En qué consistió el "milagro médico" natural que salvó a Nando Parrado en la Tragedia de los Andes

El médico Conrado Estol escribió el libro "Lo que nadie contó de la tragedia de Los Andes" en donde aborda el caso médico de Nando Parrado, uno de los rugbiers uruguayos sobrevivientes que sufrió una fractura de cráneo en el accidente. Habló con el programa "Tenes que saberlo" en Radio Post.

Conte, Argüello y Bitar
Conductores del programa "Tenés que saberlo", de lunes a viernes a las 7 por Radio Post 92.1.

A 51 años del accidente aéreo ocurrido en Malargüe denominado como "El milagro de los Andes", todavía quedan historias por contar y detalles por analizar. El médico neurólogo Conrado Estol cuenta en su libro "Lo que nadie contó de la tragedia de los Andes" el caso médico de Nando Parrado, uno de los sobrevivientes a la tragedia, y en diálogo con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Hernán Bitar en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, explicó los pormenores de "el otro milagro".

"Es apropiado y no es contradictorio decir tragedia y milagro. Murieron 29 personas, tremendo, eran 45, pero seis chicos de 17, 19 y 24 años, unos solo más de 30, sobrevivieron a una cosa que es imposible de explicar. Se concatenaron una serie de eventos que es imposible que suceda con la coordinación de alguien o algo, sino que era solamente la misma naturaleza, con todo ese poder que tiene para destruir, acá lo puso para arreglar, para proteger. Y así se salvan", contó Estol.

El médico narró que solo quedó un pedazo de 4 metros y medio de fuselaje y que a Nando lo dieron por muerto: "La fractura que él tiene golpea, sale de asiento despedido, el atado al asiento, y golpea con la cabeza y se la quiebra. Hay que saber esto, y lo que me hizo pensar cuando lo escuché en una conferencia: en la antigüedad, en distintas partes del mundo, no solamente los incas, porque entre los incas he encontrado muchos, muchos cráneos con agujeros hechos por los chamanes, pero en muchas civilizaciones veían que el guerrero que venía con la cabeza fracturada, tendía a sobrevivir más que el que volvía herido con un golpe en la cabeza pero sin fractura en los huesos, una observación curiosa y casi paradójica: el que tenía el hueso partido por ahí sobrevivía más".

La foto de los rugbiers uruguayos en Mendoza, un día antes de estrellarse en Malargüe

Estol explica que Nando se fracturó el cráneo, lo que permitió que el cerebro inflamado se expanda: "Si vos no tenés fractura del cráneo, el cráneo impide que la inflamación del cerebro se acomode, aprieta al propio cerebro y te mata. Después, cuando lo dan por muerto y él queda en la nieve, menos 10°, menos 15°, la hipotermia, que sabemos que a Napoleón y a Alemania le mató cientos de miles de soldados cuando trataron de invadir Rusia, a él lo protegió: hizo que sus neuronas consumieran menos oxígeno y pudieran sobrevivir más tiempo. Si se quedaba más de tres días allá afuera, se iba a morir. Por otro lado, no recibió agua y se deshidrataba, porque no recibía agua y porque estaba en altura: cuando vos estás a más de 2.500 metros, el cuerpo se deshidrata espontáneamente y eso limita la inflamación del cerebro que se había golpeado".


Parrado, Canessa y el arriero.

Parrado, Canessa y el arriero.

Además, Estol también señala que Parrado estaba dormido, lo que hace que el cuerpo consuma menos oxígeno mientras este se repara: "Al tercer día, con el efecto de la fractura del cráneo que permitió que el cerebro se inflamara, con la deshidratación que limitaba el edema, con la hipotermia que limitaba el consumo de oxígeno y con el sueño, despierta recuperado totalmente, sin ninguna secuela y es él el que dice, me voy de acá, voy a buscar ayuda caminando. Si nos quedamos acá, no nos van a rescatar nunca. Y así se encuentra la región de Chile".

A su vez, el médico explicó que los sobrevivientes se sentían protegidos en el fuselaje ya que se habían adaptado a él y que Nando convenció a sus compañeros de buscar ayuda: "Finalmente, él y Canessa, hacen esa caminata de diez días. Imagínate, hacés un trekking de tres horas en la montaña, y has hecho una cosa importante ese día: vas a haber caminado quince mil pasos, después lo ves en el celular, estás cansado. Esto fue diez días después de sesenta de no haber comido lo suficiente, de tener que fabricar el agua todos los días para poder tomarla, de dormir mal, no podían dormir por el frío, por la sed, por el hambre, por el estrés. Sin embargo, toman la decisión de irse y caminando diez días encuentran ayuda".

Pablo Vierci, autor de "La sociedad de la nieve" y el mensaje que deja: "Si no somos generosos, no somos nada"

Estol explicó que Parrado fue nombrado como el mejor andinista de todos los tiempos por haber realizado el recorrido con peor equipamiento que montañistas profesionales: "No es una discusión religiosa esta de si yo creo en los milagros o no. Yo más bien voy a la estadística, soy médico científico, y sé que hay una curva de Gauss, donde en la mitad está lo que nos pasa todos los días, si nos encontramos con un amigo en la calle, y yo le digo ‘qué casualidad', pero vos sabés que este amigo está por esa zona, que te lo habrás encontrado otras veces, es poca la casualidad. Pero después, la curva de Gauss tiene colas, tiene extremos, donde pasa algo excepcional: una persona que gana la lotería, la persona que está en una agencia de avión, que hoy en día, más seguro no podría ser, el riesgo de morir en una agencia de aviones, uno en treinta millones es mucho más improbable que ganar la lotería".

En esa línea, el médico agregó: "Yo creo que acá podemos llamarlo milagro, yo le puse el subtítulo milagro, porque se ha usado mucho la palabra y el propio Nando llamó El milagro de los Andes a su libro. Yo creo que es una coincidencia y una casualidad que se ha dado como cosa única, por eso es la historia de la supervivencia más comentada en la historia del hombre, porque las coincidencias que se dieron, empezando con esto de que la naturaleza le salva la vida a Nando que es el que inicia la caminata, el que pone la energía para hacerla, el que convence a los demás para hacerla, es una enorme casualidad. Prefiero verlo así, una increíble casualidad".

Por otro lado, el médico explicó que, si bien la medicina sabía de las condiciones médicas que sucedieron, no se utilizaron como tratamientos hasta muchos años después: "Se aprobó en 1990, y esto es 1972, lo de la fractura del cráneo. La hipotermia en 1940 se hizo un estudio que mostró que gente con sepsis, con infecciones muy graves, sobrevivían más los que enfriaban a 33 grados que los que no enfriaban. Pero la hipotermia, los trabajos que definen su utilidad, son de ahora, del 2000, 2010, 2020 terminó un trabajo que yo creo muy importante para probar el efecto de la hipotermia. La medicina en 1972, cuando pasó el accidente, no usaba lo que se llama craniectomía, que es sacar el cráneo para que el cerebro se pueda inflamar hacia afuera, no usaba regularmente la hipotermia. La naturaleza le dio el tratamiento del siglo XXI en el siglo XX a Nando Parrado".

En qué consistió el "milagro médico" natural que salvó a Nando Parrado en la Tragedia de los Andes

A su vez, señaló que la fortaleza mental tuvo un rol fundamental y señaló varios aspectos en los que influyó: "Uno la juventud: eso que se dice que repetimos todo el tiempo, de que los jóvenes se sienten inmortales, y sí, ven la muerte muy lejos. Un joven en esta época, la ve muy lejos. La juventud los ayudaba: somos jóvenes, estamos intactos, no nos podemos morir. Dos, el factor religioso: la esperanza, la fe, los ayudaba a sostenerse, a esperar. Tres, el amor, lo destaca especialmente Nando, el amor por su padre, el pensar que su padre estaba en ese momento en Uruguay, en su vida normal, pensando que había perdido casi toda su familia. Se imaginaba el dolor, la destrucción que sentiría su padre y ese amor también es el que los movió. Y lo otro, el espíritu deportivo, la población usual de un avión en que nadie se conoce, diferentes edades, se habrían muerto todos; acá el sentimiento, aunque no todos eran del equipo de rugby, pero todos muy jóvenes, por eso dije que no hay una sola explicación".

Fernando Parrado, paciente de la naturaleza que se anticipó a los tiempos.

Fernando Parrado, paciente de la naturaleza que se anticipó a los tiempos.

Por otra parte, Estol contó que tiene mucha relación con Parrado y que le gustó la película que se hizo: "Sabía que a él le había gustado mucho. También es interesante que él escribió el prólogo de mi libro, lo cual a mí me enorgullece, me parece espectacular, porque aparece un prólogo cálido, muy lindo. A él le había parecido una película muy buena, fue consultor, varios de ellos fueron consultores. Me ha gustado mucho, es una de las películas que más se vio y que más se bajó en las primeras 24 horas desde que se estrenó en la historia de Netflix. Esto es una historia que apasiona, agregarle la parte científica que la hace más increíble todavía. Pero de por sí, los 16 chicos, que todavía no eran ni hombres, que sobreviven 72 días y sus noches sin nunca haber hecho montañismo, ni curso de supervivencia. No eran infantes de marina abandonados en algún lugar. Eran chicos simplemente, personas comunes como cualquiera, que han sobrevivido".

¿Dónde comieron en Mendoza el día antes los rugbiers uruguayos de la Tragedia de los Andes?

Finalmente, el neurólogo contó que su hipótesis fue publicada en la prestigiosa revista científica The Lancet y que hubo una película que abordó el tema médico en la que participó: "Un director de Hollywood me llamó un día, hace como 10 años, por esto, habiendo leído la teoría, y filmaron una película. Vinieron a filmar a Buenos Aires y yo salí. Sale en el History Channel, se llama "Estoy Vivo" y es una historia que muestra sobre la alimentación, sobre la avalancha, y sobre la teoría científica. Salgo explicando la teoría científica, y hay un actor que se mete en un tomógrafo, para hacerse la tomografía del cerebro, que hace de Nando Pareado".

Bonus: el prólogo que escribió Nando Parrado al libro de Conrado Estol

Solamente una cadena de pequeños milagros me permite hoy escribir el prólogo para este nuevo libro de mi querido amigo, el doctor Conrado Estol, una eminencia en lo que respecta a la neurología y respetado mundialmente por sus conocimientos y estudios en esta área de la Medicina.

Cuando Conrado me consultó sobre esta posibilidad, no lo dudé ni un solo instante, pues fue él quien ha realizado el estudio más exhaustivo y veraz sobre las consecuencias en mi cabeza y en mi cerebro tras el accidente en la cordillera de los Andes en 1972. Su trabajo ha sido publicado en The lancet, la publicación de mayor prestigio y respeto en el mundo de la ciencia y la medicina.

Este libro va a dejar las hipótesis de lado y va a dar a conocer la verdadera historia de ese pequeño milagro de la naturaleza, que, con la caricia del hielo y la nieve, me permite hoy escribir esto.

Sin embargo, la naturaleza en nuestro planeta no siempre es amable, tierna, bondadosa, hermosa y romántica; muchas veces su crueldad destruye y mata sin piedad. A través de los terremotos, incendios, tsunamis, inundaciones, tormentas, avalanchas, diluvios y ciclones, no deja de recordarnos que ella es la dueña de nuestro planeta. Y, con su infinita paciencia de millones de años, trabaja sin que nos demos cuenta.

A mí me tocaron ambos lados de la cara de la naturaleza, ya que intentó matarme con una poderosa avalancha en medio de la cordillera, pero también, con su bondad, me administró los primeros auxilios luego de mi trauma craneal, al igual que hoy lo hacen los mejores institutos de neurología en el mundo.

Comprender la compleja belleza y realidad de la naturaleza y sus milagros es un tema que Conrado explica magnífica- mente en este libro, en una constante demostración de conocimiento e investigación. Un libro que, además de demostrar que los milagros existen, es de esos libros que se leen sin detenerse, de principio a fin.

Bonus track: el video del informe "Estoy vivo" de History Channel



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