Aeroparque: otro desafío conjunto de dos comunas por recrear una gran ciudad

Desde hace tiempo se ha impuesto una modalidad de trabajo en las comunas del Gran Mendoza que pasa por afrontar obras que, necesariamente, superan la jurisdicción de una sola comuna para ser llevadas adelante al menos por dos de ellas. Es que la "mancha urbana", como suele graficar la arquitecta Eliana Bórmida cuando muestra a expansión del área metropolitana, podrá tener jefes políticos delimitados por calles o zanjones, pero termina siendo un solo bloque que reclama homogeneización y mejoramiento al nivel de quien mejor gestione entre todas las administraciones municipales que la componen.

Esa mancha que ha crecido en forma desordenada, a comenzado a ordenarse, a fuerza de normas y la puesta sobre la mesa de tensiones entre intereses públicos y privados. De tal modo es que hay fuerzas que tiran hacia diversos puntos cardinales: el este residencial luego del sur, en Luján, que explotó a nivel de barrio privados sin planificación previa en su momento y ahora comienza a regularizarse, un oeste que para la pelota para ver qué hacer con el piedemonte y una nueva zona de oficinas con nuevas modalidades de trabajo en el sudoeste, acompañado por la traza de una nueva ruta 82 que impactará de lleno.

Al oeste la Ciudad plantea deportes de montaña y centralización de la economía naranja, además de reordenar lo ya existente en materia residencial que, por ahora, registra más problemas del lado lasherino.

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Una obra que volverá a abarcar a ambas comunas vecinas es la ruta provincial 99, o Circuito Papagallos, en donde todavía resta vencer algunas resistencias vecinales insólitas que podrían frenar una obra de gran beneficio para toda la zona y de proyección para la metrópolis.

Es entonces cuando aparecen los puntos en blanco del centro del mapa. Uno de ellos es el terreno que ocupa el antiguo Aeroparque, una zona que comparten la Ciudad de Mendoza y Las Heras.

Otro lugar al que hay que mirar con detenimiento son los terrenos del Ejército, que están interrumpiendo la continuidad urbana de la capital mendocina.

Y uno que empezó a desarrollarse es el de los predios ferroviarios, los que sin embargo están en "veremos" con el traslado de los talleres tantas veces anunciados como no realizado, a lo que está supeditada la apertura del eje de calles Godoy Cruz y Rodríguez Peña que quedó trunca desde los tiempos de la intendencia de Víctor Fayad.

En cuanto al Aeroparque, es el espacio que empezará a despertarse más pronto. Ya se ha evaluado, en proyectos existentes, que allí hay que abrir calles que interconecten el espacio urbano, ciclovías, parques, además de consolidar servicios de seguridad, como la Base Cóndor de la Policía que actualmente funciona en el lugar, los bomberos y también espacios para viviendas y la posibilidad de radicación de espacios de trabajo que sean sostenibles y tecnológicos.

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La misma pista de la antigua aeroestación podría constituirse en una vía de comunicación norte, sur y viceversa que ayude a descomprimir el microcentro y redistribuir el tránsito, en todas sus modalidades.

Es un campo disponible para una recreación total del espacio urbano y un desafío que, de acuerdo a lo que indican los datos de la realidad, empezarán a abordar dos intendentes que quieren ser gobernadores de Mendoza: Ulpiano Suarez y Daniel Orozco.

No partirán desde cero, porque hay relevamientos y propuestas en las que ha intervenido, por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ya exploraron el asunto dos grandes diseñadores internacionales de ciudades, como son el chileno Felipe Vera y el uruguayo José Agustín Aguerre. Este último está nuevamente en Mendoza y trabajará en torno al tema señalado. 

Aguerre es el representante del BID en Argentina. Antes de su actual nombramiento, se desempeñó como gerente del Departamento de País para Haití, como gerente interino del Sector de Infraestructura y Medio Ambiente y como jefe de la División de Transporte.

Ciudadano uruguayo, Aguerre ingresó al BID en el 2003 como especialista en transporte e infraestructura para América Central, República Dominicana y Haití. Antes de trabajar en el Banco, Aguerre lo hizo en los sectores público y privado de su país natal, donde fue presidente de la Administración Nacional de Puertos, subsecretario de Estado en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, director nacional de Vialidad y presidente del Instituto de Planificación de Transporte e Infraestructura.

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La Ciudad ya arrancó un plan de remodelación de la zona lindera con Godoy Cruz y lo encaran en conjunto y tras haber consultado a los vecinos. Al mismo tiempo, Guaymallén trabajó con Godoy Cruz en un parque lineal y encaró otro en el Zanjón Cacique Guaymallén, en El Bermejo, esperando que Las Heras integre su propio plan para una zona a recuperar de la inseguridad y como anillo verde, oxigenación y recreación, como asimismo de radicación de alojamientos turísticos en el seno del Gran Mendoza con modalidad más relajada, pero a minutos del centro y el aeropuerto.

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Y así debería continuar sucediendo con Maipú y Luján, que ya han abordado proyectos conjuntos como microregión y Primera Zona Vitivinícola, y mirar también hacia Lavalle, cada vez más cerca del centro.

El desafío de integrar y concordar ya no reconoce pertenencias políticas ni oportunismos, sino que lo está demandando una sociedad que requiere de un área más ordenada, descomprimida y "vivible". Ya hay un millón de personas pisándose los talones y mirar hacia los espacios en blanco, como los señalados antes, y especialmente la amplísima franja del Aeroparque, son un dato que alienta a seguir enamorándose de Mendoza como lugar para vivir.