Javier Milei se reunió con Xi Jinping para sostener el swap
El presidente libertario y el líder comunista se encontraron por primera vez para avanzar en una agenda común vinculada a las inversiones en infraestructura que pretende Beijing y la necesidad de Argentina de mantener el swap y multiplicar las exportaciones al lejano oriente.
El presidente Javier Milei se reunió con su par de China, Xi Jinping, en el marco de la Cumbre de Líderes del G20 en Río de Janeiro.
El mandatario nacional tuvo su primer encuentro bilateral con el presidente chino, en medio de la negociación por los swaps.
Milei publicó una fotografía oficial del encuentro en sus redes sociales que se extendió durante 30 minutos, en la que se los ve a los dos en medio de un apretón de manos.
Pese a sus fuertes críticas contra el secretario general del Comité del Partido Comunista Chino, el libertario concretó la reunión que tuvo lugar en el Hotel Sheraton, donde se aloja el mandatario chino después de algunos meses de gestión.
"No voy a hacer negocios con China. No voy a hacer negocios con ningún comunista", planteaba el mandatario hace más de un año. Algunos meses después, bajó la temperatura de sus dichos al calificar a China como "un socio comercial interesante".
El evento canónico fue el acuerdo para renovar un swap de monedas, que facilitó al país postergar el pago de yuanes por el equivalente a 5.000 millones de dólares.
A cambio del respaldo financiero y el apoyo al país ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), Xi pide represas hidroeléctricas, centrales nucleares, el control de la hidrovía, y acceso al litio, ente otros puntos estratégicos.
Tras su participación en la Cumbre de jefes de Estado del Grupo de los 20, donde expuso que "lo único que funciona para sacar a miles de millones de la pobreza es el capitalismo de libre empresa", Milei cumple una agenda de reuniones bilaterales variadas que inició con Xi Jinping y que continuará con la directora del FMI, Kristalina Georgieva.
Cerca de las 10.40, Javier Milei y Xi Jinping se encontraron para diseñar una hoja de ruta que contemple las necesidades económicas de la Argentina y fortalezca los intereses de Beijing que empuja una ofensiva geopolítica sobre América Latina.
El jefe de Estado llegó al encuentro con Xi junto a Karina Milei -secretaria General de la Presidencia-, Gerardo Werthein -ministro de Relaciones Exteriores- y Luis Caputo, titular del Palacio de Hacienda. Tras la reunión con el líder chino, Milei y su comitiva se reunirán con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Milei está en las antípodas ideológicas de Xi, y durante la campaña electoral de 2023-hoy se cumple un año de su triunfo en el balotaje- reiteró que no tendría ninguna vinculación con Beijing, si asumía en la Casa Rosada.
El pragmatismo político que exhibe Milei con Xi es consecuencia directa de los consejos del ministro Caputo y el titular del Banco Central, Santiago Bausili. Argentina tiene una debilidad estructural en sus reservas públicas, y China funciona como un soporte financiero a través de un swap por 5.000 millones de dólares con libre disponibilidad.
El presidente conoce de economía y finanzas, y sencillamente Caputo y Bausili le explicaron que sin swap chino todo podía complicarse en los mercados. Milei entendió el asunto y apelando a la realpolitik dio un giro de 180 grados. Desde ese momento, Milei, Karina Milei, la excanciller Mondino, Werthein, Caputo y Bausilli se dedicaron a aceitar los vínculos diplomáticos con Beijing.
En este contexto, el ministro de Relaciones Exteriores cerró la audiencia de Milei y Xi en el G20.
El líder comunista ya sabe de las necesidades de la Argentina, y a cambio tiene una larga lista de objetivos geopolíticos que intenta coronar desde la administración de Mauricio Macri y el gobierno que compartieron Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
La ambiciosa lista de Xi incluye las represas hidroeléctricas en el sur, las centrales nucleares en Buenos Aires, un puerto de aguas profundas en Tierra del Fuego, la participación en las comunicaciones de la Argentina, el control de la Hidrovía, y el acceso sin límites al cobre y litio del país.
Además, Xi desea recuperar la construcción de las represas en Santa Cruz, un proyecto emblemático para China que pretende mostrarse activo en América Latina. El gobierno avalaría este pedido de Xi, pero tiene un problema previo: no hay plata, ahora. Y Argentina está comprometida a poner su parte para que avancen las obras.