Biden recibió el apoyo de Sanders tras ser denunciado de acoso sexual
"No tenemos opción; tenemos que juntarnos, juntar a las mentes más brillantes para salir de esto", sostuvo Sanders en una conversación virtual en vivo que difundieron los dos dirigentes en sus redes sociales.
A una semana de abandonar la carrera presidencial, el senador Bernie Sanders apoyó hoy la candidatura de Joe Biden y lo dejó a un paso de ser el rival de Donald Trump en las elecciones de noviembre en Estados Unidos, justo el mismo día que tomó fuerza en los medios una denuncia de abuso sexual contra el ex vicepresidente.
"No tenemos opción; tenemos que juntarnos, juntar a las mentes más brillantes para salir de esto", sostuvo Sanders en una conversación virtual en vivo que difundieron los dos dirigentes en sus redes sociales.
El veterano senador independiente, que durante años criticó muchas posiciones moderadas o de derecha de Biden en el Congreso, no dudó en ser categórico y pedir que "todos lo voten para derrotar al peor presidente de la historia moderna" de Estados Unidos.
"Haré todo lo que pueda para ver que eso suceda," prometió Sanders, ante lo cual Biden le devolvió la gentileza: "Has sido una de las voces más importantes para un Estados Unidos más justo. No se te da el crédito suficiente por ser una de las voces que nos fuerza a mirarnos seriamente en el espejo y preguntarnos si hicimos suficiente."
Además del intercambio de halagos, las dos principales figuras de las internas presidenciales demócratas anunciaron el establecimiento de equipos de trabajo conjuntos para diseñar iniciativas políticas en áreas claves como la economía, la educación, el sistema penal, la inmigración y el cambio climático.
El apoyo público y contundente de Sanders llegó en un momento clave para la campaña de Biden.
Sin rivales aún en carrera, el ex vicepresidente había perdido su principal atractivo para el establishment político, económico y mediático: ser el freno a la aspiración presidencial de Sanders, un declarado socialista democrático, que prometió un sistema de salud público, gratuito y universal, y participación de los trabajadores en los directorios de las empresas, entre otras cuestiones.
Con Sanders fuera de carrera resurgió con fuerza el interrogante de si podría ganarse el apoyo de los votantes más progresistas que piden un cambio profundo y, además, quedó en evidencia su incapacidad para ganar relevancia y protagonismo en medio de la cuestionada gestión de la pandemia de coronavirus por parte de Trump.
Una reciente encuesta publicada por la cadena ABC y el diario The Washington Post sostuvo que al menos el 15% de las personas que votaron por Sanders en las primarias no apoyarán a Biden en la elección de noviembre y votarán por Trump.
A esto se suma la creciente popularidad del presidente en las encuestas, pese a la crisis sanitaria que existe en el país por la pandemia de coronavirus, que ya convirtió a Estados Unidos en el epicentro del brote global, tanto en número de muertos como de infectados.
En este contexto de fuertes críticas a la conducción de Trump, Biden no ha surgido en el debate público como la voz líder de la oposición, ni siquiera como una de las principales.
Su nombre, en cambio, quedó vinculado cada vez más en los últimos días a una denuncia de abuso sexual presentada formalmente el jueves pasado ante la policía de Washington DC.
La denunciante es Tara Reade, una mujer de 56 años que trabajó alrededor de siete meses, entre 1992 y 1993, en el equipo del entonces senador Biden como asistente encargada de gestionar a los pasantes, informó el diario The Washington Post.
El año pasado, cuando Biden finalmente lanzó su campaña a la Presidencia, un grupo de mujeres que trabajó para él lo acusó de acoso sexual y una de ellas fue Reade.
Contó que el entonces senador le había tocado el cuello y los hombros y que la había hecho sentir muy incómoda. Dijo que habló con las personas encargadas de su staff, pero todos lo apañaron.
Biden prometió "no ser tan demostrativo" en el futuro, aunque luego, ya en campaña, hizo chistes sobre el tema. Los medios, en tanto, no profundizaron sobre la noticia y la campaña siguió su camino.
Hace unas semanas, a fines de marzo, Reade volvió a acusar a Biden, pero esta vez sumó un episodio de abuso sexual.
Primero lo denunció en una entrevista con un periodista local y cuando el tema empezó a ganar visibilidad, hizo la denuncia ante la Policía.
En ella, acusó al hoy casi candidato presidencial opositor de atacarla dentro del complejo del Congreso cuando tenía 29 años, de empujarla contra la pared, levantarle la pollera e introducirle los dedos en la vagina.
"No tuve el coraje de decirlo, no me salían las palabras; con el paso del tiempo me sentí más fuerte para contar mi verdad, me di cuenta de que tenía que hacerlo", le dijo al Post en su última entrevista con el medio que, en 2016, en plena campaña presidencial, destapó las denuncias de abuso y acoso sexual de varias mujeres contra el entonces candidato republicano y hoy mandatario Trump.
Estas denuncias fueron el preludio del inicio del movimiento MeToo, que al año siguiente sacudió a Estados Unidos -y se contagió en otras partes del mundo- y desató una ola de denuncias de abusos y acosos sexuales en el mundo de la política, los medios y Hollywood, entre otros.
Por eso, esta vez, la campaña de Biden tomó la denuncia de Reade con más seriedad y la rechazó de manera tajante.
"Biden fue el autor y peleó por la aprobación de la ley de la violencia contra la mujer, cree firmemente que las mujeres tienen el derecho a ser escuchadas con respeto; estas acusaciones también deben ser revisadas seriamente por una prensa independiente; lo que está claro de esta acusación: no es cierta, esto no pasó en lo absoluto", sostuvo en un comunicado la directora de comunicaciones de la campaña, Kate Bedingfield.
Mientras las denuncias contra Trump no afectaron su victoria en 2016, el electorado demócrata tiene un elemento femenino -e incluso, feminista- mucho más importante que el republicano.