El fagot, un singular instrumento de viento
Esta semana conoceremos este instrumento de viento de madera, gracias a una apasionada instrumentista, que supo descubrirlo desde su adolescencia.
Andrea Yurcic es Fagot Solista de la Orquesta Sinfónica y Profesora Titular de la Cátedra de Fagot en la Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo. Ha realizado giras de conciertos por Suecia, Noruega, Polonia, Estonia, Alemania y EEUU. Ha recorrido todo el territorio de la República Argentina dando cursos, clases magistrales, conferencias y conciertos.
Ha interpretado conciertos clásicos del repertorio solístico para fagot, como así también ha estrenado obras de compositores argentinos. Es docente-investigadora, dirige proyectos vinculados a la enseñanza y el aprendizaje de los instrumentos de viento, y otros dedicados a la música argentina. Ha sido merecedora de numerosas distinciones, entre las cuales destaca la beca del DAAD, Servicio Alemán de Intercambio Académico, que le permitió realizar una Maestría Artística en Fagot en la Escuela Superior de Música de Karlsruhe, Alemania. Docente de vocación, está al frente de la Cátedra de Fagot en la FAD-UNCuyo desde hace veinte años, con proyección nacional e internacional. Es invitada regularmente a dictar cursos de fagot y música de cámara de grado y posgrado, conferencias, talleres y clases magistrales.
"Concierto final de Maestría. Julio de 1998. Castillo Gottesaue, Escuela Superior de Música de Karlsruhe"
- ¿Desde cuándo tocás y por qué?
- En casa la música era algo cotidiano. Mi madre siempre tenía una propuesta musical y junto a mi hermana Ivana, aprendimos a hacer música espontáneamente. Mis padres tenían la idea de que, para aprovechar bien el tiempo, debíamos elegir un deporte y un instrumento. En cuanto a la música, pasé por varios: el piano, la flauta dulce, el cello y luego de cantar en el coro del CUC llegué al fagot, por pura curiosidad. Me había llamado la atención en un concierto de música de cámara donde tocaba quien después sería mi primer maestro, Roque Russo, entonces primer fagot de la Sinfónica, puesto que hoy desempeño con mucho orgullo.
- ¿Dónde y cuánto tiempo estudiaste para ser instrumentista?
- La carrera de un músico es larga. No se puede pensar como cualquier otra. Comencé con el fagot en la Escuela de Música de la UNCuyo poco antes de cumplir 17. Y quisiera aclarar que era y sigue siendo la única institución en Mendoza donde se puede aprender a tocar este instrumento. Dos años más tarde, cuando terminaba el secundario y me disponía a comenzar el profesorado en Letras, mi maestro - Russo - me llevó a tocar la Quinta Sinfonía de Beethoven. Esto ya lo he contado en otras oportunidades y lo contaría mil veces, pues fue un momento que marcó mi vida para siempre. Estaba sentada a su lado, temblando de susto y de emoción, con Luis Gorelik jovencito al frente de la Sinfónica de la Universidad y allí comenzó un camino sin retorno. Cuando el director bajó la batuta y empezó a sonar la quinta sinfonía, sentí una emoción sin igual. ¡Sentí que ese era mi lugar en el mundo! De allí en adelante mi sueño sería tocar en una orquesta sinfónica.
La formación universitaria duró nueve años. Los primeros cuatro de preparatorio, y luego los cinco años de la Licenciatura. Después de ganar la beca del DAAD, hice el posgrado en Alemania, que me llevó dos más hasta obtener el título, y de allí en adelante, mi vida profesional ha sido un camino ininterrumpido de estudio y aventuras musicales. La música, como los deportes, necesita práctica diaria, paciencia y perseverancia.
- ¿Cómo es un fagot?
- Es un instrumento de doble caña, solo que su tamaño es mayor, por lo tanto, su sonoridad es más grave. Como curiosidad podría contarles algo sobre las cañas. El fagot, al igual que el oboe, solo puede emitir sonido soplando a través de una caña o lengüeta. Esta caña, si bien puede comprarse lista para usar, generalmente es construida artesanalmente por cada fagotista. Y esto se debe a que de ella depende la calidad del sonido y la afinación.
"Cañas de fagot" (Gentileza Ale Daffra)
"Andrea Yurcic junto a sus estudiantes de la cátedra de Fagot. UNCuyo"
- ¿Cuáles son sus cualidades?
- Dentro de la familia de los vientos de madera el fagot es el más grave. Es conocido especialmente por su aspecto jocoso del registro más grave, que puede escucharse en muchos dibujos animados, especialmente en las películas de Disney. Pero este instrumento es mucho más que eso, es el barítono de las maderas, y la característica que más me gusta, - y de la cual me enamoré -, es su sonido dulce y grave. Al igual que el oboe y el corno inglés, el fagot tiene al contrafagot, un instrumento de tamaño mayor y aún más grave, que se utiliza en sinfonías que requieren una orquestación grande.
- ¿Cuáles son sus dificultades?
- Pienso que la dificultad principal es su sostén, ya que es un instrumento de 1,35 metros de largo y pesa poco más de cuatro kilogramos. También diría que se trata de un instrumento menos ágil comparado con las demás maderas, lo cual se relaciona con la longitud y el diámetro del tubo. Es un instrumento que, a pesar de su tamaño, puede transportarse con comodidad, ya que es desarmable y puede llevarse colgado en una mochila en la espalda.
¿Dónde se ubica dentro de una orquesta?
Dentro de la orquesta se ubica junto al clarinete y detrás del oboe. La fila de clarinetes y fagotes están justo delante de la fila de los metales de la orquesta. Desde la perspectiva del público el fagot está bastante atrás, pero desde la perspectiva de un fagotista, es un lugar privilegiado, porque puede ver a casi toda la orquesta, lo cual es muy inspirador al momento de tocar.
- ¿Nos contaste que has estrenado obras de compositores argentinos?
- Sí y diré que la relación intérprete-compositor tiene varias aristas e implicancias. Por un lado, se establece una relación de confianza mutua, que lleva tiempo construir. Por otra parte, es apasionante e interesante, porque al estudiar una obra nueva, surgen sensaciones, imágenes e ideas que no siempre coinciden con lo que pensó el compositor, sin embargo, pueden enriquecer la partitura. Siempre siento que cada creador de música entrega una parte de sí en nosotros, los intérpretes, y en tal sentido, implica para mí una gran responsabilidad
Junto a la Sinfónica UNCuyo y bajo la batuta de Jorge Lhez, estrené las "Tres Piezas Modernas" de Adriana Figueroa, quien también me dedicó "Tango Essence", estrenada en abril pasado, bajo la dirección del maestro Roberto Buffo, junto a la Sinfónica de la Universidad Nacional de Tucumán. Actualmente estoy trabajando en el estreno de otras obras de compositores argentinos, que oportunamente compartiremos.
- ¿Qué consejo le darías a quienes quieren tocar un instrumento?
- Pienso que la mejor forma de conocer los instrumentos es escuchar música, ser invitado a los ensayos de orquesta (lo cual es absolutamente posible), ir a conciertos, acercarse a los músicos y atreverse a preguntarles lo que quieren saber. Soy una convencida de la importancia que tiene la música en la infancia. Por eso creo que todos los niños deberían tener un acceso temprano a la música y disfrutar de ella porque todos tenemos un oído musical en potencia que solo necesita ser estimulado. Es un mundo maravilloso, que no implica necesariamente formar músicos profesionales, sino que, mucho más allá de eso, brinda posibilidades de desarrollo de la creatividad, algo fundamental en la vida de todo ser humano.