Werthein por Mondino, ¿hay una decisión estratégica?
Manuel Adorni no entró en detalles en torno a la salida de la ex Canciller. La abrupta salida de Diana Mondino dejó al resto del Gabinete en shock. Claro que se sabía de sus problemas con los Milei desde un principio, pero nadie entiende por qué la salida se concretó a pocas semanas del G20, donde la Argentina esperaba tener un rol destacado. "Se hace lo que dice el Presidente" dijo el vocero, enfático. Escribe Silvia Mercado.
Si hubo una cama o no contra Diana Mondino no es tan fácil confirmarlo. Entre el círculo íntimo de la excanciller están convencidos de que sí, dan detalles de una directiva en la que intervino el mismísimo Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización. También Santiago Caputo habría dado el OK para el ahora polémico voto en las Naciones Unidas. Y como el ya oficialmente designado Francisco Propepi no estaba en Nueva York, el que terminó ejecutando la decisión de la Cancillería argentina fue Ricardo Lagorio, el ya expulsado de ese cargo y a la espera de su traslado en Buenos Aires.
Esa es la versión que le contó Mondino al Presidente. Sotelo y el asesor estrella estaban al tanto, le avisaron a Propepi que se quede en Washington para que trastabille Lagorio, que ya está afuera del Gobierno (también de la carrera diplomática, porque está jubilado), pero Milei no pudo creerla y mandó al Jefe de Gabinete a echarla, mientras él mismo se ocupaba de ofrecerle el cargo a Gerardo Werthein, quien hacía pocas horas había vuelto a Washington luego de varias jornadas en Buenos Aires donde se lo vio en reiteradas bilaterales con el joven Caputo.
Pero en el Gobierno desmienten todo.
Milei inaugura una fase histérica y perturbadora con un hecho insólito y erróneo
Atribuyen esas especulaciones a mentes afiebradas y ante las cámaras de la sala de conferencias de la Casa Rosada explicó Adorni que "si ustedes mismos conocen la postura del Presidente en la materia, no hay mucho más que hablar. Lo que dice el Presidente se hace. Todo lo demás, no me consta. Lo único que hay que tener en cuenta es que no estuvo acorde con lo que el Presidente piensa".
El argumento es inapelable. Como mínimo, la excanciller actuó con ingenuidad, o sin interpretar las reglas diplomáticas en este Gobierno, que tiene características particulares. Si bien tenía razonabilidad que Argentina vuelva a votar como hace 32 años en contra del bloqueo norteamericano a Cuba, "a favor del libre comercio" -como interpretaron varios dirigentes libertarios al conocerse la decisión- la tensión que Milei estaba llevando al Palacio San Martín con las últimas designaciones y varios apartamientos y una carta de tono imperativo acorde a su visión del mundo, la tendrían que haber alertado.
En un punto, cualquier cosa que hiciera podía estar mal si ya estaba apuntada por los Milei. Incluso si Argentina no votaba o se abstenía. Porque este voto, que carece de toda importancia en el mundo diplomático y que casi se ejecuta de manera automática por las cancillerías de todo el mundo, le da a Milei la posibilidad de mostrarse como un distinto frente a la escena global, un perfil que lo fascina.
¿No podía darse cuenta Mondino que el asunto exigía otro tratamiento? O, por lo menos, tomarse recaudos especiales que demuestren de modo fehaciente que ella, a su vez, pidió instrucciones que le fueron dadas.
Milei eligió esta movida cuando se avecina una fuerte actividad internacional para la Argentina. Entre los días 18 a 20 se realizará el G20 en Brasil, donde el Presidente tiene previsto desplegar su histrionismo antiLula, para el cual Itamaraty se está preparando. Y espera las visitas de la premier italiana Georgia Meloni y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Por otro lado, tiene pendientes definiciones de alta importancia para el país, como un encuentro -o no- con Xi Jinping, que estará antes en la región, entre los días 10 y 14, para asistir a la reunión de la Asociación de Países del Asia y el Pacífico que se realizará en Lima, donde también inaugurará el Puerto de Chancay, una terminal multipropósito ubicada a 80 kilómetros al norte de Lima, que tuvo una inversión de China de 3400 millones de dólares.
Milei no viajará a Lima, aunque fue invitado. Se suponía que si tuviera interés de una bilateral con Xi habría confirmado su presencia, pero no solo no viaja, sino que tampoco viajará Karina Milei a Shanghai, una gira que estaba prevista para la semana próxima.
Con la designación de Werthein algo se está moviendo en Buenos Aires, y parece que no es hacia Oriente.