El amor imposible de Godoy Cruz

Tomás Godoy Cruz fue uno de los mendocinos con mayor gravitación en la historia nacional. Su importancia reside fundamentalmente en haber representado los intereses de San Martín como enviado al Congreso de Tucumán. Su trabajo dio los frutos esperados: se declaró la Independencia y se nombró como Director Supremo a Martín de Pueyrredón, comprometido de antemano a colaborar económicamente con el Cruce de los Andes.

Don Tomás era hijo del chileno Clemente Godoy y la patricia mendocina Nicolassa Cruz de Castillo. Nacido entre el confort y las comodidades que da siempre la riqueza, tuvo acceso a una educación de privilegio: a los dieciocho años se trasladó a Chile para estudiar en la Universidad de San Felipe. Silvia Miguens en su libro "Amor, traición y muerte en la Revolución de Mayo", señala que durante este período la relación de Godoy Cruz con su padre fue muy mala. En alguna oportunidad, Clemente escribió enfadado a su hijo por los rumores de homosexualidad que crecían en torno a él, algo que en la sociedad de entonces no era aceptado.

En 1814 Tomás regresó a Mendoza y fue incorporado a la Logia Lautaro por San Martín. Como señalamos terminó en el Congreso de 1816 siendo diputado por Mendoza, junto a Juan Agustín Maza. Las firmas de ambos se encuentran en el Acta de Independencia, en aquél maravilloso grito que dimos al mundo aventurándonos como una nueva Nación sobre la faz de la tierra.

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Pasados algunos meses el Congreso se trasladó a Buenos Aires y Godoy Cruz acompañó al resto de los diputados a la capital porteña. Nuestro personaje poseía un encanto innato, era muy buen orador y resultaba atractivo a las damas. Pronto se volvió un partido codiciado en la sociedad bonaerense; aunque él sólo tuvo ojos para Victoria Ituarte, sobrina de su amigo Pueyrredón.

Victoria era fuerte, hermosa y decidida. Tomas la superaba en años, pero no en altura y no se encontraba en los planes futuros de la muchacha que, de hecho, mantenía un romance con Manuel Herneregildo Aguirre -uno de los creadores de la famosa Pirámide de Mayo- y con quien se había comprometido secretamente.

Harto de soportar su rechazo Godoy Cruz habló con el tío de la adolescente. A Pueyrredón le pareció una idea magnífica sumarlo a sus filas familiares, pero ninguno de los dos logró convencer a Victoria. Don Juan Martín llegó al extremo de enviar a Aguirre en misión a Estados Unidos buscando allanar el camino para su amigo. Nada hizo cambiar de opinión a la novia. Se encerró en su hogar, esperó un año y medio la llegada de Manuel y estuvo presente en el puerto para recibirlo. Al mes siguiente se casaron. Años más tarde una de sus descendientes recibió en herencia el nombre de esta valiente mujer y, sin duda alguna, su carácter: Victoria y Silvina Ocampo fueron bisnietas del matrimonio Aguirre - Ituarte.

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El mendocino jamás superó esta situación y retiró su amistad al mismísimo Pueyrredón, que en carta a San Martín señaló anonadado: "Debe usted saber que este joven que fue amigo íntimo se convirtió en enemigo. Solicitó casarse con una sobrina, me interesé en su enlace, pero (...) Desde que él vio destruida la esperanza, se retiró de golpe de la casa y empezó a dejarme ver un semblante de desagrado. ¿Lo cree posible? Pues juro a usted, ante el sol, que no ha habido ni hay más un comino entre los dos".

Godoy Cruz terminó desposando a una de sus primas en 1823. Al parecer nunca pudo olvidar a Victoria y su matrimonio fue un calvario para ambos cónyuges... Pero esa es ya, otra historia.