Javier Milei le reclamó al embajador americano la falta de apoyo de su país

Lo reveló el periodista Carlos Pagni en el diario La Nación. Manuel Adorni dijo que ese diálogo entre el Presidente y Marc Stanley "no me consta", pero esa sería la razón por la que el Gobierno cambió radicalmente su postura sobre China. Escribe Silvia Mercado.

Silvia Mercado
Periodista acreditada en Casa Rosada

Primero fueron los rumores de que Karina Milei viajaría a China, desmentidos en Casa Rosada. A los pocos días ya se reconocía que el viaje estaba previsto, pero que no se trataba de una visita de tipo política, sino que asistiría a un evento privado. Hace un mes, todavía se insistía con que el Gobierno no encararía relaciones "Estado a Estado" con China, siguiendo el predicamento libertario basado en la postura de que "no hacemos pactos con comunistas, nunca voy a estar alineado con comunistas. ¿Hay alguna duda de que estoy alineado con Estados Unidos y con Israel?".

Tanto es así que, a pesar de que la Secretaria General viajaría a Shangai, oficialmente se insistía en que no había cambio de posición y que, por el contrario, se trataba de una iniciativa privada. Tratándose de China, donde no se mueve ni una conversación por redes sociales sin la anuencia del Estado, se trataba de un argumento falaz. Karina estará presente en la Exposición Internacional que se inicia el 5 de noviembre junto a una delegación de la Fundación Argentina para la Promoción de Inversiones, que ya no está más bajo las órdenes de la Cancillería sino de ella misma.

Esta forma plana, simple, maniquea, o simplemente ingenua de quien finalmente ganó las elecciones en la Argentina, siempre llamó la atención entre los expertos de política internacional. Pero no le hizo mella al embajador chino en la Argentina, Wang Wei, y equipo. Su país tiene ya enterrados millones dólares o swanes en este país y no iba a amilanarse con declaraciones extrañas a la realidad. Por cierto, Milei nunca se fue con chiquitas. Hasta debe haber creído que podía ir contra la escena global del poder y con la infinita paciencia de quien no tiene apuro, sino objetivos.

Pero aquí, lo que se escondía, es la intervención de la hermana del Presidente en el vínculo entre Milei y la embajada china, que desde el comienzo estuvo signado por desencuentros difíciles de explicar en el idioma de la diplomacia. Con el presidente electo, Diana Mondino mantuvo un encuentro con la embajada de Taiwán en la Argentina, una afrenta inimaginable para la potencia asiática. Al regresar de un viaje de la ministra a Beijing para recomponer las relaciones, declaró que "los chinos son todos iguales" por sus rasgos físicos. El embajador Wang tomó nota de las dificultades y empezó a manejarse directamente con la Secretaría General, haciendo una inusual tarea de relaciones públicas donde invitó a varios funcionarios destacados y concretando encuentros que se mantuvieron muy secretos.

Así es que se destrabó el vínculo. Fue Karina la que convenció a su hermano de que tenía que encontrarse con el embajador chino. No fue sencillo. A Milei no le gusta que se vean sus contradicciones en público, "no le hace bien a su personaje" asegura un amigo que lo conoce desde años y hoy está distanciado. Lo concreto es que una noche, contra todo pronóstico, el Presidente se dirigió al edificio del barrio de Belgrano , que la Secretaria General ya conocía porque aceptó un encuentro que se concretó a fines de julio para destrabar la inversión de las represas de Santa Cruz, que se financian con un crédito que otorgó el gobierno chino, a través de un consorcio de bancos.

Antes de aceptar el encuentro con Wang, Milei esperó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) dejara de palmearle la espalda y diera finalmente inicio formal a la negociación para un nuevo acuerdo, condición que el Gobierno siempre consideró imprescindible para abrir el cepo. Pero no lo logró.

Un día aceptó visitar la embajada china y los resultados fueron inmediatos, tal como él mismo reconoció en sus sorprendentes declaraciones en el programa de Susana Giménez, cuando ante una pregunta notoriamente acordada, Milei dijo que "China es un socio comercial muy interesante, porque no exigen nada, solo piden que no los molesten".

Horas más tarde, se confirmó que el Presidente tiene previsto viajar en enero a Beijing y eventualmente reunirse con el presidente Xi Jinping en Rio de Janeiro, si es que la agenda del líder chino se lo permite. Un giro de 180º que todavía el Gobierno no sale a explicar.

Lo que se conoció, en cambio, es una información que reveló Carlos Pagni en La Nación. Según el periodista, Milei le dijo al embajador norteamericano Marc Stanley, que visitó la Casa Rosada acompañado por legisladores de su país, que "debo decirles que una noche visité al embajador de China por la renovación del swap de monedas entre nuestros bancos centrales. Y me lo resolvió al día siguiente. En cambio, desde que llegué al poder estoy esperando la ayuda de los Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional, y hasta ahora no llegó".

Esta cronista pudo preguntar a Manuel Adorni al respecto en la conferencia de prensa. "No me consta ese diálogo", dijo el vocero presidencial. Previsiblemente insistió con que "no hay ningún cambio de postura" en relación a China. Digamos todo: no tiene mucho más que decir.

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