La resistencia bacteriana crece y podría matar a 39 millones de personas

Por el uso excesivo de antibióticos, se espera que entre 2025 y 2050, el RAM cause 39 millones de muertes de manera directa. Son datos del último estudio Carga Mundial de Enfermedades publicados este lunes en The Lancet.

El uso en exceso de antibióticos durante décadas ha disminuido su eficacia al favorecer la evolución de estos microbios para ser resistentes a ellos. Entre 1990 y 2021, murieron más de un millón de personas al año en el mundo a causa de la resistencia a estos fármacos (RAM).

El futuro es aún peor, se espera que entre 2025 y 2050 este problema cause 39 millones de muertes de manera directa y esté relacionado con casi 170 millones. Son datos del último estudio Carga Mundial de Enfermedades (GBD, por sus siglas en inglés) publicados en The Lancet.

El único año con un descenso en las cifras fue 2021. Las muertes por RAM pasaron de 1,27 millones de muertes directas en 2019 a 1,14 millones dos años después. Los investigadores achacan este descenso a la crisis de coronavirus. En esos momentos se redujo la carga de infecciones de las vías respiratorias inferiores no relacionadas con el covid-19, probablemente por el distanciamiento social y otras medidas de control de enfermedades implementadas, añaden.

Diferencias por edad

Una de las cosas que se resaltan en el informe es que entre 1990 y 2021 las muertes por RAM de niños menores de cinco años a nivel mundial se redujeron un 50%. También se espera que siga descendiendo durante las próximas décadas. Al contrario, estos datos aumentaron un 80% para las personas mayores en esas tres décadas y se espera que incluso se dupliquen las actuales hasta 2050.

Uno de los elementos que hay que tener en cuenta son las vacunas. Aunque los niños tienen un sistema inmunitario bastante inmaduro, asimilan muy bien las vacunas y son muy efectivas para ellos. Al contrario, para los ancianos la protección de estas es menor. También hay otros factores: con la edad el sistema está cada vez más inmunodeprimido y las enfermedades son más complicadas de tratar. Asimismo, sufren otras comorbilidades que pueden complicar su cuadro clínico.

Países en vías de desarrollo

Los autores del trabajo cuentan que las muertes directamente causadas por la RAM aumentaron más en cinco regiones del mundo: África subsahariana occidental, América Latina tropical, América del Norte de altos ingresos, Sudeste Asiático y Asia meridional. En estas zonas, los fallecidos al año se incrementaron en más de 10.000 entre 1990 y 2021.

No es casualidad que cuatro de ellas pertenecen al conjunto de países en vías de desarrollo. La falta de recursos económicos y sanitarios en estos territorios dificulta el acceso a la asistencia sanitaria y favorece el uso excesivo de antibióticos. De hecho, en los países de altos ingresos, las muertes entre las personas de 70 años o más aumentarán un 72%, mientras que en el norte de África y Oriente Medio aumentarán un 234%, informan los autores del texto.

El trabajo subraya que la región más afectada en el futuro por la RAM será el sur de Asia. Se estima que entre 2025 y 2050 se produzcan 11,8 millones de muertes por este problema. Igualmente, se esperan cifras bastante elevadas en el este del continente y en el África Subsahariana.

Qué sucede en Argentina

En la Argentina, el pronóstico de aumento del problema de la resistencia a los antimicrobianos se adelantó 10 años. Antes de la pandemia, se venía produciendo un aumento del 2% en el número de bacterias resistentes que afectaban a los pacientes internados en los hospitales. En cambio, durante el primer año de la pandemia, se produjo un aumento del 30% en el número de bacterias resistentes en los hospitales, según la organización sin fines de lucro Investigación en Resistencia Antibiótica (INVERA), que nuclea a especialistas en infectología y bioquímica. 

El problema del RAM venía en aumento antes de la pandemia por la automedicación,  por las prescripciones de medicamentos inadecuados, y por la administración de fármacos en animales, entre otras razones. Pero la crisis por la emergencia de salud pública que produjo el COVID-19 en el mundo influyó aún más con la resistencia a los antibióticos.

Durante los primeros meses de la pandemia en 2020, se les indicaba antibióticos a los pacientes con el coronavirus. Sin embargo, no correspondía aplicar antibióticos que son útiles para infecciones por bacterias. Ese factor contribuyó al aumento de la resistencia a los antimicrobianos. Además, se registró un aumento de las infecciones intrahospitalarias durante la pandemia que llevó a que crezca el consumo de antimicrobianos.

En la Argentina, hay dos especies de bacterias resistentes que son las que agravan más la situación, según INVERA 

Una de esas "superbacterias" es la Klebsiella pneumoniae. Pertenece al grupo de las bacterias Gram negativas y causa infecciones del tracto urinario, neumonías, sepsis, infecciones de tejidos blandos, e infecciones de herida quirúrgica. Los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos, los bebés, los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), diabetes y alcoholismo son más susceptibles a adquirir la bacteria Klebsiella.

La otra bacteria que genera más problemas es Acinetobacter baumannii. Durante la pandemia, ese patógeno aumentó su alcance al afectar a más pacientes internados, y creció su resistente a diferentes fármacos.

Pese a la gravedad del problema de las superbacterias en la Argentina, los expertos afirman que hay mucho por hacer: cada persona tiene su cuota de responsabilidad. Pueden ayudar a enfrentar el problema las personas en sus casas cuando se sienten enfermas o cuando van a los consultorios o a los hospitales. También el personal de la salud, las autoridades sanitarias de todo el país, el sector veterinario y agropecuario, y hasta los legisladores del Congreso Nacional tienen tareas pendientes.

el español/infobae

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