Santiago Caputo no renunció y niegan crisis en el Gobierno
"¿Crisis, qué crisis?", dicen cerca del Presidente, buscando mostrarse despreocupados ante un escenario para el que no estaban preparados. Encontrar un responsable no es sencillo, cuando el propio Javier Milei y su hermana están involucrados. "Inundar la zona", la estrategia que no pueden retomar.
"Es fáctico que no tengo súper poderes", aseguran que dijo Santiago Caputo a su equipo en la Rosada cuando lo vieron entrar con anteojos espejados a una reunión y parecía un dibujo de animé luchando contra los malos de la historia, que en este momento parecen difíciles de encontrar. ¿Quién tiene la culpa? ¿Mauricio Macri?, pueden llegar a necesitarlo. ¿Victoria Villarruel?, mucho más esta semana, cuando necesitan que el Senado se reúna y vote la suspensión de las PASO y el pliego de Ariel Lijo. ¿Cristina Fernández de Kirchner? De algún modo también se la necesita en el Senado, así que mejor no decir nada de ella. ¿El periodista Hugo Alconada Mon? Ese es un flanco fácil, porque no disputa poder, y viene destapando con destreza ollas que complican más y más al Gobierno, así que cuanto antes lo anulen, más tranquilos estarán. Pero solo es fulbito para la tribuna. ¿A quién, de verdad, echarle la culpa de la crisis del Gobierno?
Por suerte, Jonatan Viale se la agarró con algunos colegas que habrían cobrado dinero en negro de Horacio Rodríguez Larreta cuando era precandidato en las PASO de Juntos por el Cambio, lo que le permitió al Presidente postear un largo tuit donde dijo que "sorprende el silencio de muchos autodenominados paladines de la anticorrupción por estas horas". "Casualmente eligen omitir que su jefe, cabeza de lista y candidato presidencial fue acusado de 'ensobrar' periodistas con el dinero de los pagadores de impuestos", agregó. Para luego quejarse por "los que cuestionan mi entorno deberían preguntarse qué tipo de gente estuvieron apoyando todos estos años (si es que no sabían)". " Ni ellos ni los que extrañan esos sobres vienen por mí, vienen por el futuro de todos los argentinos, yo solamente estoy en el medio Y NO ME VOY A CORRER", finalizó.
Como entienden que nunca necesitarán hablar con él, el ex jefe de Gobierno porteño es el mejor blanco que puede tener un Gobierno que está atrapado en explicaciones poco contundentes en un episodio que no se termina de entender, jugándola de atrás y sin instrumentos, porque los que les sirvieron para llegar hasta acá, no funcionan en estas circunstancias.
En el peor momento del Gobierno, admiten enojos cruzados en el entorno presidencial
Antoni Gutiérrez-Rubí, el experto contratado por Jorge Macri para llevar adelante una estrategia que le permita sobrevivir al avance libertario, lo puso así en una nota que acaba de publicar en el diario La Vanguardia.
"El equipo de Trump ya anunció que, en su regreso a la Casa Blanca, la consigna sería shock and awe, conmoción y pavor. Y lo consiguen 'inundando la zona', una ofensiva comunicativa que despliega múltiples temas simultáneamente, dificultando la reacción de los medios y de la oposición. Basta seguir durante un día la cuenta de Truth del presidente (norteamericano)) para comprobarlo: el anuncio del sobrevuelo del avión presidencial sobre el golfo de México (de América, según él), su presencia en la Super Bowl, los decretos para que vuelvan las pajitas de plástico o para eliminar las monedas de un céntimo, entre otros muchos. Lo que se busca, en todos los casos, es mantener la iniciativa, crear percepción de poder y abrumar a las oposiciones. Quien domina la agenda domina el debate. Ese es el credo trumpista", escribió el consultor.
Cualquier parecido con la realidad local, es pura coincidencia.
Javier Milei, bajo la estrategia ideada por Santiago Caputo, venía abrumando con una agenda imposible de seguir por el periodismo, que ni siquiera podía chequear suficientemente cuánto de verdad o de mentira había cada anuncio, qué relevancia en el contexto de reformas, quiénes eran los beneficiados con las nuevas medidas. Ni qué decir la oposición, que carecía del tiempo necesario para contrarrestar al Gobierno, apenas porque la política tradicional necesita negociaciones, acuerdos, responsables del seguimiento de los temas, algún liderazgo, cuestiones que no le interesan al modelo "shock and awe" del Presidente.
Pero esa capacidad está hundida por el momento. Milei perdió la iniciativa, la conversación se la impone un desordenado universo que él supo alinear a su favor, pero que ahora se declaró en rebeldía. ¿Por cuánto tiempo? ¿Es definitivo? ¿Se termina con un viaje exitoso a Washington DC? ¿Será exitoso el viaje?
"Inundar la zona", la estrategia de Trump, hace que los propios ciudadanos se sientan desconcertados ante el fenómeno de la aceleración. Aquí, en Argentina, más bien parece que el inundado es el propio Gobierno, que no puede salir de una crisis, ni sabe dónde exactamente se generó. Tampoco cómo volver a poner proa al barco.