Pedro Von Eyken: Qué piensa que pasó el argentino que conocía al asesinado presidente Moïse

Pedro Cornelio Von Eyken fue embajador argentino en Haití entre 2017 y 2019, en que fue convocado por la Cancillería a raíz de un tuit que se consideró polémico. A raíz de ello, se retiró tras más de 37 años en el servicio diplomático.

En su misión en la isla del Caribe, llegó a dialogar con el asesinato presidente Jovenal Moïse, y por ello hablamos en torno al permanente conflicto que parece envolver a Haití y lo que rodea al magnicidio.

Este fue el dialogo mantenido en el programa "Tormenta de Ideas", por Radio Nihuil este sábado:

- Realmente queremos comprender Haití. Hace unos meses atrás le habían hecho un golpe de Estado y logró reponerse en su silla. Nos cuesta comprender, porque la verdad es que se sabe poco y se habla porque el presidente fue asesinado y cuando le pasó una catástrofe.

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- Lamentablemente ha sido bastante invisibilizado por la comunidad internacional, incluida la Argentina, en el tiempo reciente. No asumo una defensa de abogado del presidente fallecido. Lo conocí muy bien, pero me refiero a las acusaciones de corrupción que yo viniendo de Argentina no puedo levantar el dedo o tirar la primera piedra. Dirigía un país republicano democrático, pluralista, con economías de mercado y mandado acotado. Para muchos era un dictador, seguramente gente que no vivió la época de Duvalier. Porque en una dictadura, y yo estuve destinado muy cerca, uno no puede manifestarse como se manifestaba la gente en Haití. Es verdad que las manifestaciones se reprimían, pero se manifestaban. Segundo, yo estuve en Haití 22 meses y casi todos los días la prensa lo atacaba, bien o mal. En una dictadura eso es imposible. Un responsable político y no solamente un diplomático de carrera tiene que siempre evitar a dar nombres y apellidos y nombres de países.

- Aunque haya sido un dictador tampoco se justifica un magnicidio.

- De ninguna manera. Hice muchos amigos en Haití y hay mucha gente que lo extrañan a Duvalier. Algunos dicen hace falta mano de hierro. Hacer propias las críticas cuando no se conoce bien la sustancia es mejor no hacerlo. 

- ¿Cuándo se enteró del asesinato del presidente se sorprendió?

-Me sorprendí y me shockeó mucho. Él mismo había anunciado premonitoriamente que había gente que lo quería matar, pero me sorprendió. Yo creo que lo que se buscaba era sacarlo del poder, pero juzgarlo en el país. Sabemos hace décadas a los que estábamos acostumbrados algunos se escapan y algunos son juzgados. Se esperaba eso si las manifestaciones lograban su objetivo, pero no esperaba un asesinato. Había muchos intereses creados, no me parece prudente analizarlo, pero había muchos intereses económicos dentro y afuera del país. De dónde viene la gente que habla inglés y castellano, gente disfrazada con el uniforme del DEA, qué puedo decir yo. No podría nunca señalar a uno.

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-Lo que sorprende de Haití es que nunca puedo hacer del barrio. Es raro que lo digo un argentino, pero la verdad es que el nivel de violencia y de pobreza, es realmente atormentador lo que sucede en Haití. Sin embargo, desde algunas voces desde el gobierno del presidente,  sostienen de que hay culpa también de las intervenciones extranjeras. ¿Cuánto hay de mito y cuánto de realidad de todo esto?

-A mí no me consta nada, pero sí he escuchado lo mismo que ustedes y de países muy importantes. ONG y autoridades de países muy importantes cerca Haití que se habían quedado con dinero. Y también lamentablemente una nueva fuerza de paz que estaría a punto de ser convocada y, lo aclaró, el propio presidente lo había pedido. Una fuerza de paz, aunque sea necesaria, siempre se considera invasiva, medianamente o no invasiva. Pero cuando llega la fuerza de un país, a menos que sea un caos absoluto, llega con el consenso del presidente. Me parece, no me quiero aventurar como un hecho, podría llegar una nueva fuerza de paz. En la fuerza anterior, en la que participó mucho la Argentina, tuvo el rol importantísimo del hospital movible de la Fuerza Aérea que no sólo sacó balas, atendió partos y tuvo un rol importante en el terremoto del 2010.

- Qué función cumple un hospital que inauguró Cristina y que lleva el nombre de Néstor Kirchner.

- Yo lo visité. Tenía otro nombre y después se rebautizó. Se invirtieron entre 800 mil y un millón de dólares para rehacerlo equiparlo. Fui porque me invitó un diputado haitiano de la oposición y me pidieron paneles solares y una unidad odontológica. Está muy bien atendido por médicos cubanos y haitianos. Era un viaje de 300 kilómetros, pero de 7 horas por los caminos de Haití. Recorrí bastante el país con los gendarmes. No sé que habría hecho sin la gendarmería argentina, porque con esa violencia es indispensable. Se abandonó el programa agrícola que era el Pro Huerta por falta de semillas y eso ayudó muchísimo. En Haití lo que se puede dejar de hacer es cooperar. Hay 21 embajadas residentes, todas tienen programas de cooperación. Haití es un antiguo de Argentina, siempre nos apoyó con Malvinas, son fanáticos de Messi. En fin, es un país al que no se puede invisibilizar.

- No quiero terminar la entrevistas sin consultarle, y tal vez estemos a tiempo para aclarar, por el incidente por el que a usted se le se le pidió el traslado de la Argentina. Fue un tweet en donde reivindicaba a su padre que había sido integrante del ejército alemán en la Segunda Guerra y a partir de allí se lo tildó de nazi.

- No pensaba mezclar las cosas, pero lo voy a contestar. Ese fue uno de los motivos por los cuales me retiré hace 2 meses, 2 años antes de la edad jubilatoria. El final de mi tuit, que yo saludo en el día del Ejército Argentino, y el final como hijo de un oficial de la segunda guerra. Ese final, visto en perspectiva, fue una frase desafortunada de mi parte, atento en la extrema generalización que en la Argentina hay desconocimiento. Yo no me quisiera meterse en camisa de once varas, pero acá pasa algo parecido con las fuerzas armadas del año 76. Todos los oficiales de las tres fuerzas armadas no tiraba gente de los aviones y torturaba. ¿Sí o no?

- Entramos en territorio polémico eterno... 

- Volvamos entonces a mi padre. Nunca estuvo en la SS, combatió en el frente abierto en una guerra convencional. Era paracaidista. En mi casa jamás te hablo mal de ningún grupo, nunca se habló de nada de los judíos, pero fue una operación a mí juicio montada desde muy arriba, no voy a aclarar porque  tengo conjeturas firmes, pero no pruebas, para sacarme de Haití. Porque quizás estaba haciendo un poco pesa, insistiendo a la Cancillería en que no se invisibilizara a Haití y se siguiera cooperando. Ese  frase mía final, me parece a mí, es un impresión mía, que es desafortunada de mi parte. Le dio todo todo servido en bandeja. Fíjese que la ONG más emblemática de la comunidad judia, mi padre no tuvo nada que ver con el holocausto. El embajador de Israel en ese momento no se manifestó.

- Le agradezco la aclaración, pero también me entra la duda por qué entonces a raíz de ese episodio abandona una carrera diplomática tan extensa.

- Me faltaban casi dos años cuando me retiré en abril y en el mismo abril me doctoré en Ciencias Políticas e hice una tesis sobre Cuba. Estuve tres años en Cuba. Vi la caída del Muro de Berlín, llegué a Cuba cuando empezaba Raúl Castro y después me toca Finlandia en plena época de la pastera. Quise terminar la tesis sobre Cuba, porque la conocí entera de punta a punta, a mi edad 63 años soy doctor en Ciencias Políticas y podré dedicarme a otras cosas.

Escuchá el programa completo bajo o haciendo clic aquí, y la entrevista a Pedro Von Eyken allí:

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