz. Di Stéfano siempre sostuvo, que esa fue la mejor delantera de la historia. Allí conoció a quien sería su ídolo, Adolfo Pedernera, de quien copió el estilo del 9 tirado atrás, que él llevó años después a Europa, haciendo una revolución. Al año siguiente River lo cedió a Huracán, regresando al club de Nuñez en 1947 con 19 años e incorporándose ya como titular a la gloriosa Máquina, obteniendo el campeonato y siendo además, el goleador del torneo con 27 goles.

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Al año siguiente en 1948, un conflicto provocado por la intromisión política del peronismo en el fútbol, desencadenó una huelga de jugadores que interrumpió el campeonato, que fue finalizado por juveniles. El gobierno a través del Ministerio de Trabajo, les puso un tope salarial a los futbolistas, que los dejaba muy por debajo de lo que se ganaba en otros países sudamericanos. Eso provocó una emigración en masa de las grandes estrellas de los distintos clubes, vaciando la atractiva y poderosa liga argentina por muchos años. Moreno se fue a Chile, Pedernera y Di Stéfano al Millonarios de Bogotá, junto a otros 55 jugadores que poblaron distintos clubes colombianos. En Colombia es reconocida la revolución que hicieron estos jugadores en su fútbol. Millonarios ganó 3 títulos entre 1949 y 1953. Di Stéfano es considerado en aquel país, como el más grande jugador que haya pisado los campos de juego cafeteros.

En 1952, Alfredo cruzó por primera vez el océano para jugar un amistoso entre Millonarios y el Real Madrid, al que vencieron 4 a 2. Di Stéfano, hasta ese momento desconocido en Europa, fue la gran figura del partido y marcó dos goles. Los dos grandes clubes españoles fijaron sus ojos en él. El Barcelona se adelantó y se lo compró a Millonarios, pero la FIFA no lo dejaba jugar por un problema jurídico, puesto que Millonarios y River se consideraban dueños de sus derechos.

El Real Madrid negoció con River y finalmente le ganó la puja a su archirrival. Así en 1953, con 27 años, debutó con el equipo blanco, que llevaba 20 años sin ganar una liga, dominada ampliamente por el Barça. Allí se produjo el flechazo para toda la historia. Con Alfredo, el Real ganó 8 de las 11 ligas que se disputaron entre su llegada y 1964, siendo 5 veces goleador del torneo. Además el club ganó en este período 5 Copas de Europa y él se quedó con el Balón de Oro en dos ocasiones. Años después, lo reconocieron con el Súper Balón de Oro, siendo el único futbolista que lo ha ganado.

Hasta aquí, la historia bastante conocida. Lo que me conmovió fue cuando el crack, ya anciano, en una entrevista con el diario El Mundo, manifestó con tristeza y resignación: "Y no jugué ni un Mundial...".

Al leerlo me propuse indagar qué había sucedido con ese hombre, que revolucionó el fútbol de los años 50, cuya leyenda llega hasta hoy, para no haber jugado nunca un Mundial siendo que en otra nota había dicho que uno de sus principales orgullos fue "cuando debuté con la selección argentina".

Alfredo hizo su debut con Argentina en 1947 con 21 años en la Copa Sudamericana jugada en Ecuador. Junto a Moreno, Pedernera y René Pontoni, obtuvieron el título equivalente a la actual Copa América. Fue el goleador del campeonato haciendo 6 goles en 6 partidos. Fue el único torneo que jugó con nuestra selección.

La copa de Brasil 1950 fue el primer Mundial que se jugó luego de la larga pausa provocada por la Segunda Guerra Mundial. Di Stéfano, estaba en su plenitud, con 24 años. Argentina tenía un equipazo. Había ganado las Copas Sudamericanas de 1945, 1946 y 1947. En esta última, con Di Stéfano en cancha, Argentina le ganó la final a Uruguay 3 a 1. Argentina no participó del Mundial del 50 a pesar de estar clasificada, por decisión del presidente Perón, a raíz de una pelea política con los brasileños. Así, tres años después de ser goleado por Argentina, Uruguay era campeón del mundo "maracanazo" mediante.

La siguiente Copa del Mundo, Suiza 1954, encontró a la Saeta Rubia siendo estrella del Real Madrid. Otra vez sucedió lo increíble. El caudillo justicialista, también por problemas políticos con otras federaciones, decidió nuevamente que Argentina no participara de la Copa del Mundo, frustrando nuevamente el debut de Alfredo en mundiales.

El propio Di Stéfano, muchos años después, dijo: "La Selección en esa época era buenísima. Lo que pasa es que Argentina jugó pocos partidos internacionales. Por hache o por be no jugaba mucho, por política o lo que fuera, no jugaba".

Muy cierto, Argentina pasó 24 años sin jugar un mundial por distintos caprichos y errores dirigenciales. Estuvo ausente desde Italia 1934 hasta Suecia 1958. Por propia decisión se perdió de participar en Francia 1938, a donde sólo mandó jugadores amateurs, Brasil 1950 y Suiza 1954. En 1957, un año antes del mundial de Suecia 58, Argentina ganó goleando y gustando el Campeonato Sudamericano jugado en Lima. Era el famoso equipo de los "Carasucias" que integraban Maschio, Angelillo, Sívori, Corbatta y Cruz. Argentina goleó en Lima a Brasil 3 a 0 y a Uruguay 4 a 0. Luego del torneo, el crack Omar Sívori fue vendido a Juventus con un pase récord y los goleadores Maschio y Angelillo al Inter. Entonces, insólitamente el presidente de la AFA decidió castigarlos por irse a jugar a clubes del exterior y excluirlos del plantel que viajó a Suecia 58, desarmando al equipo. Ninguno de los 3 pudo nunca defender la camiseta de Argentina en mundiales, a pesar de tener carreras brillantes en Italia. Sívori fue Balón de Oro en 1961 y continúa siendo una leyenda en Juventus y Nápoles. Angelillo en 1958 salió goleador de la liga italiana, 33 goles en 33 partidos, marcando un récord. Resultado, Brasil, después de haber sido goleado por Argentina en Perú un año antes, terminó siendo campeón mundial en Suecia 58, con el debut de un joven Pelé. Argentina sin sus grandes figuras se volvió en primera ronda. Di Stéfano, Sívori, Angelillo y Maschio se quedaron esperando la convocatoria. Años después, los tres últimos fueron convocados a la selección italiana y jugaron el mundial Chile 62, con el Bocha Maschio como capitán de Italia.

Volviendo a Di Stéfano, después de esas grandes frustraciones con nuestra Selección, por pedido del Madrid se nacionalizó español, para poder jugar la Copa del Rey. Así lo cuenta Alfredo: "Yo estaba jugando aquí (España) y me tenía que nacionalizar para poder participar en la Copa del Rey, y el club quería que yo jugara. Me eligieron para la selección... jugué 31 partidos y metí 28 goles". De hecho, fue convocado a la selección española a los 30 años. Le alcanzó para ser el máximo goleador histórico de esa selección hasta 1990, cuando fue superado por Butragueño. Pero tampoco pudo con España jugar un Mundial, puesto que cuando estaba por debutar en Chile 1962, se lesionó en el último partido previo al Mundial.

En definitiva, por razones ridículas e inentendibles, Argentina se privó de jugar varios mundiales contando con el indiscutido mejor jugador del mundo de esa época y con otras figuras rutilantes. Los brasileños agradecidos.

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Cuestiones ajenas al fútbol, frustraron que uno de los cuatro futbolistas más grandes de la historia, pudiera jugar un Mundial y defender la camiseta del país de sus amores.

Él, con gran entereza y con el acento argentino que nunca perdió, reconocía poco antes de su muerte, ante un diario español, que esa herida nunca había dejado de dolerle.

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