Cayetana Álvarez dura con Boric: "Para gestionar un país se necesita un grado mínimo de madurez"
Cayetana Álvarez de Toledo es una influyente diputada española de origen argentino y que genera impacto en Chile con sus declaraciones.
La diputada del PP español, Cayetana Álvarez de Toledo, desembarcó en Chile en un viaje exprés que la llevó por distintos medios de comunicación y a un seminario. Expuso su visión sobre el proceso constituyente, el resultado del Plebiscito, el gobierno del Presidente Gabriel Boric y el futuro de la derecha en el vecino país.
"El pasado 4 de septiembre los chilenos disteis al mundo una de las lecciones morales y políticas más importantes y conmovedoras de las últimas décadas. Una lección de madurez colectiva, de racionalidad política y de patriotismo cívico. Una lección que sirve no sólo al resto de América Latina, sino también al conjunto de Occidente: de Montreal a México, de Buenos Aires a Barcelona. Lo raro es que algunos chilenos sigan en la inopia", aseguró en su discurso.
"Muchos chilenos -o al menos una parte de las élites políticas chilenas- no son del todo conscientes del significado histórico del 4 de septiembre. Desde luego no es consciente el presidente Boric. He seguido con interés sus reacciones. Decir -como explicación a la impresionante victoria del "Rechazo"- que "tú no puedes ir más rápido que tu pueblo" denota mala fe o una mente política extraviada. Desconectada de la realidad. Y definitivamente mal asesorada", dijo.
La diputada española afirmó que Boric "debería hacerle menos caso al español Pablo Iglesias. Es un hombre que fracasó como vicepresidente. Que no aguantó la presión ni la responsabilidad del cargo. Que prefiere el tuit, la tertulia y la arenga revolucionaria -en definitiva, el toreo de salón- a la tarea sobria, ardua y adulta del gobernante. Es natural. Para gestionar un país hay que tener un grado mínimo de madurez. No comportarse como un adolescente a perpetuidad. Y me temo que a estos dos amigos les falta ese hervor".
"No, los chilenos no son lentos ni van lento. El problema no es la madurez del pueblo, sino la de su presidente. El problema no fue el ritmo del proceso, sino el rumbo. Los chilenos quieren ir en una dirección distinta a la que marca la izquierda. Quieren ir a favor de la convivencia y de la democracia liberal. Hablemos de la convivencia y la democracia liberal".
Según Álvarez de Toledo, "durante unos meses convulsos, por momentos delirantes, Chile dejó de ser un modelo de reconciliación y racionalidad y se convirtió en un escaparate del sectarismo y la frivolidad. Durante unos meses, pareció posible, incluso probable, que Chile fuera a liquidar no sólo su Constitución -que, por cierto, señor Petro, no es la Constitución «de Pinochet», sino la que asumieron como propia y reformaron una sucesión de presidentes socialistas- sino algo todavía más valioso: la voluntad de seguir viviendo juntos en libertad e igualdad".