El Gobierno autoriza la exportación de chatarra tras 14 años de prohibición
El ministro Federico Sturzenegger anunció la medida en X, dejando de lado un decreto que era renovada desde la gestión de Cristina Fernández. El gobierno busca fomentar el reciclaje, generar oportunidades para pequeñas empresas y abrir nuevos mercados internacionales
El Gobierno nacional anunció que no renovará los decretos que impedían la exportación de chatarra metálica desde 2009. La medida, comunicada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, busca fomentar el reciclaje, ampliar oportunidades para pequeñas empresas y abrir nuevos mercados internacionales.
La prohibición, establecida inicialmente como una medida transitoria, fue renovada en múltiples ocasiones bajo diferentes administraciones, incluyendo los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández. Según Sturzenegger, estas restricciones habían generado efectos adversos, como desincentivar el reciclaje y limitar el desarrollo de negocios relacionados con la valorización de residuos.
"El presidente Javier Milei ha enfatizado en reiteradas ocasiones que el poder del Estado no debe ser utilizado para redistribuir ingresos de manera arbitraria entre actores del mercado", señaló el ministro a través de su cuenta en X. "Decidimos no renovar los alcances de los decretos 1040/20 y 70/23, que prohibían la exportación de desechos metálicos y no ferrosos", agregó.
Sturzenegger destacó que la prohibición deprimía los precios locales de los desechos, afectando negativamente al reciclaje y limitando las oportunidades económicas para pequeñas empresas. "Recibimos incontables mensajes de empresas cuyos negocios estaban vedados por esta normativa. La eliminación de estas restricciones representa un triunfo de la libertad sobre el lobby", enfatizó.
Los antecedentes de la prohibición
La normativa original, implementada en julio de 2009, surgió con el objetivo de fortalecer la industria siderúrgica local, que utiliza chatarra como insumo para la producción de acero. En su momento, el kirchnerismo argumentó que la medida era necesaria debido a la falta de un abastecimiento fluido de estos materiales en el mercado interno, lo que afectaba la competitividad de las empresas locales.
De esta forma, aseguraban, se buscaba "mejorar no sólo la competitividad de las empresas metalúrgicas sino también la de todas aquellas industrias a lo largo de la cadena de valor que requieren de acero, cobre y/o aluminio para su producción".
"Es por eso que se procedió a continuar con la suspensión de las exportaciones, tanto definitivas para consumo como también con destinación suspensiva temporaria, de desperdicios de hierro, acero, aluminio y cobre que clasifiquen en las respectivas posiciones arancelarias", señalaban los argumentos de ese decreto firmado en febrero de 2023. que renovaba normas en el mismo sentido
Sin embargo, el nuevo enfoque del Gobierno apunta a fomentar la competitividad global y la generación de divisas. "Permitir la exportación de estos materiales representa una oportunidad para que el reciclaje se convierta en un motor de desarrollo económico y una fuente de ingresos en dólares para el país", señalaron fuentes oficiales.
Con esta decisión, se espera incentivar la valorización de residuos y facilitar la inserción de pequeñas y medianas empresas en mercados internacionales. Además, la medida podría tener un impacto positivo en la balanza comercial, al transformar materiales reciclables en productos exportables.
El debate sobre la exportación de chatarra metálica refleja tensiones entre diferentes visiones de desarrollo económico, donde la apertura al mercado internacional se perfila como una estrategia central en la gestión de la administración Milei.
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Ahora, con esta decisión, el Gobierno de Milei busca fomentar la competitividad y la apertura de nuevos mercados internacionales para el reciclado, incentivando la valorización de residuos y generando oportunidades económicas para pequeñas y medianas empresas del sector. Desde el Gobierno se entiende que la medida también podría generar un impacto positivo en la balanza comercial, al permitir que materiales reciclables se conviertan en una fuente de ingresos en dólares para el país.