Panic show para la casta: ¿Y si el Pacto de Mayo se firmó en el ballotage?

El retraso en la firma del "Pacto de Mayo" y las demoras en el tratamiento de la "Ley Bases" poco parece importarle al votante de la Libertad Avanza, que sigue respaldando a Javier Milei

Hernán Bitar

El postergado "Pacto de Mayo" y las demoras en el tratamiento de la Ley Bases, poco parece importarle al electorado a la hora de respaldar al Presidente Javier Milei, pese a sus errores y aciertos.

A quiénes seguramente no perdone el votante es a la denominada casta, que parece seguir entrampada en el discurso del "Estado presente y coso" como único argumento para contrarrestar el ajuste (bien entendido) de las cuentas públicas que lleva adelante la administración libertaria.

Pese a la inflación alta, la actividad económica en caída y el latente temor sobre el dólar y la incertidumbre por el cepo cambiario, la clase media aún persiste en la esperanza. Y aunque la esperanza sea la madre de todas las desilusiones, al menos los mantiene vivos.

"Apechugar, hasta que lleguen las buenas"

Poco importa si se trata de una "recuperación en V", si hay "atraso cambiario" o si el presidente juega al rockstar por un día en el mítico Luna Park. El hartazgo aún pesa por sobre los que defendiendo el concepto de Estado presente, no hicieron más que fundirlo.

Tampoco parece importar el "escándalo" diplomático con España. Para los que se quedan en el país, mal que le pese a la progresía socialista, sólo interesa saber si siguen funcionando los consulados y si se encuentra activa la posibilidad de realizar trámites relacionados al pasaporte comunitario europeo.

Sólo se trata de poder seguir tramitando la ciudadanía española por medio de la "Ley de Nietos". Si "Begoña Gómez es una mujer corrupta" o "Milei consume sustancias" no es relevante en un país con hambre de comida y no de diplomacia.

¿O acaso alguien vio un relevamiento de opinión pública en el que la diplomacia ocupe el primer puesto del listado de preocupaciones de los argentinos? Lo visto esta semana, no es más que una sobreactuación del esnobismo cultural argento, puro y duro. También del español, claro.

Lo que sí importa, es ver una rebaja de precios en la góndola del súper o al menos, una relativa estabilidad. También parece interesante, sin ponderar conveniencia o no, la posibilidad de volver a acceder a un crédito hipotecario uva.

La clase media con conciencia de techo propio, mantiene ese anhelo y está cansada de tirar el dinero en un alquiler. De hecho, la clase media argentina es la que mejor entiende los perjuicios de vivir por mucho tiempo de prestado.

A esta altura y contemplando de dónde venimos, parece relevante que los créditos personales que otorgan los bancos, tengan tasas de interés de dos dígitos y a tasas fijas pagables.

Si pasa el sacudón y los salarios logran recuperar algo de poder adquisitivo, seguramente ese capital también sirva para generar inversiones productivas y no sólo pretender vivir de rentas financieras, a lo Carlos Maslatón.

Otro aspecto valorable es la vuelta de la financiación a 9 y 12 cuotas. Aún con intereses en línea con la inflación, la vuelta del crédito a mayores plazos, es una buena noticia para el consumidor promedio, que deja de mirar un poco a Chile o Bolivia y analiza también la opción de comprar bienes durables más caros, pero financiados.

¿Refundar o re-fundir?

Por último y para la caterva de analistas políticos con escasa representatividad popular, cabe preguntar ¿qué hay frente al espacio libertario que conduce los hilos del país?

Con las demoras y pataleos de la oposición en el Congreso durante el tratamiento de la Ley Bases, se profundizó en algunos analistas la idea de que "a Javier Milei se le acaba el tiempo".

¿Medirán con la misma vara el tiempo que llevamos con alta inflación, sin reservas en el BCRA, con alta carga impositiva, endeudados ante cualquier organismo multilateral de crédito existente y el bajo nivel de inversión extranjera directa?

El tiempo es relativo pero esa variable también corre para una oposición raquítica, que sólo ostenta mayoría de bancas bajo nivel de representatividad. Además, ni el peronismo o lo que quede de Juntos por el Cambio, logran construir nuevos liderazgos, discursos y mucho menos proyectos de país.

Incluso, algunos referentes de JxC se camuflaron en el ideario libertario a base de giros copernicanos en la opinión pública y los más pillos, consiguieron cargos en la actual administración.

Pero, para ponerle nombre a las cosas y entender qué hay al frente de Javier Milei, se debe ser consciente de que las opciones se cuentan apenas con los dedos de una mano. A saber: 

¿Volver al gradualismo de Mauricio Macri?

¿Al kirchnerismo fanático del déficit fiscal y la alta inflación?

¿Al radicalismo k de Martín Lousteau?

¿Al caudillismo peronista de los ‘90?

¿Al modelo camporista conurbanizado de Kicillof en Buenos Aires?

Quizás, sea por esto que el "Pacto de Mayo" a los ojos del votante medio ya se haya suscripto en el ballotage de noviembre del 2023, cuando la gente comprendió que "no hay plata" y lugar para el populismo, tampoco.

Esta nota habla de: