¿Cuál es la diferencia entre "árabe" y "musulmán"?
No es lo mismo una cosa que la otra, a pesar de que habitualmente se usa esos términos como sinónimos. El portal especializado en asuntos internacionales El Orden Mundial, lo aclara.
A menudo se emplean términos como «árabe», «musulmán» o «islamista» como si fueran sinónimos. No obstante, existen importantes diferencias entre todos ellos. Estas expresiones no pueden ser utilizadas indistintamente, dado que hacen referencia a factores tan dispares como la lengua, la etnia, la religión o la ideología. Entonces, ¿por qué existe tal confusión entre estos términos?
Los musulmanes son aquellas personas que creen y practican el islam, es decir, una religión monoteísta que se rige por unas sagradas escrituras -el Corán- y que surgió en el siglo VII en Arabia de la mano de su principal profeta, Mahoma. Cuenta con cinco pilares básicos: el declarar la fe en Dios, la oración, el ayuno durante el Ramadán, la caridad y la peregrinación a La Meca, la principal ciudad sagrada del islam.
Los árabes, como grupo étnico y lingüístico, se caracterizan por su común empleo de la lengua árabe. Procedentes de la península arábiga, en el siglo VII y VIII habrían emigrado a diferentes territorios, extendiendo su influencia por las regiones del norte de África y Oriente Próximo. Así se expandió también su lengua y su religión mayoritaria, el islam. Se suelen considerar veintidós los países de mayoría árabe -los mismos que componen la Liga Árabe-, los cuales se encuentran en el norte de África u Oriente Próximo.
Ahora bien, no todos los árabes que habitan estos países son necesariamente musulmanes, y hay multitud de minorías como los judíos, o los cristianos en países como Egipto. Asimismo, tampoco en los países árabes la población es exclusivamente árabe, y existe también cierta variedad étnica: en países como Marruecos o Argelia, los árabes conviven con otras etnias como la bereber. Por si fuera poco, no todos los Estados de mayoría musulmana son árabes, e incluso en Oriente Próximo pueden encontrarse ejemplos como Irán y Turquía.
Aunque el islam es la religión mayoritaria en los países árabes -donde más de un 90% de la población se identifica con esa religión-, más de la mitad de la población musulmana a nivel mundial no es árabe ni reside en los países árabes: la región donde se concentran la mayor parte de los musulmanes es Asia-Pacífico. De hecho, el Estado con más musulmanes del mundo es Indonesia, seguido de Pakistán, la India y Bangladés. Egipto es el primer país árabe en la lista, y aparece ya en quinta posición.
Los islamistas, por su parte, son aquellas personas partidarias del islamismo o islam político, una ideología que reúne los más variados discursos con un rasgo común: la reivindicación de la religión musulmana como eje central de la vida política. Si bien se suele incurrir en denominar islamistas a los yihadistas, existen partidos marcadamente islamistas como el AKP de Erdoan en Turquía o los Hermanos Musulmanes en Egipto que han detentado el poder en sus respectivos Estados sin llevar a cabo una agenda yihadista. Además, cabe apuntar que, dada la variedad de discursos que engloba, el islamismo no tiene por qué oponerse a los sistemas democráticos, como demuestra el caso de Túnez.
En definitiva, «árabe», «musulmán» e «islamista» son palabras totalmente distintas que hacen referencia a rasgos muy diferentes. Los árabes comparten etnia y lengua; los musulmanes, religión; y los islamistas, doctrina política. Es posible ser un árabe musulmán e islamista, pero contar con alguna de estas características no implica necesariamente contar con las otras.