El Gobierno, ante el primer desafío de los mercados

Javier Milei no iba a participar de la reunión de Gabinete hoy, pero lo hizo. En el Salón Eva Perón, todos los ministros dieron el presente y evitaron mostrar ansiedad. Sin embargo, fue el tema al que más tiempo le dedicó el Presidente, acompañado en este caso por las palabras de tranquilidad del ministro de Economía, Luis Caputo.

Y como de los laberintos se sale por arriba, desde Rosada se envió un mensaje claro: "Como todo cambio, se genera incertidumbre hasta que los agentes económicos se adecuan al nuevo escenario".

Algo parecido dijo el vocero presidencial en su habitual conferencia de prensa: "Cuando anunciamos el déficit cero, el dólar también pegó un salto, y luego se terminó acomodando". "Ahora que anunciamos la emisión cero" pasará lo mismo, agregó.

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En efecto, ante el cambio de administración, los mercados dieron por hecho un salto del dólar que llevó la inflación a superar el 20%. Se hablaba por entonces de 1400 pesos, hacia donde tiende el blue en estos días, incluso superando esa cifra. Es lo que recordó Caputo en Gabinete, buscando tranquilizar a sus colegas.

No habrá devaluación. No habrá más impuestos, más bien tienen pensado una reducción del impuesto PAIS como paso previo al levantamiento del cepo, que sigue en la etapa 3. O sea, no hay cambio de planes.

"La reacción de los mercados es la típica volatilidad que se produce frente a un escenario de excesivas ganancias que hubo en los últimos meses", se explicó en Gabinete.

Y, muy confiados, explicaron las fuentes que "nuestro país está yendo a un programa completamente novedoso en materia de superávit fiscal, comercial, de cuenta corriente, y terminando de limpiar el problema de los pasivos del Central para terminar con la emisión para siempre".

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No es un objetivo menor. En Rosada creen que "no es un problema, puede haber volatilidad". Pero, a la espera de lo que digan los mercados, la orden que tiene Caputo es no salir de nuevo a hablar por los medios, ya que la conferencia de prensa del viernes, lejos de dar tranquilidad, agitó las aguas más de lo previsto.

Adorni no opinó sobre el crítico documento de Domingo Cavallo ni sobre el que presentó Fundación Pensar, del PRO. Tampoco quiso referirse a las declaraciones del economista que es asesor presidencial, Fausto Spotorno. Ninguna crítica a nadie, ni siquiera a los que ya son considerados "opositores".

Mientras Milei se encerraba en su despacho y los ministros volvían a sus tareas, el vocero presidencial ingresó a la Sala de Conferencias con absoluta tranquilidad, como un día normal.

Solo al final, cuando una colega le insistió con que comentara lo discutido en Gabinete se mostró apurado por irse. Había llegado hasta ahí sin cometer errores. Evidentemente quería regresar a su oficina con el placer del deber cumplido, sin decir una palabra más, ni una menos, durante una jornada difícil para el Gobierno.