El nuevo jefe de la Iglesia en San Rafael habló sobre su situación penal

El nuevo administrador apostólico, monseñor Carlos María Domínguez, formuló aclaraciones en torno a una denuncia en su contra en San Juan, en donde era obispo auxiliar y a la vez, admitió que habrá cambios en el Obispado de San Rafael. "No vengo como enemigo de nadie", dijo a la prensa al llegar al sur mendocino.

El administrador apostólico del Obispado de San Rafael, monseñor Carlos María Domínguez, que asumió en reemplazo del renunciante obispo Eduardo María Taussig, habló sobre l denuncia penal contra su persona en San Juan: "La quiero aclarar para ser sincero y poner el punto final en esto", sostuvo al presentarse a la prensa en el sur mendocino.

"Yo como representante legal del arzobispado de San Juan he tenido que firmar un documento de compraventa de una propiedad en el departamento de Caucete, y por una estrategia judicial y por un conflicto familiar, me vi envuelto en esta circunstancia justamente por haber firmado, donde se engañó, en una presunta estafa a una persona psiquiátricamente incapaz", relató.

"La escribana donde se firmó eso dio fe de que esa persona era capaz, los hijos quisieron proponer que era incapaz, y nunca se obró ni por engaño, ni de mala fe. De hecho, a la semana, los abogados del Arzobispado actuaron de una manera profesionalmente brillante, y en una semana esa situación quedó cerrada: se devolvió la propiedad, se firmó la nulidad del acto jurídico. Si bien la denuncia penal no se puede retirar, es voluntad de la otra parte que no avance. Por lo tanto eso es un caso cerrado, y en ningún momento se demostró ni pretensión de bienes, ni tampoco engaño, ni una presunta estafa", detalló. "No vengo con un prontuario judicial a San Rafael, sino todo lo contrario", aclaró.

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Finalmente, invitó a los sanrafaelinos a "que nos demos la oportunidad de conocernos", sin prejuicios ni etiquetas. "Yo vengo a animar la esperanza, a tratar de respetar el dolor ajeno, tratar de sanar las heridas, de consolar, de animar, y de que la Iglesia de San Rafael siga caminando dentro de una comunidad más grande, que es la Iglesia en la Argentina, la Iglesia universal".

La situación por la que llega tras la renuncia del obispo Taussig

El administrador apostólico sede vacante de la diócesis de San Rafael, monseñor Carlos María Domínguez realizó su "profesión de fe y juramento de fidelidad" ante los miembros del Colegio de Consultores Diocesanos, que ocupan el lugar del Consejo Presbiteral. Con este acto, el nuevo administrador apostólico tomó posesión de su cargo.

En el acto, que se realizó en la capilla interna del Obispado, el administrador apostólico tuvo un gesto especial con monseñor Eduardo Maria Taussig, obispo emérito de la diócesis: lo invitó a firmar los documentos junto con él. "Habitualmente eso no se hace, porque en general, cuando esto ocurre ya no está el obispo. Como monseñor Taussig se ha quedado unos días, para acompañarlo en estos primeros días, le pidió que también él firmara", explicó el vocero del obispado, presbítero José Antonio Álvarez, y agregó que es un gran gesto "de cariño y también de continuidad".

Domínguez dialogó con los medios locales. Allí, fue presentado a la comunidad y expresó su anhelo de conocer la diócesis -la sexta diócesis argentina en extensión- en su totalidad, pero reconoció que para ello necesitará un tiempo, según informó la agencia católica de noticias AICA.

Por ese motivo, consultado sobre posibles cambios en la diócesis, respondió que "cambios tendrá que haber, seguramente", pero no puede prever todavía ninguna modificación sin antes conocer a los sacerdotes, las comunidades y los templos de la diócesis. "Cuando tome el pulso de la situación iremos discerniendo para ver qué se puede hacer", anticipó.

En cuanto a la situación del seminario de San Rafael, aclaró que está bajo la jurisdicción de la Congregación del Clero, "no me corresponde a mí, en este momento, como administrador apostólico, plantear la decisión de reabrirlo o no".

En ese sentido, explicó que "en un horizonte cercano no se va a plantear la reapertura del seminario".

En cuanto a su trayectoria, expuso que ejerció cargos de gobierno en la Orden de Agustinos Recoletos, a la que pertenece, hasta su nombramiento como obispo auxiliar de San Juan de Cuyo, título que conserva y por lo cual, aclaró, tendrá que "repartirse" entre ambas diócesis, pero teniendo como prioridad la de San Rafael.

En un mensaje a la feligresía de San Rafael que a partir de ahora deberá pastorear, expresó: "Tenemos que tratar de luchar todos por la unidad, de pacificar la situación, de no crear ni fomentar divisiones ni disensos, que desgastan, desaniman y pueden hacer llevar a perder la fe".

En esa línea, el prelado aconsejó "principalmente, volver a lo esencial que es el Evangelio" y llamó a llevar a cabo acciones que tiendan a "construir".

"No vengo como enemigo de nadie"

"No vengo como enemigo de nadie, sino con una actitud totalmente abierta. Mi lema episcopal es 'Alegres en la esperanza', una frase de la carta de Pablo a los Romanos. Es la impronta que quise darle a mi ministerio", afirmó.

"Que el seminario esté cerrado no significa que no haya seminaristas de San Rafael", aclaró el prelado, y animó a "seguir trabajando profundamente por la pastoral vocacional dentro de la diócesis", acompañando a los jóvenes en el proceso que vayan haciendo. Los seminaristas de la diócesis estarán repartidos en cuatro seminarios, según lo dispuesto por la Congregación del Clero, detalló.



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