Dime quién te denuncia y te diré qué esconde: perlitas de la política, desnuda e impúdica
Pasan cosas en Mendoza que, a veces, la gente no logra identificar, ocupada como está por vivir. Lo que pasa es que lo que los políticos hacen tiene que ver, también, con la mayor o menor calidad de vida de todos. Y es bueno conocer los rinconcitos, porque ninguno, ni los supuestos honestos ni sus denunciados, salieron de un repollo.
El "intengerente" que asusta y moviliza (a favor y en contra)
Marcos Calvente es el único intendente de Mendoza que decidió tomarles un examen a todos sus funcionarios políticos, que son alrededor de 60, y previo a ellos les pidió que dejaran su renuncia firmada sobre su escritorio.
Si bien es cierto que hay un mar de fondo con su antecesor (y mentor) Marcelino Iglesias, la realidad indica que es más beligerante en esa supuesta diputa este último que el jefe comunal actual, ya que es quien se enojó porque Calvente no lo dejó manejarlo detrás de escena. A Calvente parece darle igual. De hecho, tiene a su hijo Mauricio como secretario de Gobierno. Y el mayoritario porcentaje de funcionarios políticos estuvo junto a él e Iglesias en la gestión anterior.
La movida la venía calculando desde hace tiempo. "Es que soy ingeniero, necesito que las cosas funcionen y además, que sea en tiempo y forma", dijo, como un hombre de la política alejado de las sobadas de lomos y del "lo tuyo sale" de los que pretenden abrazar y ganar, gobernando poco.
Sostiene que no hace falta tanta gente ocupada en rangos altos y que la tecnología es una gran herramienta para ordenar demandas y darles respuestas, para medir la eficiencia y posee un tablero de comando que le ha ido indicando que hay áreas que no responden, que se atrasan o que, directamente, solo hacen política y no gestión pública.
Convocó a todo el funcionariato guaymallino al salón de la terraza del edificio municipal de Avenida Libertad. Todos sospechaban pero no tenían confirmado que "algo pasaría". Es probable que haya habido gente tan "descolgada" que haya imaginado que se trataba de un brindis de fin de año o una arenga de motivación para el año que empieza.
De pie, los saludó, les pidió que no lo invitaran a ningún brindis para evitar reuniones tangenciales o que sean malinterpretadas y les dijo que le llevaran la renuncia firmada a su oficina. A la vez, exigió un informe detallado de gestión, área por área, para contrastarlo con su propio tablero y les dio un plazo de tiempo perentorio. Dio media vuelta con una sonrisa y bajó un piso, hacia su despacho.
La prensa buitre y berreta, en tanto, imaginó que las denuncias del demarchismo bloguero, el demarchismo streamer y el demarchismo peronista (ya que el propio De Marchi ya no puede dar la cara ante la sociedad) eran lo que lo empujaba a "echar" a su equipo.
Pero no. Las viejas mañas de los viejos políticos no comprenden que se trata de otra cosa. Tampoco lo van a entender.
Mamma mía
Ese hecho despertó temores en otro ámbito bajo sospecha, el Concejo Deliberante. Si la vara para medir gestión es más técnica que política, ¿a dónde van a parar los guitarreros que ocupan cargos sin saber muy bien de qué se trata?
Una de esas mañas es hacer denuncias todo el tiempo, por lo que fuere. Siempre habrá un "periodista" presto para armar lío solo porque hay una denuncia. funcionó siempre.
Allí hay un único edil peronista, como resultado de la hecatombe que generó el ahora presidiario Luis Lobos. Para colmo, a él también tuvieron que darle un correctivo desde la Oficina de Ética Pública, porque cobraba dos sueldos del Estado. Se vio acorralado y renunció a uno de ellos. Se quedó con el de concejal y de participante de programas de streaming, que no paga el Estado. Al menos no en forma directa.
Hay más concejales. Una, que es de La Unión Mendocina, Sonia Sedano, conoce muy bien la vida interna de las cárceles por vía familiar. Es hermana de Carina, la kirchnerista que dirige el SUTE.
Y se sumó a la instigación a embarrar la cancha otro que la gente no votó como intendente: Gabriel Pradines, que es senador y que creció en una familia alimentada por su padre, Roberto, a quien se le conocía como "Polluelo" cuando era concejal y que ligó una banca de diputado nacional, artífice en el Concejo de Guaymallén, junto a radicales, peronistas y demócratas, en el pasado, de la "cooperativa" que antecedió a los usos y costumbres posteriores de Lobos, pero con discreción y éxito electoral interno en sus partidos que les dieron una pátina de brillo y les permitió repetir bancas cual eructos de empachados de poder.
Linda gente. Pero "es lo que hay". Al menos, hasta que se discuta en serio la utilidad de los concejos deliberantes, su costo y eficacia. (A tal punto es necesaria la discusión, que, si no se apuran, hasta Daniel Orozco y su esposa, Janina Ortiz, podrían entrar de concejales en Las Heras después de todo lo que pasó e hicieron, y que la Justicia no termina de calificar).
El "peligro" de que haya buenos intendentes
Se habrá visto que otros intendentes que han viajado a congresos, situación de la que se le acusa al guaymallino, no han dicho "esta boca es mía". Y es por dos probables motivos: están en la misma situación, ya que una invitación no involucra el pago del canon de participación, nunca; y, por otro lado, si cae un competidor, mejor para el resto, en la carrera descarnada de la política por el puesto siguiente.
Pero en Mendoza hay buenos intendentes, eso lo sabe todo el mundo. Sus habitantes los respaldan y debería bastarle a cada uno de ellos con exhibir sus logros, sus métodos e innovaciones, en lugar de socavar al otro o quedarse "piola" cuando podría encarar alianzas que demuestren que lo que hacen al comparar gestiones externamente y buscar recursos internacionales, tiene un sentido en común.
Mientras unos prefieren cambiar a sus funcionarios en silencio, otros hacen más ruido y les toman examen. Como nunca se ha hecho, hay temor de que cunda como norma y muchos se queden afuera, ante la imposición de nuevos parámetros de calidad para medir la gestión.
Los runrunes que duelen
En un clima de mucho trabajo que se junta con el estrés del fin de año, los runrunes, rumores carentes de pruebas, hacen el trabajo sucio y ocupan espacio.
Eso es lo que está pasando con la obra pública. En la cena de fin de año de la Cámara de Constructores Independientes de Mendoza, la Cecim, hubo mucha gente, fue la vicegobernadora Hebe Casado, el ministro Natalio Mema (ambos hablaron), hubo doble cena por la moda del bandejeo previo y, además, la mesa tipo casamiento adentro.
Pero no fueron dos funcionarios clave: Marité Baduí, que es la "mandamás" de las obras, capaz de subir o bajar empresas y el titular del IPV, Gustavo Cantero.
Hay quienes creen que alguien les pidió que no fueran. Otros alegan versiones desde buenudas hasta maliciosas. Pero el runrún que hacía escupir Aperol era el de una novedosa empresa que, sin antecedentes, quiere "jugar" en todas las licitaciones y que todos miran de reojo. No hubo más datos, pero ampliaremos, seguramente.
Más intendentes al frente
El peronismo tiene nuevo presidente en Mendoza, que es Emir Félix, un hombre que ha sido intendente y al que se le reconoce hiperactividad en la materia.
Otro hombre de la gestión municipal que sostiene un perfil elevado y que asume el desafío de levantar, con esos antecedentes, a un partido que está más alicaído que nunca en su historia, a juzgar por los resultados de la última elección.
Le toca presidir el PJ de Mendoza con Cristina Kirchner en igual cargo, ganado en el escritorio, a nivel nacional.
Los hermanos Félix -con Omar, el actual intendente de San Rafael- se dicen "no kirchneristas" y defienden al peronismo clásico (si es que hay uno solo al que le pueda identificar de esa forma). Pero en su comuna cedieron al látigo y la billetera de CFK en su momento y le pusieron a la terminal de ómnibus "Néstor Kirchner", como a casi todo espacio que se quedara quieto más de dos minutos en todo el país cuando el expresidente murió repentinamente.
Igual, tuvo un gesto: colgar un cuadro que el peronismo había mandado al desván, el de Carlos Saúl Menem. Es que después de que el menemismo perdiera con la Alianza y el kirchnerismo empezara, vía Frepaso primero, a tomar posicionamiento desde un pretendido izquierdismo en el PJ, fue mala palabra por muchos años.
Es Javier Milei y los pibes militantes libertarios los que levantan ahora su figura y, "por lo que puta pudiere", el justicialismo se acordó que el riojano le es propio y decidieron enarbolar su efigie, marcar territorio, antes de que Milei les siga "comiendo" dirigentes como lo hiciera con el traficante de divisas Edgardo Kueider o el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, libertario peronista de la segunda media hora de la primera hora del nuevo espacio de poder...
El primer lanzamiento
En Godoy Cruz, uno de los echados por Luis Petri del Ministerio de Defensa, Oscar Sagás, logró reunir a petristas y radicales y, con ellos, desempolvar una marca partidaria que tenía desde antes de que armaran la juntada denominada "Liberales por el Futuro", un arroyo que alimentaba la cuenca de "Mendocinos por el Futuro", la plataforma de Petri en Mendoza.
Se crea o no, ya hay internas dentro de ese grupete, a la vez que el radicalismo intenta que no se vayan de Cambia Mendoza en busca de otros socios.
En definitiva, Sagás, ex subsecretario de Salud del primer Alfredo Cornejo y de Rodolfo Suarez lanzó el PDP, Partido Demócrata Progresista, que había quedado en stand by. Lo acompañaron el intendente Diego Costarelli, que fuera su contrincante en las PASO, el "concejal petrista" (tal como lo presentaron) Jorge Magnaghi, su papá el director de la Fábrica Argentina de Aviones (FADEA) Emilio Magnaghi, el exdiputado y actual miembro del Casino Pablo Cairo, el director de Fabricaciones Militares, Diego Arenas, y el exconvencional constituyente de 1994 por Mendoza, Richard Battagion, entre otros.
Sagás se quedó sin cargo, sin la amistad de Lourdes Arrieta, con había trabado casi una alianza de trabajo conjunto en favor de la gestión de Milei, pero ahora busca espacio desde este grupo de amigos entre los cuales varios ya tienen trabajo a nivel nacional, provincial y municipal.
La reaparición de los Bianchinelli
Un actazo realizaron los peronistas de Maipú para que Luis Novillo, un incondicional del peronismo y la comuna, asumiera la presidencia del PJ en ese departamento.
Hubo una gran movilización que le sirvió de respaldo al siempre lanzado, pero cuidadoso Matías Stevanato.
Uno que estaba semioculto de las luces periodísticas tras su paso no muy sagrado por la función pública y que se sacó fotos sonriente en el acto fue Carlos Bianchinelli. Su hermana Olga, con gran carácter y referente partidaria del peronismo, le sirvió de apoyo. Y todos posaron junto a dos exintendentes: Adolfo Bermejo, que ahora es diputado nacional, y Francisco "Chiqui" García.