Benegas Lynch y el MendoExit: "El sistema federal no puede exprimir a las provincias"
Al decir de Alberdi, "dejamos de ser colonia española para ser colonos de nuestros gobiernos" salvo en lo que va desde la Constitución liberal de 1853 a la revuelta fascista del '30, agudizada notablemente a partir del golpe militar del ‘43", escribió Benegas Lynch (h).
El gurú del liberalismo Alberto Benegas Lynch (h) analizó la mentada intentona mendocina de "independizarse" y comprendió la dimensión del mensaje. En un artículo que publica hoy El Economista, interpretó que esta repercusión del MendoExit no fue explicitado "no para ejecutarlo, pues ello requeriría una reforma constitucional para convertir a nuestro país en una confederación que sustituya la actual federación. Pero esas manifestaciones mendocinas no apuntan a ese objetivo sino más bien a advertir que en un sistema federal el gobierno central no puede exprimir a las provincias y castigarlas según el color político de sus gobernadores. De lo contrario, se retorna a la forma unitaria que tanto dolor causó y causa a los argentinos, una actitud que viola la Carta Magna", señaló.
Al repasar el texto constitucional, Benegas Lynch (h) indicó, además, algunas cuestiones centrales para el debate, que no es sobre independencia o continuidad, sino sobre centralismo o federalismo:
- "Debe tenerse presente que son las provincias las que constituyen la Nación y no el gobierno central. En lugar de encaminarnos al federalismo desde hace décadas se instaura el unitarismo que va de la mano con el estatismo rampante que venimos arrastrando".
- "En verdad, sería de desear que los impuestos nacionales solo fueran para financiar la Justicia federal, la defensa y las relaciones exteriores y todos los demás tributos debieran ser provinciales y municipales en un proceso de competencia donde los incentivos sean en cada jurisdicción atraer inversiones y no favorecer que ciudadanos se muden a otra provincia que ofrece mejores condiciones".
- "Incluso, estrictamente considerada, la coparticipación debiera ser de las provincias al gobierno central y no al revés. Pero muy lejos de ello, resulta que nuestros gobiernos nacionales prefieren operar con la billetera y el látigo al efecto de domesticar a las provincias consideradas díscolas".
Las secesiones
Sobre la intención separatista mendocina, Benegas Lynch (h) indagó en la historia, y, profundamente alberdiano como se identifica, buscó en las raíces del pensamiento constitucional argentino:
- "Respecto a las secesiones, tenemos que tener presente que los argentinos nos separamos de España aunque, al decir de Alberdi, 'dejamos de ser colonia española para ser colonos de nuestros gobiernos' salvo en lo que va desde la Constitución liberal de 1853 a la revuelta fascista del '30, agudizada notablemente a partir del golpe militar del ‘43, una situación lamentable que hasta ahora no hemos podido revertir".
- "También las trece colonias estadounidenses se separaron de las garras de Jorge III y más recientemente Panamá de Colombia, Noruega y Dinamarca del reino de Suecia, Taiwán de China, el afortunado desmembramiento de la Unión Soviética. Así que no se trata de episodios originales".
- "Pero volviendo al caso argentino, estimo que las referidas declaraciones públicas solo deben tomarse como una manifestación de hartazgo por discriminaciones y manotazos del gobierno central en la esperanza de encontrar signos de razonabilidad en los gobernantes que hasta el momento han incrementado el ya muy adiposo gasto público que es financiado con impuestos insoportables, deuda colosal y una expansión monetaria exponencial que a su debido tiempo hará estragos".
- "Todo esto en el contexto de pretendidas intimidaciones contra periodistas, proyectadas reformas judiciales inauditas y forzar el abandono de sonados casos de corrupción en medio de alabanzas al totalitarismo chavista".