Lijo en la Corte: ¿Todo marcha de acuerdo al plan?

El Gobierno esperaba resolver la integración de la Corte Suprema con los decretos por los que designó en comisión a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, pero a un año del anuncio de los nombres, el juez que más le interesaba no logra pasar el filtro. ¿Cómo seguirá la pelea del Gobierno? Escribe Silvia Mercado.

Silvia Mercado
Periodista acreditada en Casa Rosada

La acordada de hoy de la Corte Suprema de la Nación era muy esperada entre quienes siguen las noticias judiciales, una minoría que el Gobierno suele calificar como "los que leen (el diario) La Nación". Es su manera de explicar el poco impacto electoral de cualquier movimiento en ese ámbito, pero donde los libertarios decidieron jugar -como siempre- a todo o nada.

El método que aún en la derrota se conoce como TMDP (todo marcha de acuerdo al plan) parte del supuesto de que aun perdiendo, ganan. Y definitivamente fue poderoso no solo durante la campaña, sino más que nada al comienzo de la gestión, cuando nadie creía que haría virtud de la debilidad. Pero ya están todos alertados, y va perdiendo poder de fuego.

El Gobierno sabía que la nominación de Ariel Lijo tenía complicaciones. No solo porque varios de sus aliados en el Congreso ya habían anticipado que votarían en contra, sino porque la imagen no era la mejor para un Gobierno necesitado de mostrar respeto a la seguridad jurídica para motivar inversiones. Se sabe, el juez federal no tiene una buena trayectoria en materia de moralidad y sus "vicios" son bien conocidos en los más prestigiosos bufetes porteños. Pero, como en otras ocasiones, el mal currículum suele leerse como bueno en la administración libertaria que, en líneas generales, considera que el respeto a la institucionalidad solo benefició a la casta.

La Corte Suprema rechazó la licencia de Ariel Lijo

Lo concreto es que cuando faltaban pocos días para el inicio de las sesiones ordinarias, y viendo que no tenía seguros los votos en la Cámara de Senadores para aprobar el pliego de Lijo, el Gobierno decidió designar a él, y a Manuel García-Mansilla por decreto y en comisión por un año, hasta el inicio del próximo período de sesiones. Hay quienes dicen que esa maniobra tuvo como objetivo poner otro tema en la agenda, huyendo de la repercusión del cripto-escándalo en el debate público.

Como sea, Lijo se movió rápido, pidió permiso a la Cámara Nacional para que lo autorice a tomarse una licencia extraordinaria por cargo de mayor relevancia, que rápidamente le fue otorgada. Y lo que no se sabía entonces es que, en paralelo, García-Mansilla se comunicaba con el presidente de la Corte, Horacio Rosatti, y el cortesano Carlos Rosenkratz, para ponerse a su disposición.´

La Corte tomó el recaudo de separar el tratamiento de ambas designaciones por decreto. Avaló rápidamente la de García-Mansilla, quien además aceptó una jura de bajísimo perfil sin avisar a nadie, ni a su familia, sorprendiendo al Gobierno e incluso a Lijo. Todo se mostró bastante desprolijo. Aunque hoy es posible ver que se estaba tramando otra cosa.

La Corte dejó para hoy jueves el análisis de la aceptación de la licencia extraordinaria de Lijo. Estaba previsto que Rosatti y Rosenkrantz votaran por no. Se suponía que García-Mansilla iba a abstenerse "por decoro", ya que compartía con Lijo el mismo decreto de designación. O que le devolvería el favor al Gobierno, votando a favor, lo que dejaría el pedido de licencia en 2 a 2, con un final abierto, donde seguramente le tocaría decidir al Presidente de la Nación.

En cambio, García-Mansilla demostró independencia de criterio y votó en contra de la licencia, dando una clara mayoría en contra del otorgamiento de la licencia, luego de dar los fundamentos por los cuales corresponde a la Corte dictaminar sobre el asunto. Es decir, invalidando la licencia que le otorgó la Cámara Nacional de Apelaciones, de quien en los hechos depende Lijo directamente.

"Resulta constitucionalmente inadmisible que una misma persona pretenda investir simultáneamente la doble condición de juez con acuerdo y de juez designado en comisión", es lo que dice el borrador de la resolución de siete páginas que obtuvo tres votos de la Corte, y que todavía no fue oficializado. Luego resolvió denegar el pedido de licencia y no tomarle juramento como juez en comisión de la Corte mientras continúe desempeñándose como juez titular con acuerdo del Senado.

Por lo menos, es lo que dice el texto que circula por estas horas con las tres firmas digitales de Rosatti, Rosenkrantz y García-Mansilla. El documento no es todavía carece de número de resolución, aunque podría oficializarse sin la firma de Lorenzetti. Hay quienes aseguran que podría tener modificaciones, lo que parece difícil, ya que las firmas digitales de los cortesanos que firmaron ya están en el sistema.

Un enredo, sí. Es la telenovela de la llegada de Lijo a la Corte, difícil de comprender para el lego, aunque con algunos datos precisos: no todo está saliendo según el plan.

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