¿Qué pasó con las tragamonedas de Freddy Vila?
A través de su empresa Mendoza Central de Entretenimientos, operó el Casino de Mendoza durante casi dos décadas. El año pasado, cuando venció su concesión, se negó a retirar las máquinas tragamonedas.
Mendoza inició una nueva etapa en lo que a casinos se refiere luego del cambio que hizo el año pasado al reemplazar al concesionario de la sede central del Casino de Mendoza, evolución que ahora continúa con la habilitación del juego online que se espera esté operativo a la brevedad.
Sin embargo, el cambio de época que significó para algunos el cambio de la concesión dejó una incógnita. ¿Freddy Vila recuperó las tragamonedas que fueron "desalojadas" desde la sede del casino?
Recordemos que el Instituto Provincial de Juegos y Casinos licitó la operación de la sala de juegos y resultó ganadora la empresa Traylon. Vila impugnó el proceso a través de su firma Mendoza Central Entretenimientos S.A. y pidió una medida cautelar, la cual finalmente fue rechazada.
Sin embargo, entendió que a la espera de la resolución de esa medida no podría seguir avanzando el proceso licitatorio, pero el IPJyC siguió adelante con los plazos establecidos e intimó a Vila para que sacara sus cerca de 400 tragamonedas para que llegara el nuevo concesionario.
Como no fue a retirarlas, el 28 de julio del año pasado se procedió a retirar las máquinas tragamonedas de la empresa MCE, de Freddy Vila. Una por una, fueron subidas a un camión por calle Belgrano, de Godoy Cruz, y terminaron en un depósito.
El IPJyC se llevó las máquinas y quedó en custodia de las mismas, dejando claro que Mendoza Central Entretenimientos S.A. tendría que correr con "los gastos y riesgos de traslado, custodia, depósito, guarda y demás erogaciones".
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Ante la consulta de Memo, desde el IPJyC se informó -sin precisar cuándo- que el empresario Freddy Vila retiró sus máquinas desde el depósito. Se entiende, además, que cubrió los costos que significó todo el proceso de retiro de los bienes muebles que MCE tenía en la sala de juegos de Godoy Cruz.
El caso generó controversia y provocó, además, que la sede central del Casino de Mendoza estuviera cerrada durante dos semanas, período durante el cual el nuevo concesionario instaló los nuevos equipos.
