El "tiro de gracia" de Alfonsín para que finalmente se vaya De la Rúa
Presionado por el peronismo, principalmente de Provincia de Buenos Aires, el poder de Fernando de la Rúa estaba licuado. Buscó respaldo en Alfonsín, y recibió una zancadilla. Se cumplen 20 años de la renuncia.
En las horas más críticas de Fernando de la Rúa, después de que el peronismo rechazara participar de una especie de cogobierno para garantizar la institucionalidad del país, el entonces presidente radical fue víctima del fuego amigo, más bien del entonces senador Raúl Alfonsín.
"Yo renuncié porque recibí una llamada del senador (Carlos) Maestro desde la casa de Alfonsín diciéndome que no veían otra solución que la renuncia", recordó el expresidente en una entrevista que mantuvo en 2016 con Santiago Montiveros.
Agregó en ese entonces que "había una gran presión de empresas, de grandes medios, para licuar sus deudas y por eso querían sacar a un gobierno como el mío que no hacía una devaluación inmediata. Querían poner a un presidente que les diera la devaluación como un regalo".
"Yo no sé quién se aprovechaba más, pero había políticos alentados por empresarios que empujaban de atrás. Algo antipatriótico", relató el expresidente en 2016 .
Además, De la Rúa contó cuál fue su reacción después de aquel llamado telefónico del senador Maestro desde la casa de Alfonsín: "Yo quedé privado de todo apoyo, incluso del radicalismo. Cuando renuncié, consideraba que había hecho todos los esfuerzos y que mi decisión era buena para el país, ante la obstinación de opositores y falta de apoyo de radicales. A Alfonsín le faltó decir 'esto no'".
En sus últimos días en la Casa Rosada, De la Rúa quería garantizar la continuidad de su gobierno, al menos en los institucional. Por ello, ofreció a Alfonsín y al peronismo, encabezado por Eduardo Duhalde, una especie de cogobierno que respetara en lo formal la figura del Presidente: "Rechazaron cualquier solución, nadie quiso aportar nada para enfrentar la crisis y todos empujaban para que el barco se hundiera".
Sin dudas, los episodios previos y posteriores al 20 de diciembre de 2001 no ubicarán a De la Rúa por encima de Alfonsín. Sin embargo, servirán para humanizar al primer presidente que tuvo la democracia después de la dictadura más sangrienta: un dirigente radical que no quedó exento de los vicios de la política.