Mendoza, principal productora de "bidones negros" desde la política

Un repaso por la política de la semana, que se ha visto protagonizada por escándalos y propuestas, con búsquedas de nuevos protagonistas y un verdadero "concurso" para saber a quiénes llevar en 2023.

La síntesis perfecta: "bidón negro". El peronismo echó a circular un video con un discurso de Alfredo Cornejo al acordar la inclusión de más partidos en el frente Cambia Mendoza, entre ellos MásFe, del pastor Héctor Bonarrico. Fue cuando le hizo una broma al calificarlo de "bidón negro", "porque no se sabe cuándo está lleno". La frase es absolutamente útil y despertó más allá de la bronca esperada por quienes lanzaron el video a las redes, carcajadas, como solo las puede ocasionar un definición perfecta y que se adapta no solo al señalado, sino a muchos más.


Limaron a Cornejo en "el canal de Macri"

¿Es acaso que se trata de amor? Los acuerdos políticos no son por amor o coincidencias fundamentales. Los partidos están fuera de circulación y lo que intentan desde las fuerzas que buscan conquistar lugares en el poder, donde les dé, ya sea alcanzar el anhelado control de los Ejecutivos o bien rasguñar algo en los Legislativos, es mostrarse como "no partidos", "no dueños de una idea", sino como abanicos abarcativos de todos los anhelos de la sociedad. En definitiva, es un triunfo del peronismo como método o instrumento electoral: cabe todo "y después vemos cómo resolvemos las tensiones internas a la hora de gobernar". En este punto, para que los frentes confluyan el intercambio es de favores, lugares, puestos, compromisos... tal vez algo más. Si no, no se entendería como partiditos que en una elección juegan con el Frente de Todos, en la otra van solos o con otros aliados, como los protagonistas del Partido Verde que no saben cómo borrar sus fotos con Alberto Fernández. O al revés: la gente del Momo Venegas que estuvo con Cambia Mendoza y se fue al Frente de Todos. Otro caso: el Partido Demócrata fue parte de Cambia Mendoza y se fue para armar otro frente, el Vamos Mendocinos, el gran fracaso electoral de la última elección. Pero antes buscaron forzar coincidencias con Alberto Rodríguez Saá, Celso Jaque, Fernando de la Rúa y muchos más hasta llegar a Javier Milei. Más: el Partido Federal, que es una fuerza "en alquiler", es un buen bidón negro que usaron desde Alberto Aguinaga hasta Carlos Iannizzotto y que integró Cambia Mendoza. Otro: La Coalición Cívica de Lilita Carrió estaba en Cambia Mendoza y se fue con los demócratas, pero en el medio se rompió y el bidón siguió volcando algo, muy poco, en el oficialismo mendocino ¿Vieron algún mal modo? ¿O les dieron lo que buscaban en otro lado?

Bidones negros somos todos. El Frente de Todos está integrado por: el Partido Justicialista, el Frente Renovador, el Movimiento Evita, Proyecto Sur, el partido Somos de la diputada Victoria Donda, y dos partidos radicales, el Movimiento Nacional Alfonsinista liderado por el diputado Leopoldo Moreau y el Partido de la Concertación FORJA, liderado por Gustavo López. También hay tres partidos comunistas: el Partido Comunista, Partido Comunista (Congreso Extraordinario) y el Partido del Trabajo y del Pueblo. Integran además la coalición que gobierna la Argentina: la Unidad Socialista para la Victoria, liderado por Jorge Rivas, el Partido Solidario liderado por Carlos Heller, y Nuevo Encuentro liderado por Martín Sabbatella, entre otras fuerzas políticas. El frente cuenta, además, con el respaldo de la Confederación General del Trabajo (CGT) y de las dos vertientes de la Central de Trabajadores de la Argentina. En Mendoza, el frente que gobierna está compuesto por: Unión Cívica Radical, Propuesta Republicana, Partido Socialista, Unión Popular, Partido Demócrata Progresista, Peronismo Republicano, Republicanos Unidos, Partido Renovador Federal.

Candidato, se busca. El peronismo mendocino está preocupado buscando candidatos potables, que cuajen en la gente, para afrontar el próximo turno electoral. No les ha alcanzado el tiempo para desperezarse del último urnazo en su contra pero además, lo afecta el temporal nacional de su fuerza que los obliga a tomar partido y cambiar objetivos más rápidamente de lo deseado. Así, hay quienes podrían encabezar las nóminas para los cargos ejecutivos que a su vez, largan puñados de otros nombres con tal de no agarrar la papa caliente en 2023 y preservarse para 2027. Para la gobernación, habían pensado en Martín Hinojosa, del INV, pero resultó ser que las encuestas parecen darle mejor para intendente de Tunuyán y se les escaparía de la boleta a la gobernación por algo más concreto y posible. Otros se entusiasmaron con el ímpetu que le pone Roberto Righi a su centro de estudios, Hacer Mendoza, pero avisó que es a largo plazo. Ahora miran para el sur, para ver si los hermanos Félix se tientan por competir por el primer lugar ejecutivo y no por el primero legislativo, que es el único al que todos apuestan como seguro. Largaron otros nombres, como el de José Pozzoli, de Guaymallén, pero salió a la luz que es concejal recién asumido y también sigue al frente del Instituto Nacional del Agua, con límites difusos entre ambos cargos y un cuestionamiento de arranque. 

El que se mueve, pierde. Por esta razón antes contada, cobra relevancia exagerada cualquier gesto. Por ejemplo, el de la intendenta kirchnerista de Santa Rosa, Flor Destéfanis. Es que se anuncia una "gira por los departamentos" de la exreina vendimial y jefa municipal santarrosina, arrancando por Las Heras. Se mueve. Pierde: la van a intentar tentar de ser candidata a gobernadora.


Hinojosa desembarca en Tunuyán: ¿será candidato en 2023?

Los nuevos y las nuevas, probando, probando. La Legislatura ha sumado nuevos protagonistas. Muchos intentan lucirse y aprovechar el honor de sentarse en una banca de representación. Muchos no. Pero entre ensayo y error, están quienes se animaron a hablar en las primeras sesiones y ya es un valor, aunque suelen meter la pata. Ese fue el caso de la lasherina, exjefa de la Anses en esa comuna que asumió como senadora provincial. En la sesión en la que se discutió la aprobación del llamado a licitación por el centro de esquí Los Penitentes se enredó en una discusión absurda y perdió. Quiso corregir a la senadora radical Gabriela Testa que había dicho que ese predio estaba en "el distrito Uspallata" y haciendo alarde de lasherinidad, pidió la palabra para decir: "Los Penitentes es un distrito y Uspallata, otro". Pero mientras los demás discutían cosas importantes, Testa recibió una llamada aclaratoria y pidió aclarar ese punto para después seguir con lo groso: "Los Penitentes quedó como integrante de un único gran distrito de alta montaña que es Uspallata". Dio la data precisa de la normativa. Y sanseacabó. Minucias, pero así se toma coraje para empezar a tallar en la Legislatura, también metiendo la pata. Sin embargo otro que cobró vuelo es el lavallino Gerardo Vaquer. El exfuncionario de Righi y en Obras Públicas con Paco Pérez, salió a recorrer hospitales para relevar la situación de los anestesiólogos. Una tarea territorial que va más allá del biribiri discursivo del que la gente ya se cansó y que, además, pocos se enteran: De no ser por Memo, las transmisiones de las sesiones pocas veces superan los 25 espectadores en una provincia con 2 millones de habitantes.

Lo realmente importante. El gobernador Rodolfo Suarez, obligado o no por las circunstancias en la que se enredaron sus ministros y el vicegobernador, le dio un impulso a la gestión con toque propio. Sin altisonancias, se fue a Buenos Aires a pedirle al presidente Alberto Fernández que apure su laudo sobre Portezuelo del Viento porque si no lo hace, tampoco se puede disponer de los fondos para otra cosa. Fue en mal momento, como ocurre cada día en los últimos dos años: no se sabe si es Fernández el que decide las cosas o si tiene que pedirle permiso a cualquier empleado de Cristina Kirchner antes de tomar decisiones. Pero el gesto de Suarez valió la pena. Recorrió despachos, fue a saludar a Matías Kulfas un rato antes de que lo echaran y está preparado para encabezar la expedición de búsqueda de fondos para Potasio Río Colorado en la feria minera de Toronto.

Y a todo esto, ¿qué opinaron los legisladores nacionales mendocinos sobre la expulsión de Kulfas del Gobierno y la llegada de Daniel Scioli, pasando por el "off the récord" con el que el ahora exministro se filtró encima? Los radicales se pusieron al día con las críticas, algunas muy  certeras. El presidente del interbloque de Juntos por el Cambio en el Senado de la Nación, Alfredo Cornejo, hizo una observación real: "Alberto Fernández echa a Kulfas porque atacó en off a Cristina Kirchner, pero no echa a ninguno de los funcionarios de La Cámpora que lo atacan en on y en off".

El diputado nacional Lisandro Nieri sostuvo: "La discusión no es si fue en On o en Off. Acá hay olor a corrupción. Lo deseable sería que Alberto Fernández con la misma celeridad que echó a Matías Kulfas investigue IAESA y dé las explicaciones de no permitir el uso de una chapa de fabricación local y válvulas nacionales para el gasoducto".

Omar de Marchi repartió en las redes un recorte del archivo de Infobae y dijo, textualmente: "SCIOLI Y EL MALDITO ARCHIVO. No hay chances de articular un equipo que funcione cuando sus integrantes arrastran resentimientos imposibles de ocultar. O es Alberto Fernández o es Cristina Kirchner , no hay lugar para los dos. Scioli y La Cámpora - Archivo Infobae".

En tanto, los peronistas prefirieron hablar de otros temas. Adolfo Bermejo se acordó de Perón y Anabel Fernández Sagasti se fue a jugar al fútbol:

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