Durante la mañana, no hubo clases en la mayoría de los departamentos por el viento Zonda. A partir del turno tarde, sí habrá actividades en toda Mendoza.
Las clases en las escuelas primarias y secundarias de Mendoza arrancarán el 27 de febrero. El calendario prevé actividad durante 194 días y algunos asteriscos.
La portavoz Gabriela Cerruti consideró que la jornada del viernes pasado sirvió para un proceso de educación informal y de educación cívica tras el intento de magnicidio.
Se suspenderán las clases presenciales en el turno tarde unicamente en los distritos de Potrerillos (Luján), Gualtallary y La Carrera (Tupungato). En el resto del territorio provincial las clases se dictan con normalidad.
El gobernador hizo un resumen de lo ocurrido durante la madrugada. Aceptó que está vigente el DNU de Fernández, y aclaró que no habrá sanciones para quienes no trabajen.
Debido a fuertes ráfagas de viento sur, se tomó la medida para el turno tarde en todos los niveles y modalidades de General Alvear. En el resto de la provincia, el servicio educativo se brinda con normalidad.
Después de las críticas de un ministro de Kicillof a la medida que se aplicó en Mendoza, la Ciudad de Buenos Aires también la aplicará. Son los únicos dos distritos en todo el país que avanzan en las medidas al interior de los establecimientos educacionales.
Continúan las reparaciones en la institución educativa de Guaymallén, afectada por la tormenta de granizo. Clases suspendidas para el viernes. Por los feriados del carnaval, los alumnos regresarán el miércoles.
La senadora provincial Claudia Salas señala en esta nota que "es prioritario continuar el trabajo que hasta la fecha se realiza en políticas educativas".
El titular de la Dirección General de Escuelas, José Thomas, confirmó que el calendario escolar se mantiene vigente y que la situación sanitaria se irá analizando día a día. Prevén que se pueden actualizar algunos protocolos, aunque se hará a medida que se acerque el inicio del ciclo lectivo.
A la ausencia de estadistas y a la multiplicación de interpretaciones truchas e interesadas de los diagnósticos sociales y educativos, agitando banderas partidarias, se suma la incomprensión de una necesidad que debería ser un acuerdo básico: más días en clase.