Un mundo bajo las armas: récord de muertes por guerras y 56 enfrentamientos bélicos activos

"Muchas de las variables que preceden a los grandes conflictos están en máximos desde la II Guerra Mundial", advierte Michael Collins, del IEP. Un informe de Mario Saavedra en El periódico de España.

El mundo es, cada año que pasa, un lugar menos pacífico. Hay más conflictos, son más violentos y se ha acelerado la carrera militarista. La inversión en Defensa ya no se ve como un derroche, sino como una garantía de seguridad.

Hay dos grandes conflictos en marcha a los que se les está dando una amplia cobertura informativa: la invasión rusa de Ucrania y la guerra de Israel en Gaza. Pero existen muchos otros por toda la geografía mundial, como las guerras de Etiopía o Sudán. Se están desarrollando también conflictos latentes o de menor intensidad, como los de Siria o Irak

Y algunos más que están de momento solo en la cabeza de los estrategas, pero que definen el comportamiento de grandes potencias militares, como Estados Unidos o China. Es el caso de Taiwán y la posible invasión por parte de la enorme República Popular China del Partido Comunista, que reclama la isla como propia y quiere una "reunificación" por las buenas o por las malas. 

En este contexto, la posibilidad de una nueva guerra mundial, que pareció despejarse en los años noventa tras la caída de la Unión Soviética, ya no es descartada ni por los analistas con la cabeza más fría. Muchas de las variables que preceden a los grandes conflictos están en máximos desde el final de la Segunda Guerra Mundial, según el informe del Índice de la Paz Global 2024 del Instituto para la Economía y la Paz (IEP), con sede en Sídney. ¿Estamos en el momento reciente más próximo a una nueva deflagración global?

"Pues desgraciadamente sí. Es cierto que vemos mejorar variables socioeconómicas (como esperanza de vida o escolarización) cuya degradación normalmente asociamos con un conflicto" explicó en conversación con El Periódico de España Michael Collins, director ejecutivo para las Américas del IEP. "Pero apreciamos al mismo tiempo que hay un gran número de conflictos que, aunque hoy por hoy son pequeños, tienen posibilidad de escalar. Y esto en un mundo que ha dejado de ser unipolar para dar paso a un escenario geopolítico más complejo en el que, en lugar de dos bandos, hay muchos bandos que compiten".

Tómese la guerra en Oriente Próximo, por ejemplo. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ya ha dicho que pretende redirigir el conflicto desde Gaza, ya casi totalmente destruida, hacia Líbano, desde donde ataca la milicia chií Hezbolá. Pero Hezbolá no es Hamás. Está mucho mejor armada y coordinada. Puede aguantar el pulso a Israel, especialmente si Irán se involucra. Las consecuencias son impredecibles. Si miramos a Ucrania, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha asegurado que tomará represalias contra la OTAN después de un ataque contra la península de Crimea presuntamente perpetrado con misiles estadounidenses. Estos focos de tensión se incrementan por una competencia estratégica, económica, política y militar, de las grandes potencias: de China a Estados Unidos pasando por la propia Rusia y la Unión Europea. Los miembros de la OTAN han acelerado su inversión en Defensa. Todo ello tensiona los mimbres de la geopolítica: cada vez hay menos acuerdos de seguridad común y más preparativos militares ante escenarios adversos.

Medio centenar de conflictos activos

La tendencia no ha comenzado ahora. El índice de paz del IEP ha caído en 12 de los últimos 16 años. Pero, desde 2019, el desplome es sostenido para este indicador, que mide las condiciones concretas de violencia pero también el aumento del gasto militar, entre otras variables.