En claves: qué pasó y cómo leer los resultados en la UNCUYO

Nada salió como se esperaba para unos ni para otros. El oficialismo ganó en votación directa. La oposición recurre al "escritorio" porque perdió por poco, pero perdió al fin. La paridad, las viejas costumbres y la pelea para ver quién cambia menos el sistema universitario.

Algunas claves de primera mano, cuando aun no se digiere del todo el resultado de las elecciones de autoridades en la UNCUYO, realizada este jueves 9 de junio:


Sánchez y Fidel se imponen en la UNCUYO, pero hay reclamo por los votos en blanco

- El primer dato relevante es que se trató de la cuarta elección mediante el uso del voto directo, dejando atrás la elección por voto indirecto, que implicaba un entrecruzamiento de acuerdos de cúpulas e intereses.

- La elección con voto directo no implica un cambio rotundo en las costumbres y tendencias dentro del ecosistema universitario, sino de las democráticas. Es decir, más sectores participan de las negociaciones y se pueden multiplicar las opciones.

- El oficialismo de Interclaustro, con Esther Sánchez y Gabriel Fidel representaban la continuidad de una gestión que encabezaron Daniel Pizzi y Jorge Barón. Se adjudican el triunfo por el 52% de los votos, lo cual implica que no habrá segunda vuelta.

- La oposición de Compromiso Universitario, lista compuesta por diversos sectores del peronismo con Adriana García y Arturo Tascheret a la cabeza, cuestionan ese resultado e insisten en que "no hay fórmula ganadora", porque cuestionan que se cuenten los votos en blanco.

- El hecho encuentra un gemelo, pero al revés, en Ciencias Políticas, en donde la continuidad de la conducción actual fue impedida por una diferencia mínima del 0,10% de los votos y quedaría en manos del kirchnerismo puro, dejando afuera a una alianza radical peronista.

- Mientras el peronismo en todos los casos piden que la elección se resuelva "en el escritorio" y no en las urnas, reclamando que se cuenten los votos en blanco, una resolución dictada un día antes por la Junta Electoral de la UNCUYO que preside Hugo Duch resolvió:

ARTICULO 1: INTERPRETAR -en virtud de las consultas efectuadas por los respectivos apoderados de fórmula- que cuando la normativa electoral refiere al cómputo de votos 'válidos", sólo puede comprender a los así definidos por la Ley Nacional en forma precisa y con clara distinción, y consecuente exclusión, de los votos en "blanco". Éstos no se incluyen a efecto alguno en el cómputo electoral de la presente elección. 

ARTICULO 2: DETERMINAR, en consecuencia, que al momento de realizar el conteo de los votos "válidos" -a los fines de computar la mayoría absoluta exigida por el Estatuto Universitario y a efectos de proclamar ganadora a una fórmula, o de convocar a una segunda vuelta- resulta necesario sumar exclusivamente los votos "válidos" obtenidos por cada una de las fórmulas que compitieron en el proceso electoral.

A nivel de análisis de los sucesos en la elección, puede observarse que:

- La lista alternativa al oficialismo de Compromiso Universitario tuvo más fuerza de la esperada o bien, el oficialismo de Interclaustro, que había encuestado a los votantes meses antes y recolectado un presumible contundente respaldo, se confió en ello y no revisó su gestión durante la pandemia de covid-19, en que la Universidad mostró reacciones diferentes según cada unidad académica, pero en general, generó disconformidades cruzadas.

- A nivel general y conceptualmente, las ofertas electorales en la UNCUYO no representan una opción rupturista o transformadora, sino un verdadero concurso por mantener el status quo. 

- En ese sentido, no hubo un planteo general de "cambio de rumbo" en ninguna de las fórmulas, sino solo un cambio de nombres. La discusión es quien mantiene en pie acuerdos preexistentes entre sectores que en muchos casos están mixturados. Hay facultades en donde no hubo intención de cambiar nada, sino más bien de confirmar rumbos y alianzas, como en Ciencias Económicas, en las que no hubo competencia, por ejemplo.

- En la UNCUYO la vara de análisis sobre su vida política interna no es la misma que para la política territorial, ya que pesa mucho la realidad que vive en el día a día (beneficios, perjuicios, clima de sector, anhelos, frustraciones) de cada uno de los claustros.

- De tal manera, tampoco nadie ha podido conseguir convencer "al otro", sino que se ha representado el "sesgo de confirmación" de lo que cada uno sostiene desde el arranque: cada quien se reforzó a sí mismo y, por lo tanto, en una mirada a vuelo de pájaro, ni la superestructura pudo vencer a los que querían sucederle, ni los alternativos lograron alcanzar el triunfo en primera vuelta que se da con más del 50% de los votos, y por eso piden una segunda vuelta.

- La tensión del resultado habla de una paridad, pero que como ocurre en las elecciones con voto directo, se resuelve muchas veces con un solo voto de diferencia. El que gana, gana; el que pierde, pierde, pero hay diversas instancias de participación de las minorías como el Consejo Superior, los Consejos Directivos o las facultades. Eso lo diferencia de lo que sucede en otros ámbitos de la vida argentina, como los sindicatos en donde quien gana por un voto se queda con todo, sin representación de las minorías.

- De todos modos, la vieja práctica de las negociaciones y acuerdos siguen persistiendo en el imaginario de mucha dirigencia universitaria que prefiere resolver las derrotas en "un escritorio" y no mediante el voto directo, que es la soberanía del elector por sobre los acuerdos dirigenciales que antes mandaban en todos los órdenes de la Universidad.


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