Marcelo Peretta, sobre la situación gremial: "Hay 20 mil administradores de pobreza y solo 3.500 sindicatos para el trabajo real"

El secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos Marcelo Peretta escribió un libro sobre una nueva manera de llevar adelante el sindicalismo en Argentina y analizó la relación del sector con la política y cómo es visto tanto por los empleados como por los empresarios

Conte, Argüello y Bitar
Conductores del programa "Tenés que saberlo", de lunes a viernes a las 7 por Radio Jornada

Marcelo Peretta es el secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos y en su nuevo libro "El derecho a elegir tu sindicato. Llega el sindicalismo que conquista, compite y concilia" propone una nueva mirada acerca del vínculo entre los entes, los trabajadores y las empresas. En diálogo con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Hernán Bitar en "Tenés que saberlo", por Radio Jornada 91.9, 100.1 de San Martín y FM del Condado 96.9 de Luján, el sindicalista contó su mirada al respecto y cómo impulsarlo en la realidad argentina.

"La situación de los trabajadores está mal, hay mucho sindicalismo oculto que cumple un buen rol pero no lo dejan emerger, la Secretaría de Trabajo había impuesto un cepo sindical por el cual incumple la ley de Asociaciones Sindicales y no firma ni aprueba ninguna nueva inscripción ni nueva personería gremial a pedido de los gordos sindicalistas, osea, los sindicatos más poderosos pero que tienen muchas veces salarios de pobreza o firman paritarias con salarios de pobreza", señaló Peretta.

El sindicalista explicó que hay una distorsión entre el estilo de vida de algunos sindicalistas y el salario de los trabajadores y que analizó los últimos 50 años de sindicalismo para encontrar algunas soluciones: "Veníamos de un sindicalismo fuerte, un sindicalismo que tenía realmente principios, que vivía acorde a los trabajadores, que tenía una influencia sobre la política pero para bien porque había solamente 3% de desempleo y 5% de pobreza a hoy que tenemos sindicalistas que en muchos casos son empresarios, que hacen lo que hacen en el Ministerio de Trabajo para tener una especie de unicato o monopolio porque no les gusta competir y tenemos un 20% de desempleo real, casi un 60% de pobreza, organizaciones sociales que se creen sindicatos porque les han otorgado una personería social que no está contemplada en la ley y que representan subsidiados, no trabajadores; sin embargos están creído de que representan trabajadores y tienen mucha influencia en la política, piden lo que se denomina un salario básico universal, lo cual es una completa distorsión del trabajo con lo cual la conclusión es que el modelo sindical actual no sirve".

Peretta señaló que desde Isabel Perón los presidentes han tenido la oportunidad de renovar el sindicalismo y no lo lograron: "La política de turno cree que, no encarando el problema del sindicalismo, está la solución: sienta a la mesa a los gordos y les pregunta qué quieren. "Que no nos toques esto, que no nos cambies esto, que nos dejen seguir jugando de esta manera y nosotros no te molestamos" y después terminan molestando o siendo una traba, con lo cual ni se reformó, el trabajador perdió porque no se generó empleo y seguimos mal".

El secretario general del Sindicato Argentina de Farmacéuticos y Bioquímicos señaló que Milei está cerca de hacer lo mismo y que no ha realizado una verdadera reforma laboral: "A Los sindicatos no los ha tocado Javier. El sindicalismo que compite, que conquista y concilia como planteo en el libro, no lo ha encarado. Cambió dos secretarios de Trabajo en este año y cinco subsecretarios. Ojalá me equivoque y capaz me dice "en este momento estoy priorizando la inflación y el dólar que no se me vaya por las nubes y después encararé la reforma laboral", pero hoy yo veo que va camino a ser el 12avo presidente, desde la vuelta a la democracia, que no encara la solución".

A su vez, señaló que hay una cultura de "quedarse en la casa y quejarse de todo" pero no de participar por parte de los trabajadores: "Las asambleas que tenían hace 50 años los sindicatos y las movilizaciones que hacían, el interés que había en la política de parte de los trabajadores, hoy no se ve. Hoy se queda en una queja superflua, y después ese desinterés se convirtió en "yo arregló, yo negocio, yo me meto en mi relación con el empleador, no necesito un sindicato", hasta se le toma bronca a la participación del sindicato. Obviamente que eso lo perjudica porque no se entera de lo que realmente negocia el sindicato, no se entera de todos los acuerdos extrasalariales y no se informa de lo que pasa con su situación o con su sindicato. Lo deja al sindicalista y ese sindicalista, que si es un hombre decente y que trabaja, le va a ir bien y al sindicato le va a ir bien".

Además, apuntó contra dirigentes como Cavalieri o Daer, que llevan años enquistados en sus sindicatos, defienden sus intereses no lo de los trabajadores y frenan cualquier tipo de renovación: "En Argentina a veces es más fácil aprobar una candidatura presidencial que una candidatura a secretario general porque se encargan de eliminar cualquier posibilidad de cambio. El político de turno prefiere no tocar eso: "¿a quién ponemos en la secretaria de Trabajo? a tal, ¿tal está de acuerdo? Si, bueno vamos". Con ese vamos, agravamos más la situación, vamos a pasar de 8 millones de trabajadores en negro a más trabajadores en negro".

En esa línea, Peretta brindó una cifra alarmante: "Tenemos 20 mil organizaciones sociales administradoras de la pobreza y solamente 3500 sindicatos para administrar el trabajo real. Está claro que hay una distorsión y es como que vamos camino a ser todos pobres y a depender de un subsidio o una ayuda y cada vez menos tener el privilegio del trabajo registrado".

Por otro lado, marcó que el hecho de desfinanciar la caja de los sindicatos afectará a los más pequeños, ya que los grandes trabajan con empresas asociadas: "Vamos a ser todos monotributistas, todos desprotegidos. Eso no es una reforma laboral, vamos camino a una esclavitud laboral. Hay que reformar los convenios colectivos de trabajo que tienen 50 años de antigüedad y por eso muchas empresas no los aceptan o muchos trabajadores quedan fuera de estos convenios, hay un temor a abrirlos. Yo propongo abrir esos convenios colectivos, aprobar nuevas organizaciones laborales, tenemos los trabajadores del delivery, de las aplicaciones informáticas, sin sindicatos que los representen, sin convenios colectivos que los representen".

En esa línea, el sindicalista puso de ejemplo a Marcos Galperín, creador de Mercado Libre, quien es uno de los argentinos con mayor fortuna y cuyos trabajadores son en gran medida, monotributistas: "Ahí es donde la ley tiene que estar, y que de hecho está, pero no esta extorsión que planteo que no se cumple. Ahí es donde vas a tener más trabajadores en blanco y más equilibrio entre lo que una persona emprendedora va a lograr porque tuvo un esfuerzo, la visión de hacer algo bueno que está bueno, es exitoso y gana millones, con el equilibrio que tiene que tener hoy en el 2024 con lo que significan derechos laborales. Vos ves que en algunas actividades hay una sobreexigencia y en otras actividades, que están creciendo enormemente, va en pos de un pedido de la libertad que hacen los mismo tecnológicos y se esconde en eso un nuevo feudalismo que se está viviendo en donde las empresas tienen todo y los trabajadores, pese a funcionar en esas empresas, están no solo empobrecidos sino sin la posibilidad de tener una movilidad social ascendente"

Sin embargo, Peretta reconoció que no es culpa del empresariado, sino que viene a hacer una autocrítica al sindicalismo: "Yo vengo a criticarme a mí mismo, a criticar a mi sector, cambiemos nosotros. Si nosotros no empezamos a conquistar a los afiliados y decirle que para él es mejor que esté afiliado a que esté solo, autónomo; a competir entre los sindicatos y donde hay un sindicato único, haya 2 o 3 y que el trabajador y el empleador elija; y el empleador en vez de pararle el camión en la puerta y obligar compulsivamente a un convenio antiguo, hay que cambiar de actitud y en lugar de bloquearlo conciliar con él porque si le va bien al empleador y gana plata, yo voy a tener buenas paritarias, más afiliados y mejor remunerados. Si los sindicalistas no cambiamos de actitud, es obvio que cada vez vamos a estar peor y no le vamos a poder echar la culpa a nadie más que a nosotros mismos por no querer una verdadera reforma, una verdadera modernización sindical".

En referencia al libro, el escritor contó que tiene prólogo de Miguel Ángel Pichetto y que el peronismo verdadero apoya esta actualización sindical: "Cuando uno encuentra un por qué, después está el cómo, como dice el dicho. En la medida que pongamos en agenda que esta es la verdadera reforma laboral, esta es la verdadera libertad sindical que necesita la Argentina para tener más trabajadores protegidos, informados de lo que se hace con su salario y cuáles son esos beneficios reales, a la Argentina le va a ir mejor".

A su vez, marcó que quienes conducen los sindicatos no vienen de hace un corto plazo, sino desde hace muchos años: "Cuando Bignone en el 82 llama a normalizar los sindicatos porque ya veía la vuelta a la democracia, muchos de los que fueron designados son hoy los "grandes sindicalistas" que tiene la Argentina. Han sido muy astutos para hacerse reelegir a lo largo del tiempo, pero aquel capital laboral que heredaron en el 74 de 2% de desocupación y menos del 5% de pobreza, y un volumen importante, eso está totalmente descuartizado. Ahí es donde hay que trabajar, yo creo que el presidente tiene la actitud para hacerlo, se ha metido en áreas que uno nunca pensaba que se iba a meter, pero se está demorando, al menos en esta".

Finalmente, señaló que en su libro presenta una opción nueva para poder encarar la problemática: "Hay alguien que se tomó el trabajo de estudiarlo los últimos 50 años y dar propuestas de cambio real. Con estos cambios, con estas nuevas asociaciones aprobadas, con estos nuevos convenios homologados, podemos hacer que el trabajo entre los pequeños sindicatos y las pymes regularicen a razón de 2 millones de trabajadores por año. En 4 años, podemos normalizar la situación laboral de los trabajadores argentinos. Está ahí como un aporte a la actividad laboral argentina", concluyó. 

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