Por dónde y cuándo arrancará el desarrollo minero de Mendoza

Se agiliza el proceso para la Declaración de Impacto Ambiental de Malargüe Distrito Minero Occidental

En el Ejecutivo confían en que agosto estará aprobada la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de Malargüe Distrito Minero Occidental (MDMO), cuyo informe está siendo evaluado -al parecer- en tiempo récord. 

Si se aprueba el informe, de inmediato será enviada la DIA a la Legislatura para obtener el aval de ambas cámaras. Por eso, el gobernador ya pidió el respaldo de los legisladores para avanzar en el desarrollo de su plan minero. De conseguir la luz verde de la política, se iniciará el proceso más complejo, buscar inversores.

De los 34 proyectos que están incluidos en MDMO, la mayoría está en manos de sociedades que no cuentan con la espalda económica para iniciar procesos de prospección y exploración por si solas, por lo que necesariamente necesitarán de alguien que ponga los recursos. Eso se da especialmente en el caso de las empresas que concentran muchas propiedades. Por el otro lado, por ejemplo, está el caso de Hanaq, firma china con presencia en el norte del país que sí podría estar en condiciones de avanzar con estudios cuando tenga el aval legislativo.

¿La minería no deja nada?

Será en ese momento cuando la industria mendocina se enfrente al proceso más complejo de la cadena productiva, el de la búsqueda del recursos. La etapa supone mucha inyección de dólares que, en la mayoría de los casos (según las estadísticas mundiales del sector), no tendrán resultados económicamente viables. También estarán los que van a poner dinero y tendrán que esperar para ver el retorno, lo que sería un caso exitoso.

Necesariamente el camino del desarrollo minero es lento, por eso en muchas ocasiones choca con el apuro constante de la política por resultados. Quizás el panorama más acertado que se puede encontrar, respecto a los tiempos que puede tomarle a Mendoza conseguir un yacimiento en producción, es el que registra el Plan Pilares.

Al mirar más detalladamente el documento, y específicamente lo que denominan escenario base, se confirma que hay tener paciencia y no perder el optimismo. En el documento se detallan tiempos posible de desarrollo, los que son más acertados que muchas de las proyecciones que se hacen desde el poder político.

Cuatro proyectos y Potasio Río Colorado

Un dato clave que señala el plan es que en Mendoza existen 4 proyectos con recursos medidos: San Jorge (Cu), Don Sixto (Au), PRC (K) y Sierra Pintada (U). A ellos suma Hierro Indio (Fe) que -según sus propietarios- se encuentra camino a cuantificar recursos.

Para que alguno de los proyectos de MDMO llegue a cuantificar recursos estamos hablando de años de sondajes permanentes. Eso, considerando que muchas de las propiedades pueden tener la limitación que -por ejemplo- tiene Cerro Amarillo, proyecto que sólo puede ser explorado en períodos de buen tiempo por su ubicación en la cordillera.

En el escenario base del Plan Pilares se considera como puntal a Potasio Río Colorado. En el cronograma de desarrollo se lo pone en producción hacia 2027. En ese escenario a PRC se le suman cuatro proyectos sin especificar, pero que no entrarían en la categoría de grandes yacimientos. Hoy no puede ser Don Sixto, porque el proceso para extraer oro está prohibido por la Ley 7.722. Lo mismo para el caso de Sierra Pintada, para la cual se autorizó ácido sulfúrico sólo para su remediación.

Al mirar el gráfico del Plan Pilares, vemos que el proyecto 2 considera una exploración ya iniciada y bastante breve de tan sólo tres años, apuntando a un yacimiento que podría comenzar con los trámites y permisos en 2026. De ahí, pensar en una posible construcción en 2027.

Por dónde y cuándo arrancará el desarrollo minero de Mendoza

Sin embargo, más interesante resulta el escenario posible para el proyecto 3, el cual considera una etapa de exploración ya iniciada, pero que se extendería por lo menos hasta 2029. Es decir, cinco años más. 

Resulta muy posible si tomamos, por ejemplo, un caso como el de Cerro Amarillo, proyecto que el verano del 2024 perforó sus primeros cuatro pozos. Perfectamente puede seguir durante cinco campañas más, considerando que en el área a explorar tienen cinco pórfidos. Incluso, cinco años puede ser un plazo breve e insuficiente, siempre pensando que en el camino se vayan obteniendo buenos resultados y se necesite seguir explorando. De no ser así, y considerando la fuerte inyección de dólares (sin retorno asegurado), siempre es una posibilidad guardar todo en un cajón y buscar en otro lado. Suena duro, pero es así el negocio y las empresas lo saben.

El escenario posible para el proyecto 4 considera un inicio de prospección y exploración en este período (quizás un proyecto de MDMO), pero que estiman sondajes durante por lo menos 7 temporadas, un número bastante cercano a lo que puede tener un proyecto mediano de cobre.

En el escenario posible del proyecto 5, en tanto, se calculan 10 años de exploración, completando así un escenario base con cinco proyectos en producción para el 2038.

Se trata de una cuestión posible que contrasta con los apuros de muchos actores políticos que, tal como dice el mismo Plan Pilares, tienen un conocimiento bajo de la actividad minera, y hacen proyecciones que se alejan de la realidad de la industria. 

De hecho, en el gráfico de Pilares sólo se podría producir potasio antes del 2030. El resto de los proyectos, en el mejor de los casos, podrían comenzar a producir en el inicio de la próxima década.

La posibilidad de que alguno de los proyectos de MDMO ingrese en este escenario posible es incierta y siempre dependerá de los resultados de las exploraciones. Pero de antemano, y como señala Pilares, tiene que quedar muy claro que los procesos de exploración son lentos, aún cuando tengan viento a favor.

Un punto clave, y para nada menor, es que todo esto es un escenario posible y casi ideal, porque siempre está el peso que tiene Mendoza a partir de la inseguridad jurídica que genera la presencia de la Ley 7.722.

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