Qué "encendió" a los hinchas de Quilmes y el interrogante sobre el Malvinas
Justo después del segundo gol de Quilmes, sus hinchas sorpresivamente comenzaron a arrojar piedras contra los plateistas de Boca. ¿Qué los provocó? ¿De dónde salieron tantas piedras?
Transcurrían 19 minutos del segundo tiempo cuando Mariano Pavone, que acaba de ingresar, anotaba el segundo gol de Quilmes y ponía nuevamente en carrera al "cervecero": ganaba Boca 3 a 2 y, a falta de 25 minutos, los del sur del Gran Buenos Aires se ilusionaban con la clasificación a semifinales de la Copa Argentina frente a Patronato, que acaba de eliminar a River.
La última foto de Paola Fleitas, en el micro y minutos antes de la tragedia
Es por eso que muchos se sorprendieron cuando un grupo de hinchas de Quilmes, a los que después se sumaron cientos, comenzó a arrojar piedras contra la parcialidad de Boca ubicada en la platea cubierta. ¿Qué fue lo que los provocó para dejar de lado el gol de Pavone y focalizarse en agredir a la hinchada xeneize?
Todo comenzó cerca de los 15 minutos del segundo tiempo. Desde la popular de Quilmes mostraron hacia la platea cubierta xeneize una bandera de Boca; en el mundo futbolero, los "trapos" del equipo rival son una especie de trofeo de guerra, más allá de cómo la obtuvieron (si "combatiendo" al rival o aprovechando alguna distracción para hurtarlo).
Paso seguido, un hincha de Boca que estaba en la platea cubierta, con el rostro tapado, respondió exhibiendo una bandera de Quilmes, con una diferencia sustancial: mientras que la bandera de Boca que tenían en la otra tribuna era de "cotillón" (genérica, que se puede comprar en cualquier lado), la de Quilmes que levantó el hincha de Boca, no; esta tenía dueño.
Primero un hombre en solitario, luego cinco, inmediatamente 10, y después un poco más insultaron a los plateistas que tenían más a mano, hasta que uno, después cinco, y más tarde "un montón" empezaron a arrojar piedras contra la platea cubierta de Boca más cercana a la popular del "cervecero", aprovechando la casi nula presencia policial en la división a las dos parcialidades.
Pero surge otra pregunta: ¿de dónde salieron tantas piedras? Básicamente, del propio estadio. Apenas 11 años después de la última renovación, parte de la estructura del Malvinas Argentinas se está desgranando. Ya antes del inicio del partido, algunos hinchas en la platea advertían cómo las estructuras de tres butacas literalmente se salían del cemento.
Más allá de las imágenes compartidas en esta nota, que son de la platea cubierta, ese "desgranamiento" también se observaba en la popular. De hecho, la inmensa mayoría de piedras tuvo como fuente el sector donde estaban los hinchas de Quilmes. Y, mientras los simpatizantes de Boca se refugiaban incluso tomando de escudo las butacas que se habían separado del cemento, unos pocos respondieron con algunos piedrazos.
Volcó un micro que había llegado a Mendoza con hinchas de Boca: al menos un muerto
Todo comenzó a calmarse recién cuando la Policía ingresó desde el estadio a la tribuna y avanzó hacia la hinchada de Quilmes. No hubo que lamentar heridos graves, pero fácilmente podría haber habido gente lastimada. Y surgen varios interrogantes que, por obvias razones, ponen en duda si el Malvinas Argentinas está a la altura para albergar un partido con dos hinchadas, ofreciendo a los violentos proyectiles al alcance de la mano.
Entonces, mientras que el subsecretario de Deportes Federico Chiapetta -que hace las veces de "gobernador" al entregar el premio al ganador de cada fase de Copa Argentina- se ilusiona con que Mendoza sea la sede de la final de la Copa Argentina, habría que replantear algunas situaciones para evitar desmanes como el de este miércoles.
¿La final de la Copa Argentina puede jugarse en el Malvinas Argentinas? La respuesta sería sí, pero bajo otras condiciones. Sabido es que no dan los tiempos para las reformas que necesita el estadio, por lo que habría que realizar una distribución distinta de las parcialidades. Ayer se dio el atípico caso en que la hinchada popular de un equipo estaba junto a la platea del rival, algo a modificar, siempre bajo la hipótesis de una final de Copa Argentina en Mendoza.
Violentos en una cancha va a haber siempre. Es tarea del estado -dueño del Malvinas Argentinas- no facilitarles las herramientas para causar daño.