México rompió relaciones con Ecuador tras la detención del ex vicepresidente De Rafael Correa

La Policía irrumpió en la Embajada mexicana en Quito para capturar al número dos en la gestión de Rafael Correa.

La detención del exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas en la Embajada de México en Quito tuvo como respuesta la decisión del gobierno de López Obrador de romper las relaciones bilaterales.

Glas, condenado por corrupción, permanecía en la legación diplomática mexicana en Ecuador desde que pidió asilo en diciembre, una petición que fue otorgada por México más temprano el viernes.

La Policía entró por la fuerza a la embajada de México en Quito antes de realizar el arresto, publicó el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en X. La oficina de la Presidencia ecuatoriana dijo en un comunicado que había detenido a Glas, quien fue vicepresidente durante el gobierno izquierdista de Rafael Correa entre 2013 y 2017.

Había una fuerte presencia militar en una unidad de flagrancia en Quito, donde fue llevado el exvicepresidente.

El arresto culmina una semana de crecientes tensiones entre México y Ecuador, que el jueves declaró persona non grata al embajador mexicano en Quito, citando comentarios "desafortunados" del presidente izquierdista López Obrador.

El Gobierno de Ecuador sostiene que la oferta de asilo de México era ilegal.

En un comunicado, la Presidencia de Ecuador acusó a México "al haberse abusado de las inmunidades y privilegios, concedidos a la misión diplomática que albergaba a Jorge Glas, y conceder asilo diplomático contrario al marco jurídico convencional".

López Obrador afirmó que había ordenado a la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, suspender las relaciones diplomáticas con Ecuador, calificando el arresto como un acto "autoritario" una violación del derecho internacional y la soberanía mexicana.

Bárcena anunció poco después, a través de la red social X, el "inmediato rompimiento" de las relaciones diplomáticas con la nación sudamericana.

Las autoridades de Ecuador habían pedido permiso a México para ingresar en el recinto y arrestar a Glas, quien fue sentenciado a seis años de prisión en 2017, luego de ser declarado culpable de recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de contratos gubernamentales.

Glas, quien tiene orden de arresto preventivo por otro caso de corrupción, se ha quejado de que está siendo perseguido por su afiliación política, lo que el Gobierno de Ecuador niega.

Los funcionarios ecuatorianos se irritaron esta semana por los comentarios de López Obrador sobre las sangrientas elecciones del año pasado en el país sudamericano, en las que un candidato presidencial fue asesinado.

El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, asumió el cargo a fines del año pasado y rápidamente enfrentó una escalada de conflicto con las bandas de narcotraficantes, lo que lo llevó a declarar un estado de emergencia a nivel nacional a principios de este año, que extendió el mes pasado.

Así detuvieron al exvicepresidente mexicano en medio de un fuerte operativo

Autoridades de Ecuador entraron por la fuerza a la embajada de México en Quito y se llevaron detenidoa al exvicepresidente Jorge Glas, quien estaba refugiado desde diciembre pasado eludiendo una orden de captura tras ser condenado por casos de corrupción y malversación de fondos.

"El Gobierno Nacional informa a la ciudadanía que Jorge Glas Espinel, condenado a pena privativa de libertad por la justicia ecuatoriana, ha sido detenido esta noche y puesto a órdenes de las autoridades competentes", comunicaron desde la administración ecuatoriana.

Ecuador señaló que "toda embajada tiene una sola finalidad: servir como un espacio diplomático con el objetivo de estrechar las relaciones entre los países".

Y añadió que "ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político. Jorge Glas ha sido condenado con sentencia ejecutoriada y contaba con disposición de captura emitida por las autoridades competentes".

Glas, exvicepresidente del exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), es acusado de desviar fondos públicos destinados a la reconstrucción de poblados costeros tras un devastador terremoto en 2016.

El gobierno ecuatoriano consideró el asilo a Glas como un "acto ilícito", ya que el exfuncionario es requerido por presunto peculado y las convenciones internacionales dictan que esa figura no aplica para delitos comunes, según un comunicado.

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