Ni liberalismo ni populismo en Argentina: ¿entonces qué?
Una opinión de Enrique Quesada, médico especializado en Salud Pública y Gestión Hospitalaria.
Las crisis sociales y episodios de violencia que ocurren periódicamente en muchos países de Latinoamérica , no son coyunturales ni responden a factores exclusivamente económicos o financieros sino que son estructurales o de modelo y para superarlas hace falta ideas, consensos sociales y partidos políticos capaces de ponerlas en práctica con honestidad y sin urgencias de corto plazo.
Una vez caído el muro de Berlín en 1989, la desarticulación de la URSS debilitó profundamente la antinomia capitalismo/comunismo y pareció inaugurarse una época de absoluto dominio del liberalismo en el mundo . Incluso se verificó que los dos grandes países comunistas (Rusia y China) giraban hacia una forma -para la mayoría de analistas distópica- del capitalismo.
Europa se mantuvo en su proyecto de unificación iniciado en 1957 (CEE) que fue dirigido básicamente desde Alemania con la participación decisiva de Francia , Italia, Países Bajos, Suecia y tardíamente con la incorporación de España , Portugal y Grecia. La filosofía imperante en este modelo fue la social-democracia de Willy Brandt, Miterrand , Olof Palme y Bruno Kreisky bajo el concepto " mercado todo lo posible, Estado solo lo necesario" , que significa que el mercado es la mejor opción para generar riqueza pero el estado es necesario para asegurar una redistribución de la misma que garantice a los ciudadanos el acceso al estado de bienestar, es decir a servicios de educación, salud, justicia y seguridad eficientes y eficaces. Este modelo de producción y distribución dio lugar en la mayoría de países europeos a un estado de bienestar económico y a una clase media amplia y progresivamente educada pero también exigente con las instituciones y la clase dirigente.
Pasados los años, una vez superados los gobiernos abiertamente dictatoriales de los 70 y 80, los países de esta parte del mundo que mantienen las formas de una democracia formal, han fluctuado entre el liberalismo identificado como "la derecha" y el populismo autopercibido como "la izquierda". Ninguno de los dos modelos ha conseguido disminuir la brecha entre ricos y pobres, es decir que la riqueza y el acceso a bienes y servicios esenciales tengan una distribución más justa.
De hecho en Argentina, 40 años de democracia formal con gobiernos de distinto signo pero de predominio peronista en sus variadas expresiones, no han conseguido que desaparezcan las crisis económicas y de representatividad, la inflación crónica, la pobreza , la corrupción o la inseguridad. Al revés, parece que estos males han aumentado.
Por el contrario, la sociedad civil en Argentina ha cambiado en 40 años aumentando su capacidad de resistencia y su creatividad, aun en situaciones adversas. La sociedad de hoy es una sociedad postcapitalista en el sentido que no niega al capitalismo pero lo quiere mas humanizado y capaz dar respuestas innovadoras a los problemas que tienen las personas.
Qué significa capitalismo humanizado?
Volver al pensamiento de Willy Brandt y dejar que el mercado actúe lo más libremente posible para generar riqueza que es lo suyo y modificar el Estado para hacer que concentre toda su energía en las cuestiones básicas que le permitan asegurar la equidad. La mejor imagen para representar este modelo es que solo se puede distribuir riqueza si previamente el mercado ha tenido las condiciones económicas y de seguridad jurídica para crearla.
Los ciudadanos de hoy quieren ser protagonistas, estar en el centro, opinar antes y no después solo para quejarse, y mejorar la democracia para transformarla en un sistema en el que se premie el esfuerzo y el mérito en un marco de solidaridad hacia aquellos que pese a su esfuerzo no pueden alcanzar un bienestar básico.
Dr. Enrique Quesada
Médico especializado en Salud Pública y Gestión Hospitalaria