Los pactos entre españoles y aborígenes no consideraban mapuches a los pueblos del lado argentino
Escribe aquí la historiadora Luciana Sabina que "los Puelches de este lado aparecen en la documentación de los parlamentos -es decir en los tratados con los españoles- recién durante la segunda mitad del siglo XVIII, con el incremento del comercio con la zona pampeana. En el parlamento de Lonquilmo (1783-1784), se determina incluir a estos grupos para controlados".
En 1540, Pedro de Valdivia llegó a Chile por encargo de Francisco Pizarro, líder de la conquista española en América del Sur. La misión de Valdivia consistía en explorar y someter los territorios del sur del continente. Partiendo desde la ciudad costera de Arica, se adentró en tierras chilenas hacia el sur, fundando ciudades y expandiendo la influencia española en la región.
La crueldad de Valdivia lo colocó en el centro de odio indígena y terminó siendo capturado por los mapuches, encabezados por el mítico Lautaro. La historia mapuche relata que después de caer presa en la batalla de Tucapel, la suerte de Pedro de Valdivia fue objeto de un prolongado debate.
Hubo quienes propusieron amputar sus piernas, siguiendo la costumbre española, y otros sugirieron asesinarlo, para luego utilizar su cráneo como trofeo. Sin embargo, un cacique llamado Leucotón se levantó en pleno debate, caminó hacia Valdivia y acabó con su vida de un solo golpe en la nuca.
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En el libro "Historia de todas las cosas que han acaecido en el reino de Chile", escrito hacia 1575 por don Alonso de Góngora Marmolejo, basado en los datos de un testigo, se describe la muerte de don Pedro de Valdivia de otro modo. Allí leemos:
"El conquistador fue desarmado y desnudado, le ataron las manos con bejucos (lianas) y lo llevaron caminando por más de dos kilómetros con su casco colocado (celada borgoñona) el que no podían quitárselo. Por estar muy gordo caminó con mucha dificultad hasta que los indios se detuvieron en un bebedero donde se repartieron sus ropas, quedando Lautaro con lo mejor en su poder. Trajeron a Agustinillo, un yanacona que lo servía, quien pudo quitarle el casco. Valdivia al estar sin su casco pudo hablar a los indios diciéndoles que sacaría a los cristianos del reino y despoblaría las ciudades, dando además dos mil ovejas si lo dejaban con vida. La reacción de los indios fue brutal ya que destrozaron a su yanacona ante sus ojos. El padre Pozo, capellán presente rezó por su alma.
Mientras los indios hicieron un fuego y con una concha de almeja le retiraron los músculos de los brazos desde el codo a la muñeca, los que comieron asados en su presencia. Después de otras vejaciones lo mataron a él y al capellán, colocando las cabezas en lanzas junto a las de otros soldados, suerte de la que no escapó ninguno...".
Después de la muerte de Valdivia, Lautaro se convirtió en uno de los líderes más importantes de la resistencia mapuche contra los españoles. Justamente por esto se denominó "Lautaro" a la Logia independentista a la que perteneció San Martín.
Este líder fue capturado a los 13 años por los españoles y terminó cuidando los caballos del propio Valdivia antes de escapar. De los hispanos aprendió habilidades bélicas, pero terminó bajo el jugo enemigo en 1557, a los 23 años.
Su muerte fue un duro golpe para la resistencia mapuche, conjunto de tribus que por entonces eran consideradas araucanos. Desde mediados del siglo XX se autodenominaron "mapuche".
A comienzos del siglo XVII, el fracaso de la colonización del territorio mapuche y la resistencia de los habitantes del sur del río Biobío al sistema de encomiendas, generaron desconcierto en las autoridades de la corona española. Como resultado, se estableció dicho río como la frontera de la colonización y se estableció un ejército hacia 1604, repartidos entre una serie de fuertes.
Durante este período, se observaron dos estrategias diferentes en relación con la conquista del territorio perteneciente a los autóctonos: por un lado, los encomenderos y militares propugnaban la "Guerra ofensiva", que implicaba la conquista mediante la fuerza. Por otro lado, los misioneros jesuitas y las autoridades centrales de la corona española favorecían una "guerra defensiva" basada en la contención y la conversión religiosa.
Con la llegada de Francisco López de Zúñiga al gobierno de Chile entre 1639 y 1646, los jesuitas recuperaron un papel destacado en la política de relaciones con los pueblos originarios. En este contexto fue posible el parlamento de Quillín (1641), un tratado de respeto mutuo entre los españoles y las diversas tribus.
Este encuentro alcanzó un mayor nivel de representación política y de acuerdo, abriendo así la historia de los grandes "parlamentos generales" que se realizarían en el futuro. Observando dicho documento no se hace referencia a ninguna tribu del lado argentino, en el caso de existir un vínculo de hermandad hubiese sido lo esperable.
Los Puelches de este lado aparecen en la documentación de los parlamentos -es decir en los tratados con los españoles- recién durante la segunda mitad del siglo XVIII, con el incremento del comercio con la zona pampeana. En el parlamento de Lonquilmo (1783-1784), se determina incluir a estos grupos para controlados.
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Y cerrando la nota dejamos las palabras del historiador Roberto Edelmiro Porcel, miembro de número de la Academia Argentina de la Historia, donde especifica quienes eran los araucanos, protagonistas principales de esta historia que comienza en el actual territorio chileno y no en el nuestro:
"La Araucanía, en Chile, abarcaba, desde el río Bío Bío al Norte, hasta el Tolten al Sur. Los mapuches, cruzando la cordillera, atacaron y vencieron a nuestros indígenas, tehuelches y pehuenches, araucanizando nuestras pampas, imponiendo su lengua mapa dungu y arrojando a nuestros naturales al sur del río Negro y este de Buenos Aires.
Esta invasión comenzó en el siglo XVIII, se concretó tras la guerra a muerte en Chile (1819/1824) y su dominación duró hasta la campaña del general Roca. Cuando Villegas realizó su campaña en Neuquén, los chilenos, que ya habían terminado la Guerra del Pacífico, atacaron la Araucanía (1883), venciendo a los mapuches y tomando posesión de sus tierras".