Por qué Trump aun no está listo para que muera Kim Jong-un

Un análisis publicado en Estados Unidos pone en foco qué representaría para Trump una desaparición de Kim y la lucha por la sucesión en el poder norcoreano.

Según el analista estadounidense Jung H. Pak el presidente Donald Trump no está preparado para que muera justo ahora el dictador norcoreano Kim Jong-un. "Trump a menudo se ha jactado de su enfoque hacia Corea del Norte, promocionando su relación con Kim en sí misma como un progreso hacia las relaciones bilaterales y la desnuclearización. Pero la ausencia de Kim ahora nos muestra cuán frágil es realmente el enfoque de Trump", escribió en el portal Politico.

Agregó luego que "la estrategia de Trump hacia Corea del Norte ha consistido en eludir los procesos diplomáticos establecidos y reducir los lazos de Estados Unidos con Corea del Norte a un único canal superficial de líder a líder". 

Pak indicó que "el alcance directo de Trump no condujo a ningún avance diplomático: simplemente le dio legitimidad a Kim mientras continuaba construyendo su arsenal nuclear. También permitió a Kim eludir a los funcionarios del Departamento de Estado de Trump en todos los demás niveles, cerrando las conversaciones a nivel laboral y limitando la capacidad de Washington de obtener información sobre el país". Y entonces, remato: "Ahora, con Corea del Norte potencialmente enfrentando un futuro incierto, la administración Trump está mal equipada para manejarlo".

Para Pak, en su clumna especializada en Politico.com. "la ausencia de Kim desencadena visiones de disrupción regional masiva con consecuencias catastróficas". Explicó entonces que "Corea del Norte tiene posiblemente docenas de armas nucleares, una gran cantidad de armas biológicas y químicas, una amplia gama de misiles balísticos y un ejército de un millón de personas. La propaganda estatal ha dejado en claro que solo Kim controla estas palancas del poder militar". 

De tal modo, el análisis viró hacia la potencialidad de la pelea. Entonces, Pak indicó: "Una lucha de poder en Corea del Norte como resultado de la muerte o incapacidad de Kim podría llevar a los funcionarios a luchar por el control de las armas nucleares del régimen, ya sea para usarlas o venderlas por dinero en efectivo. Tal desarrollo podría invitar a la intervención militar de Estados Unidos, China y Corea del Sur, preparando el escenario para la confrontación y el error de cálculo que podría convertirse en un conflicto más grande".

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