Por la visita a la prisión de Ezeiza, crece la interna en la LLA
A las declaraciones de la diputada Lourdes Arrieta, se sumó su compañera Rocío Bonacci, que también fue parte del contingente que visitó a Alfredo Astiz y otros condenado por delitos de lesa humanidad.
La polémica por la visita a los represores de la dictadura militar no para de generar más reacciones, fuera y dentro del bloque LLA . A las declaraciones de la diputada Lourdes Arrieta, se sumó su compañera Rocío Bonacci, que también fue parte del contingente que a Alfredo Astiz y otros condenado por delitos de lesa humanidad.
En su versión, muy parecida a la de Arrieta dijo que siente "enojo, decepción y miedo" por lo que sucedió, que apoya la conformación de una comisión que investigue el episodio. Contó que ella entró "en pánico" cuando advirtió a qué personajes iban a visitar, pero que sus colegas se sacaron fotos durante el encuentro con los represores y que uno de los temas de la charla fue la prisión domiciliaria de los condenados. Agregó Arrieta otro detalle anoche en Canal 7, que los represores le dieron al organizador de la visita un proyecto.
Bonaci, en una entrevista con A24, dijo que le llamó la atención que dejaran al grupo entrar con teléfonos celulares al penal. "Si los tenían todos yo también lo iba a tener", explicó, y dijo, sin dar precisiones, que varios de su colegas "se sacaron fotos" durante la visita.
Reiteró que fue el diputado Beltrán Benedit quien convocó a la visita pero que ella supo a quiénes iban a visitar recién cuando la combi en la que viajaron estaba llegando al penal. "Mi compañero leyó un papel con los nombres y yo no sabía qué estaba pasando, porque a mí no me habían dicho que iban a estar esas personas. Ahí entré en pánico. Yo estoy totalmente en contra de relacionarme con genocidas".
Igual que Arrieta, dio por hecho que Martín Menem, estaba al tanto de la visita, al leer un mensaje de WhatsApp de Beltrán Benedit. Allí Benedit le dice que Sharif Menem, director General de Secretaría Privada de la Presidencia, funcionario de mayor confianza del presidente de la Cámara de Diputados, estaba el tanto de la visita y le había pedido la lista de quienes iban a ir.
Bonacci dijo que llegó a escuchar la primera parte de la charla dentro del penal, y que sus pares hablaron con los represores sobre la posibilidad de un proyecto para habilitar las prisiones domiciliarias.
Pero que ella se quedó a un costado, atendiendo otros asuntos con el teléfono. "Me sentí pintada al óleo", contó.
Por otra parte, el escándalo provocado por este hecho no ha sido inocuo para el bloque libertario, cuya interna parece profundizarse.
En la reunión del martes, el jefe de la Cámara baja y el presidente del bloque, Gabriel Bornoroni trataron de ordenar a la tropa. En la cumbre libertaria participó Benedit, pero no emitió palabra. Sí habló Guillermo Montenegro, uno de los apoyos principales del entrerriano para organizar la visita. De la comitiva que fue a Ezeiza también estuvieron Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo.
Sugestivamente en la cumbre oficialista se ausentaron Bonacci y Arrieta, quienes expresaron públicamente que fueron "engañadas" al encuentro con los genocidas condenados por delitos de lesa humanidad.
"Es mentira, todo mentira", dicen en las filas de LLA, en donde la visita al penal de Ezeiza todavía hace estragos. La mayoría de los dirigentes está más enojado con Bonacci y Arrieta por haber salido a hablar que con Beltrán, que organizó el viaje "pero al menos no abrió la boca". Si bien varios manifestaban sentirse indignados por la excursión a Ezeiza, cuando fue el momento de reencontrarse en la reunión de bloque - que se extendió hasta tarde a la noche - ninguno dijo ni pío. Solo Montenegro dio explicaciones: "Fue una visita a un penal", declaró, escueto, y nadie hizo ningún comentario.
Menem está abocado a mitigar el daño, pero cada nueva aparición de alguno de sus diputados le complica la estrategia. Estrategia que, hasta ahora, ya ha cambiado tres veces. Primero, lo negó. Después, cuando ya no se podía ocultar, alegó que era un viaje "personal" y que no tenía nada que ver con el gobierno nacional. Y, ahora, la bajada de línea --que Menem la transmitió a través del jefe de bloque, Gabriel Bornoroni-- es que todo se trataba de una "operación de prensa".
Al mismo tiempo de la reunión libertaria del martes a la noche, los radicales tuvieron su propia cumbre donde se habló de qué hacer ante la visita a Astiz. El dato es que los opositores aliados a LLA están dispuestos a acompañar la iniciativa de UxP de crear una comisión especial para investigar el hecho.
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