Así es la tecnología que ayudará a evitar un tiroteo masivo en las escuelas de Estados Unidos
Para intentar evitar este tipo de tragedias, los distritos escolares de los Estados Unidos están recurriendo al software de monitorización para identificar a los adolescentes con problemas, según informó The Wall Street Journal.
Cada vez es más frecuente ver masacres con armas de fuego como la ocurrida el pasado martes en la ciudad de Uvalde, en Texas, en el sur de Estados Unidos, donde murieron 19 niños de una escuela de Primaria y 3 adultos (dos de ellos profesores) tras el asalto con una pistola y un rifle de una persona de tan solo 18 años.
Para intentar evitar este tipo de tragedias, los distritos escolares de los Estados Unidos están recurriendo al software de monitorización para identificar a los adolescentes con problemas, según informó The Wall Street Journal. De esta forma se examinarían las publicaciones y mensajes de los jóvenes en las redes sociales, algo que se antoja fundamental a la hora de prevenir estos accidentes.
Un análisis del Servicio Secreto de los EEUU del año pasado llegó a la conclusión de que en el 94% de 67 casos de violencia de este tipo, los atacantes compartieron sus planes a través de mensajes electrónicos, publicaciones online, diarios o en documentos y grabaciones de vídeo y audio. Y el caso de Uvalde no fue una excepción, ya que, en este caso, Salvador Ramos notificó sus planes de matar a su abuela y a los niños de la escuela a una amiga que vive en el extranjero a través de Facebook.
Algunos distritos escolares ya están usando estos sistemas de monitorización, de compañías como Gaggle o Bark (con tarifas que van desde los 2 hasta los 6 dólares al año por estudiante). Estas lanzan unas alertas cuando detectan una redacción que contenga amenazas (homicidio, suicidio...) y dónde las han recibido. De esta forma, cuando una amenaza se considera creíble, por ejemplo cuando un estudiante escribe sobre pensamientos suicidas y no sobre el suicidio para un trabajo de clase, es entonces cuando los consejeros escolares se personan en la casa del estudiante. Y dependiendo de la situación, un estudiante puede ser hospitalizado, remitido a un terapeuta o ser supervisado más de cerca por profesionales.
Sin embargo, los distritos no pueden depender única y exclusivamente de la tecnología para prevenir la violencia escolar. Según indicó el profesor Shepherd, los adultos demandaron más seguridad física, con policías escolares, mientras que los más jóvenes solicitaron más apoyo en temas de salud mental. En este sentido, es importante observar el comportamiento de estos tiradores, ya que, por ejemplo, muchos de ellos experimentaron múltiples problemas en el año anterior al ataque, que iban desde medidas disciplinarias en la escuela hasta abusos en el hogar.
"Las escuelas necesitan personal capacitado que sepan ver cuándo un estudiante está escalando hacia la violencia o el suicidio"
"Reconocimos que todos los estudiantes llegan a la escuela con algunos sentimientos y, a veces, esos sentimientos son de tristeza, enfado o malestar", relató Shepherd. "Si podemos ver eso rápido y temprano, podemos ayudar a los niños a que sus sentimientos no secuestren sus emociones porque ahí es cuando suceden cosas malas". En este sentido, Katey McPherson, directora de desarrollo profesional de Bark, reveló que las escuelas necesitan "personal capacitado que sepan ver cuándo un estudiante está escalando hacia la violencia o el suicidio", y agregó: "Los distritos que no tienen esa capacitación no están obteniendo el máximo beneficio de la herramienta."
Ahora, solo hace falta que todos, o la mayoría de los distritos escolares, se sirvan de esta tecnología de monitorización para así intentar evitar matanzas como la ocurrida hace unos días en la ciudad de Uvalde. Según señala Shepherd, su distrito de Texas ha identificado al menos dos docenas de amenazas graves de autolesión o daño a otras personas durante este año escolar. Pero advirtió de que nunca se sabe cuántos actos de violencia se podían haber evitado.