La construcción, el primer sector que sale del clóset

Sorprendió la dureza de las declaraciones públicas de empresarios y gobernadores en la convención anual de la Cámara de la Construcción. El sector viene con una pérdida de 32%. "Perdido por perdido, fuimos por todo", reconoció un empresario. Qué dijo Alfredo Cornejo.

Silvia Mercado
Periodista NO acreditada en Casa Rosada

Los empresarios de la construcción están acostumbrados a lidiar con los distintos gobiernos argentinos. Necesita llevarse bien con el poder político y busca acomodarse a cada circunstancia, evitando enfrentamientos en público. Lo mismo sucede con los sindicatos del sector. Gerardo Martínez, secretario general de la UOCRA, siempre tuvo sus propias ideas sobre los distintos asuntos que involucran a su gremio, pero, en general, su actitud fue siempre de diálogo.

Pero todo eso pareció romperse en la Convención Anual 2024 que ayer se realizó en la Exposición Rural, lejos de los escenarios más sofisticados del Hotel Alvear o el Sheraton Retiro. Ayer pretendieron dar una imagen de austeridad que se inició al comienzo de la jornada con una mateada en un pabellón contiguo, emulando un inicio de obra.

Todo estaba preparado para desplegar la crítica situación del sector, el peor impactado porque "no hay plata" pero también porque la filosofía libertaria es contraria a todo lo público, la educación, la salud y también la infraestructura. 

Cornejo y la plata de Portezuelo: "Queremos priorizar proyectos que tengan que ver con lo que ya hacemos"

Lo dijo en la apertura el titular de Camarco, Gustavo Weiss: "La situación es gravísima". Las estimaciones del Indec hablan de una caída de 32% abril contra abril.

El secretario de Obras Públicas, el cordobés Luis Giovine buscó mostrarse comprometido con su tarea e informado. Expresidente de la empresa de energía de Córdoba en la gestión de Juan Schiaretti, presentó un prolijo power point para mostrar que al momento de iniciar la gestión había 6600 obras, de las cuales el 40% estaban terminadas o casi, y en tanto el resto tenían contratos de ejecución donde figuran 2700 obras muy pequeñas, que podrían estar en manos de los intendentes o gobernadores.

Luego de seis meses de gestión, decidió priorizar 376 obras (el 15%) y otras 914 pasarán a quedar bajo la órbita de las provincias en convenios con 16 gobernadores que fueron firmando con Nación en las últimas semanas. Hay que reconocer que, por lo menos, puso la cara. Pero tal como demostraron las ponencias posteriores, el horno no estaba para bollos.

Inmediatamente después habló Martínez, le agradeció el informe que había elaborado, pero rápidamente buscó deslegitimarlo, pidiéndole a la audiencia de empresarios grandes, medianos, chicos que estén dispuestos a iniciar "mañana mismo" obras de construcción, se paren para demostrar que están listos. La respuesta fue inmediata. Y mientras lo aplaudían, Giovine decidió irse del recinto.

La construcción, el primer sector que sale del clóset

Nadie podía dudar de cuál fue el estado de ánimo en el evento. No querían más palabras, sino la decisión firme de empezar a trabajar en este sector, el que más desempleo está provocando en el índice.

El Jefe de Gobierno de la Ciudad no le esquivó a las críticas. "Acá las obras no se paran. En CABA continúan, se aceleran y se harán muchas veces" anticipó Jorge Macri mientras presentaba algunas de las 500 obras que tiene planificadas para sus cuatro años de mandato.

Y después le siguió la mesa de los gobernadores, moderados por el extitular de Camarco, Juan Crivelli. Arrancó el santafesino Maximiliano Pullaro, a quien pareció dirigirse Giovine cuando habló del diseño que tiene previsto realizar la Nación para dar infraestructura a la zona portuaria de Rosario. Pero el Gobernador no pareció creerle, porque insistió con las "obras de infraestructura vial que solo puede llevar adelante el Estado".

Le siguió Rogelio Frigerio quien aseguró que "hoy ya nadie discute la importancia que tiene el equilibrio de las cuentas públicas, pero las cosas solo se pondrán a andar con la infraestructura que permite que lo que se produce o fabrique llegue a los puertos".

El entrerriano también se sorprendió por "tener que hablar en defensa de la obra pública, como si hubiera que recordar la importancia que tiene en el desarrollo". Y celebró que "a los gobernadores de la región centro se le haya sumado el gobernador de Mendoza en este evento , la provincia que está en la misma línea de apoyo al trabajo y al mérito".

Alfredo Cornejo fue el que se mostró menos enojado con el gobierno nacional. Destacó la importancia de que finalmente se apruebe en el Congreso la Ley Bases y consideró que "nuestro deber es apoyarlo, y a partir de ahora exigirle resultados".

La construcción, el primer sector que sale del clóset

Abogó por una conversación de calidad entre la Nación y las provincias, postuló que el Estado no puede estar ausente en esa conversación, y que "de ese diálogo surgirán los proyectos que agregarán valor a nuestra economía".

"Solo con equilibrio fiscal no vamos a lograr crecimiento. Claro que es condición sine qua non, pero no es condición suficiente", concluyó.

Finalmente, le tocó el turno a Martín Llaryora. El cordobés no podía creer estar hablando de lo que siempre pareció obvio, como es la centralidad de la obra pública para dinamizar la economía. Dijo que el retraso en Argentina en infraestructura es de 50 años. Y felicitó a los empresarios presentes por "seguir defendiendo sus empresas y el empleo de los argentinos".

El cierre estuvo a cargo de Luis Caputo, quien expresó que "nunca está de más marcar de dónde venimos. Porque siempre está la pregunta de cuándo viene la recuperación. Cuatro años más de kirchnerismo no nos llevaba a Alemania, sino a Venezuela. El contrafáctico es ese".

También prometió una baja de impuestos del 90% e incentivó a los empresarios a adherirse al blanqueo que será aprobado esta semana. Pero quizás, lo más importante, es que aseguró que "estamos en franca recuperación".

No es poco que el ministro de Economía haya asistido a poner la cara. Conoce como pocos las duras críticas del sector y las dificultades que el parate genera en la red de empresas que dan servicio a la construcción, además.

Quizás se asombró de la dureza de las declaraciones, mucho más de lo esperado para este grupo de empresas vinculado estrechamente a la economía real. Nadie hizo de policía "bueno". Todos fueron a la yugular del Gobierno. "Perdido el año por perdido, fuimos por todo", reconoció a Memo, sin ocultar la ironía, uno de empresarios consultados.

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