Un vino para cada canción

Vinos y canciones, la "Columna líquida" de Marcela Muñoz Pan: un maridaje perfecto.

Marcela Muñoz Pan

Mientras escuchamos a Luis Eduardo Aute me tomaría un vino con carácter volátil, blanco muy fresco como un Sauvignon Blanc, con ciertos toques de naranja, pomelo, pimiento verde, melón, maracuyá inspiran a esa inmortalidad que imaginamos sería blanca, puesto que no llevaremos nada puesto encima pero sí las sensaciones como dice Aute "vuelan las alas del agua" para escuchar estas baladas con la profundidad de sus textos duros, pero con la ternura necesaria como su álbum Intemperie

Vamos con lo salvaje y blanco para este domingo y despertar esos latidos que no hablen de blasfemias ni derrotas, que no sea ordinario este día y que las manos triunfantes te sirvas otro blanquito mientras te pones a escuchar la música de Luis Eduardo Aute:

Sin tu latido

Hay algunos que dicen
Que todos los caminos conducen a Roma
Y es verdad porque el mío
Me lleva cada noche al hueco que te nombra
Y le hablo y le suelto
Una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas;
Luego apago tus ojos
Y duermo con tu nombre besando mi boca.

Ay, amor mío,
Qué terriblemente absurdo es estar vivo
Sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido.

Que el final de esta historia,
Enésima autobiografía de un fracaso,
No te sirva de ejemplo,
Hay quien afirma que el amor es un milagro
Que no hay mal que no cure
Pero tampoco bien que le dure cien años;
Eso casi lo salva,
Lo malo son las noches que mojan mi mano.

Aunque todo ya es nada,
No sé por qué te escondes y huyes de mi encuentro.
Por saber de tu vida
No creo que vulnere ningún mandamiento;
Tan terrible es el odio
Que ni te atreves a mostrarme tu desprecio,
Pero no me hagas caso,
Lo que me pasa es que este mundo no lo entiendo.

Albanta


Yo sé que allí,
Allí donde tú dices,
Vuelan las alas del agua
Como palomas de escarcha
Y el mar no es azul
Sino vuelo de tu imaginación
En Albanta.
Que aquí, tú ya lo ves,
Es Albanta al revés...
Yo sé que allí
allí donde tú dices,
No existen hombres que mandan
Porque no existen fantasmas
Y amar es la flor
Más perfecta que crece en tu jardín
En Albanta.
Que aquí, tú ya lo ves,
Es Albanta al revés...

Yo sé que allí,
Allí donde tú dices,
Vuelan las alas del agua
Como palomas de escarcha
Y el mar no es azul
Sino vuelo de tu imaginación
En Albanta.
Que aquí, ya tú lo ves,
Es Albanta al revés...
Yo sé que allí
allí donde tú dices,
No existen hombres que mandan
Porque no existen fantasmas
Y amar es la flor
Más perfecta que crece en tu jardín
En Albanta.

Que aquí, ya tú lo ves,
Es Albanta al revés...


Varias siestas de domingo después del almuerzo familiar mi padre me recitaba de memoria este poema de Alberto Cortés Qué suerte que he tenido de nacer", se sumaba por ahí la voz también recitando lo que seguía de mi hermana mayor y así se iba sumando la tía y la otra tía, mientras un Bonarda sanmartiniano en la copa que tomaba mi padre, también festejaba su existencia. 

Mi padre inspirado en su Bonarda preferido trataba de explicar la vida y la muerte con su notable memoria, yo comencé a comprender desde muy temprano esa dualidad que me dejaba absorta en el patio debajo del parral, y no dudaba en disfrutar que lo tenía, brindando con agua porque era menor para tomar alcohol, creía que sí entendía. 

Cuando ya puede tomar ese Bonarda, estaba sola recordando su voz recitando, los domingos y la suerte que fuera mi padre y me diera la vida.

Qué suerte que he tenido que nacer

Qué suerte he tenido de nacer
Para estrechar la mano de un amigo
Y poder asistir como testigo
Al milagro de cada amanecer

Qué suerte he tenido de nacer
Para tener la opción de la balanza
Sopesar la derrota y la esperanza
Con la gloria y el miedo de caer

Qué suerte he tenido de nacer
Para entender que el honesto y el perverso
Son dueños por igual del universo
Aunque tengan distinto parecer

Qué suerte he tenido de nacer
Para callar cuando habla el que más sabe
Aprender a escuchar, ésa es la clave
Si se tiene intenciones de saber

Qué suerte he tenido de nacer
Y lo digo sin falsos triunfalismos
La victoria total, la de uno mismo
Se concreta en el ser y en el no ser

Qué suerte he tenido de nacer
Para cantarle a la gente y a la rosa
Y al perro y al amor y a cualquier cosa
Que pueda el sentimiento recoger

Qué suerte he tenido de nacer
Para tener acceso a la fortuna
De ser río en lugar de ser laguna
De ser lluvia en lugar de ver llover

Qué suerte he tenido de nacer
Para comer a conciencia la manzana
Sin el miedo ancestral a la sotana
Ni a la venganza final de Lucifer

Pero sé, bien que sé
Que algún día también me moriré
Si ahora vivo contento con mi suerte
Sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte
Cuál será en la agonía mi balance, no lo sé
Nunca estuve en ese trance

Pero sé, bien que sé
Que en mi viaje final escucharé
El ambiguo teñir de las campanas
Saludando mi adiós, y otra mañana
Y otra voz, como yo, con otro acento
Cantará a los cuatro vientos

Qué suerte he tenido de nacer


El domingo va terminando y para embriagarse un poco, nada mejor que un Espumante, para olvidarte, olvidar, olvidarnos en ese bullicio de burbujas como himnos en boca que han pactado la persistencia, y esa ligereza en los espumantes dulces más que nada, efervescentes que parece llegar para quedarse porque son ideales para las celebraciones y también complejos por la infinidad de áreas y variedades con los que se elaboran. 

Pero bueno llegó el final del día y la nostalgia en las metáforas de Los Nocheros, podrían hacer milagroso este domingo. ¡Salud!


No saber de tí (Jorge Rojas)

Nadie me habla de ti, sin embargo, te extraño
No me resigno a olvidarte, aunque pasen los años
Qué será de ti, por donde andarás
A qué distancia te encuentras de mi soledad

Cómo quisiera saber si es que aún me recuerdas
Si has preguntado por mí, si te duele mi ausencia
Qué ha cambiado en ti, y en tu corazón
Cómo ha seguido tu vida después de mi amor

Desde que no estás aquí ya no puedo encontrar
De nuevo el sentido de la libertad
Sin ti no imagino volver a empezar
Quiero saber qué fue de ti

Desde que no estás aquí, solo me habita el dolor
Se me va la vida sin saber de ti amor

En otros brazos un día dejé mi destino
Sin encontrar la manera de echarte al olvido
Fue como intentar detener el mar
Con un puñado de arena, tapar un volcán

Tan grande fue esta pasión que ocupó mis sentidos
Que solo escucho tu voz y te siento conmigo
Que mis ojos son solo para ti
Tu sabor y tu perfume quedaron en mí

Desde que no estás aquí ya no puedo encontrar
De nuevo el sentido de la libertad
Sin ti no imagino volver a empezar
Quiero saber que fue de ti

Desde que no estás aquí, solo me habita el dolor
Se me va la vida sin saber de ti, amor


Entre el cielo y la tierra (Los nocheros)

Yo siento que me provocas
Aunque no quieras hacerlo
Esta grabado en tu boca
A rojo vivo el deseo
Y casi puedo tocarte
Como una fruta madura
Presiento que voy a amarte
Más allá de la locura

Voy a comerte el corazón a besos
A recorrer sin límites tu cuerpo
Y por el suelo nuestra ropa
Suave gota a gota
Voy a emborracharte de pasión
Voy a comerte el corazón a besos
A recorrer sin límites tu cuerpo
Voy a dejar por tus rincones pájaros y flores
Como una semilla de pasión

Ahora te sueltas el pelo
Y así descalza caminas
Voy a morder el anzuelo
Pues quiero lo que imaginas
Cuando se cae tu vestido
Como una flor por el suelo
No existe nada prohibido
Entre la tierra y el cielo

Voy a comerte el corazón a besos
A recorrer sin límites tu cuerpo
Y por el suelo nuestra ropa
Suave gota a gota
Voy a emborracharte de pasión
Voy a comerte el corazón a besos
A recorrer sin límites tu cuerpo
Voy a dejar por tus rincones pájaros y flores
Como una semilla de pasión


Más de Opinión