El Grupo Wagner designa candidato a presidente en Argentina

Un fuerte análisis con uso fino de la ironía formula en esta columna de opinión el abogado Carlos Varela Álvarez, en torno a la realidad política argentina.

Carlos Varela Álvarez

"Seamos tan terribles que la gente no tenga que serlo." Dantón.[1]

Se han hecho decenas o cientos de análisis y lecturas de la nueva fórmula presidencial de la ahora denominada Unión por la Patria que ha designado a Sergio Massa y su secundón Agustín Rossi.

Haré la que como lector interesado en la política y devenir de este país me corresponde, después de todo valgo igual que todos por suerte; un voto.

Pienso que el Cristina ha tercerizado el kirchnerismo o lo que ella representa en un ejército privado similar al que campea en Rusia a las órdenes del autócrata Vladimir Putin, el Grupo de Mercenarios Wagner que ahora son noticia porque se vuelven contra él y parece que también ahora se desdicen de su maniobra, todo al mismo tiempo.

La fórmula de Wado De Pedro aún a costa de un machirulo como el millonario (¿por meritocracia?) JuanManzur, era una muerte digna del proyecto que se autodenominaba progresista.

Era la apuesta de competir desde las propias convicciones, aunque en el caso del kirchnerismo nunca fueron propias, pero al menos levantó esas banderas durante décadas.

Se ha elegido a quien amenazó con ponerla presa, a quien negocia con el FMI, a quien lidera la inflación más alta de los últimos tiempos y ha llevado a la ruina a millones de personas y el éxodo de otros cientos de argentinos a distintos países.

Estamos regalando a esos países recursos humanos de alto valor; médicos, ingenieros, arquitectos, publicistas, especialistas en marketing, obreros altamente calificados sencillamente gratis a cambio de nada ni siquiera en remesas.

Massa representa el salto en garrocha en todas las posiciones políticas desde sus orígenes de derecha como el pisar todas las variantes peronistas y con la más absoluta impunidad para mentir respecto de sus intenciones (no seré candidato, quiero PASO, etc, etc,).

Aquel país que sancionó al médico Borocotó por cambiarse de bando un día después de haber sido elegido hoy ha naturalizado la política, servida ahora a simples mercenarios dispuestos a todo para llegar al poder y venderse de nuevo.

Su mujer Malena, copia de varias parejas del poder como los Kirchner, los Zamora, los Juárez, los Ortega-Murillo en Nicaragua o los Ceaucescu en Rumania, ha dicho que con su pareja Sergio va hasta el infinito.

Ojalá Casandra se equivoque para evitar mayores tragedias.

La derecha sigue siendo la derecha ahora dividida entre la mesiánica de Milei y la mano dura de Bullrich y asociados, con clones en el desierto mendocino, donde la oferta como diría Bauman, es quien ofrece más armas, miedo y cárceles a la población de corderos.

Sólo hay lobos en las estepas guardando las urnas. Rodriguez Larreta se diferencia porque usa cuchillo, tenedor y mantel en la mesa, y debajo del mismo se agazapan los que vienen con dureza.

Es el país de los optimistas o pesimistas, de la incertidumbre de donde está la verdad, es el centro de oportunidades para hombres como Sergio Massa, con nuevo uniforme, y peinados nuevos y la misma mirada fija en la Casa Rosada, son los que nunca mirarán para arriba ni tendrán otras utopías que las personales y su bronce o nombre de calle.

Es la nueva oferta, esta vez a cargo del ejército privado Wagner, con quien se ha suscrito un contrato de tercerización de poder.

No esperemos nada sólo traiciones, nuevos relatos, porque la clase política hace tiempo que baila un solo ritmo inentendible para la gran mayoría pero simple para ellos; quien tiene poder sólo quiere más poder (Kissinger dixit).



[1] Citado por Simon Schama, "Citizens", Nueva York, Viking, 1989, pag 706-707

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