Los tres pilares con que Argentina resiste en los ránkings de competitividad
Los datos que hablan de "una economía argentina enferma" y los factores que la sostienen todavía en algún nivel de competitividad. Con sus nuevas autoridades, Eduardo Pulenta en la presidencia y Pablo Giménez Riili como vicepresidente, el informe del que damos cuenta aquí fue coordinado por la gerente general, Silvia Jardel y el asesor económico, Gustavo Rivarola.
Un informe elaborado por el Consejo Empresario Mendocino (CEM) desagrega de los ránkings internacionales de competitividad, en qué puntos Argentina posee, todavía, fortalezas y en cuáles radican sus mayores debilidades.
Con sus nuevas autoridades, Eduardo Pulenta en la presidencia y Pablo Giménez Riili como vicepresidente, el trabajo fue coordinado por la gerente general, Silvia Jardel y el asesor económico, Gustavo Rivarola.
Indaga sobre los síntomas de una economía enferma, repasando datos a nivel latinoamericano e internacional, para detenerse en Argentina y puntualmente, en datos muy concretos de Mendoza, que pueden leerse más abajo.
Determina que hay tres factores fundamentales en los que el país todavía resiste la caída en la que aparece envuelto. Ellos son: habilidades (para el trabajo, vinculado a educación), tamaño de mercado, salud y capacidad para innovar.
Vale decir que, una vez más, es el esfuerzo y el mérito -actitudes contrarias al espíritu que se impulsa filosóficamente desde muchos sectores que preferirían igualar hacia abajo- lo que hace que la Argentina tenga todavía rastros de la prosperidad de otros tiempos y den señales de vida, como un motor hacia adelante.
"La evidencia -afirma el informe basado en datos duros y no en opiniones- muestra que los países más prósperos son los más competitivos". De tal modo, continúa, "a mayor productividad, mayor competitividad y mayores niveles de ingreso por habitante de un país y, en promedio, mayor bienestar de sus habitantes".
Y define: "Una economía competitiva es una economía productiva".
El CEM, indicó en su informe dado a conocer este fin de semana que "los países que desean brindar más bienestar y más oportunidades a sus ciudadanos deben alcanzar mayores niveles de productividad y de competitividad". Ante ello, lanzaron su primera conclusión: "Es fundamental que la mejora de la competitividad sea 'la política de Estado' de Argentina y de Mendoza, aglutinando a todas las demás políticas públicas".
Qué dicen los ránkings mundiales
Los rankings mundiales muestran que la competitividad argentina es baja, tanto a nivel mundial como regional. Argentina se ubica en el puesto 83 de 141 países en el último Ránking de Competitividad Global del Foro Económico Mundial que data de 2019, y en el puesto 62 de 63 países en el Ranking Mundial de Competitividad 2022 del Institute for Management Development (IMD).
Las debilidades argentinas
Así como se reconoció cuáles son las fortalezas que la hacen no caerse del todo del mapa mundial, también se pueden determinar cuáles son los desempeños más bajos: están en estabilidad macroeconómica, funcionamiento de mercados (de productos, laboral y financiero) y en instituciones.
A nivel regional, América del Sur es la región menos competitiva del mundo, y Chile es el país más competitivo de América Latina, seguido por México.
Pero atención a este dato: Argentina es la menos competitiva de las 5 economías más grandes de la región, por detrás de los mencionados y de Colombia y Brasil.
Una de las conclusiones del análisis de los rankings de competitividad que realizó el CEM es que, siendo la estabilidad macroeconómica uno de los pilares básicos de competitividad (calificamos 139 entre 141 países en este pilar en el ranking del Foro Económico Mundial), la carencia de orden macroeconómico constituye uno de los principales temas que Argentina debe resolver para ser más competitiva y próspera. "Las consecuencias de una macroeconomía sin objetivos están a la vista. Y, en Argentina, el orden macroeconómico comienza por el orden fiscal y la reconstrucción de la confianza en la moneda", señaló el CEM.
Un Estado que crece
El informe da cuenta de que "en los últimos 15 años, el sector público consolidado creció del 30% al 44% del PIB -sin un correlato equivalente en cantidad, calidad y cobertura de servicios- hipertrofiándose y ahogando al sector privado con más impuestos, una maraña regulatoria creciente, un gasto público ineficiente, y compitiendo con el sector privado por el escaso financiamiento interno disponible, contribuyendo a deteriorar la competitividad de nuestra economía".
En tanto, "la presión tributaria de Argentina es una de las más elevadas de América Latina, ubicándose bien por encima del promedio".
Qué hay que hacer
Algunas de las conclusiones del informe dan cuenta de una tarea pendiente por parte de quienes administran el Estado, la política:
- El colectivo empresario mendocino señaló que, con esos datos, entienden que "la readecuación del tamaño y estructura del Estado, en sus tres niveles, es un aporte impostergable a la competitividad sistémica de Argentina".
- "El Estado debería tener un tamaño razonable y financiable por el sector privado, a efectos de cumplir con sus funciones indelegables y promover la competitividad, enfocándose en la eficiencia y eficacia del gasto, y en la razonabilidad de la carga tributaria y de deuda, para que el sector privado pueda producir más, crecer, exportar más y generar empleo de calidad. Es clave simplificar el sistema impositivo actual, logrando que sea menos distorsivo y menos regresivo, impulsando la disminución de alícuotas y la formalidad tributaria. El Estado no puede ser más grande que lo que el sector privado pueda financiar con el pago de impuestos sin ahogarse".
- "Mendoza ha dado muestras en este sentido y entendemos que el esfuerzo de ordenamiento fiscal y de reducción de impuestos debe continuar, poniendo el énfasis en la creación de empleo privado registrado. El IERAL-Fundación Mediterránea realizó para el Consejo Empresario Mendocino un estudio que propone reducir las alícuotas del impuesto a los ingresos brutos a cambio de generación de empleo formal".
- "Las mejoras de competitividad surgen de políticas y acciones cuyos resultados trascienden a una gestión de gobierno; trabajar en la competitividad implica que los gobiernos, y el sector privado, tomen decisiones cuyos resultados, en muchos casos, beneficiarán a generaciones futuras. Ese es el desafío".
Los datos de una economía estancada
El CEM afirmó que "la economía argentina está enferma y eso afecta su competitividad y su capacidad de desarrollo.
- La economía argentina está estancada y no crece en forma sostenida desde hace 10 años. En 2021, Argentina produjo un 3,1% menos de bienes y servicios que en 2011 (Mendoza: -3,2%). Es decir, la economía argentina se achicó en la última década.
- La actividad económica evoluciona "en serrucho". Entre 2011 y 2021: 5 años de crecimiento / 6 años de contracción en el PIB.
- Este estancamiento no es un hecho aislado. Según CIPPEC "desde mediados del siglo pasado, Argentina experimentó 16 episodios recesivos que involucraron 25 años de contracción económica, es decir una recesión cada 3 años". Argentina no ofrece un horizonte previsible para tomar decisiones de inversión y consumo a mediano y largo plazo. Los desmanejos macroeconómicos no son inocuos.
- "Un análisis comparado desde 1998 a la fecha muestra que mientras el crecimiento promedio mundial fue del 3,5% anual y del 2,1% promedio anual para América Latina, Argentina creció por debajo de esos niveles, 1,4% promedio anual".
- "Si Argentina hubiese crecido al ritmo mundial entre 1998 y 2021, su producto sería 62% mayor que el actual, en tanto que, si lo hubiera hecho al ritmo de LATAM, su PIB sería 18% mayor".
Cómo diagnosticar que la economía argentina está enferma
El informe de Gustavo Rivarola para el CEM da cuenta de que:
Elevados niveles de pobreza: "En una economía que no encuentra un sendero de crecimiento consistente en el tiempo sus ciudadanos se empobrecen. Así, Argentina registra un nivel de pobreza estructural que no ha logrado perforar el piso de 25% en los últimos 30 años. Según el INDEC, a diciembre de 2021, el 37,3% de los argentinos era pobre; la misma fuente estimó que el 44,6% de los mendocinos se encontraban por debajo de la línea de pobreza".
- "Este dato nos interpela a todos, pero fundamentalmente a la dirigencia política y a los gobiernos, responsables de establecer las pautas y diseñar e implementar las políticas de desarrollo para reducirla".
- "Teniendo en cuenta que el Producto Interno Bruto (PIB) real cayó un 3% y que la población argentina creció 11% entre 2011 y 2021, el ingreso promedio por habitante disminuyó 13%".
- "En consecuencia, en promedio, los argentinos somos 13% más pobres que hace solo una década, con récord de gasto social. La pobreza se mitiga con más educación, con más trabajo registrado privado, con más productividad y más producción. En definitiva, con una economía más competitiva".
Caída del ingreso por habitante: "El ingreso real por habitante (PIB/población) es un indicador de bienestar de una economía. Una comparación internacional detalla que en la última década el ingreso real por habitante aumentó en el mundo".
- "En las economías más avanzadas esta variable aumentó a un ritmo promedio del 1,1% anual y en las economías en desarrollo lo hizo al 2,6%".
- "Nótese que países como Irlanda, China e India lograron incrementar el ingreso per cápita de entre 4 y 6% anual durante la última década".
- "En igual período, América Latina vio caer su ingreso por habitante un 0,3% anual. A contramano del mundo, y peor que Latinoamérica, Argentina redujo su ingreso real por habitante a un ritmo de 1,6% anual".
Más síntomas de esa enfermedad de la economía:
Cae empleo privado registrado, aumenta empleo público: "En sintonía con el estancamiento productivo, Argentina no genera empleo asalariado registrado privado desde hace diez años".
- "A nivel nacional, mientras que la cantidad de empleados asalariados privados cayó 1,2% en la última década (con un crecimiento poblacional del 11% y del empleo registrado total del 13,7%), la planta de empleados asalariados públicos se incrementó un 31% desde 2012".
- "En Mendoza, mientras que el empleo público provincial creció un 7% en la última década (el
empleo municipal creció un 13%), el empleo asalariado privado registrado se mantuvo
estancado en torno de los 234.000 puestos de trabajo, según SIPA".
La cifra: 53%. "Más de la mitad del nuevo empleo generado en los últimos 10 años a nivel nacional se creó en el sector público (+797.000).Se produjeron caídas en empleo registrado asalariado privado (-74.000) y en Autónomos (-32.000)".
La participación de los
asalariados privados en
el total del empleo
registrado se redujo del
56% al 48%; asalariados
públicos creció del 23 al
27%. También aumentó
la participación de las
categorías monotributo
independiente y
monotributo social.
Destrucción de empresas: "La cantidad de empresas registradas (empleadores registrados en el Sistema Integrado Previsional Argentino - SIPA) se redujo 7,5% entre julio de 2011 y julio de 2021. Son 42.306 empleadores registrados menos en 10 años. En 8 de los 10 años computados, se redujo la cantidad de empresas empleadoras registradas. Las excepciones fueron 2012 y 2015. Según estos datos, Argentina tenía 13,6 empresas cada 1.000 habitantes en 2011 y solo 11,3 empresas en 2021".
Leé el informe completo en PDF (quedan muchos más datos y gráficos) abajo o haciendo clic aquí.