Massa atropelló a Aracre y ahora todos miran al mendocino que preside el Central
Los rumores generados desde las propias usinas del Gobierno produjeron un efecto paradojal: la renuncia de Antonio Aracre. ¿Cuál es el futuro de Pesce?
Un rumor nunca es una noticia, salvo que quien lo echó a rodar termine confirmando su autoría y revista peso específico: allí deja de ser una versión para convertirse en una noticia potencial, que debe ser confirmada.
Massa, en su peor momento y una valvula de escape: la renuncia de Aracre
Este martes un rumor se volvió noticia y originó un escándalo hacia adentro del Gobierno. Fue cuando un cruce de operaciones en off the record terminó neutralizada con la exposición pública de sus autores.
Todo indica que el ahora exjefe de Asesores del Presidente de la Nación, el exCEO de Syngenta Antonio Aracre, había dicho en secreto y reserva a algunos periodistas que Sergio Massa se iría del Poder Ejecutivo y que él mismo lo reemplazaría.
Massa, que tiene más relación con periodistas y medios que ninguna otra persona en Argentina, parece haberse enterado de inmediato y originado la exposición pública de la operación de Aracre. Conclusión: Aracre, nuevo en la rosca política, renunció en forma indeclinable.
El mar de fondo fue un alza incontenible del precio del dólar blue (o libre), cosa que adjudicaron a Aracre, pero que los expertos cree que fue una situación en paralelo.
Ahora, esos "rumores" a los que no debería dársele mayor entidad en un país normal con un gobierno firme, dan cuenta de una vendetta de Massa contra todo adversario interno que podría llevarse puesto -señala la nueva ola de versiones- al presidente del Banco Central, el mendocino Miguel Ángel Pesce. Pero a Massa le queda poco equipo, tal vez solamente el expanelista televisivo Matías Tombolini.
La pulseada no cesa ni de día ni de noche, como no lo hace la guerra interna del Gobierno, apurado por acomodar los datos económicos antes de que empiece la campaña electoral que los puede hundir en las urnas.
Pesce ha estado señalado en más de una oportunidad, pero nunca cayó. Ahora, la rosca ocupa 100% a todo el Gobierno y como pocas veces antes, la prensa está atenta a los cruces de operaciones dentro de su seno, porque pueden perjudicar a todo un país.