Un veto equivocado
El dirigente del peronismo sanrafaelino Javier Cofano, exlegislador provincial, analiza el veto presidencial al aumento a los jubilados aprobado por el Congreso.
La nueva ley de ajuste de los haberes jubilatorios no mejora sustancialmente los haberes jubilatorios, pero tampoco es una irresponsabilidad fiscal.
El diálogo de sordos en que se ha convertido la política argentina de los últimos tiempos no ayuda a tener esperanzas.
El proyecto sancionado con los dos tercios de los votos tiene varias ventajas respecto a la situación actual:
Mejora levemente el ingreso de los jubilados con una fórmula totalmente racional y acorde con las disposiciones constitucionales.
Le da seguridad jurídica al mecanismo de ajuste evitando la debilidad jurídica del DNU.
Establece un mecanismo claro y seguro respecto al cálculo de las jubilaciones y a las partidas presupuestarias necesarias para atender este gasto que representa más del 40% del presupuesto público.
Permitiría ir eliminando mecanismos perversos como el bono, que resultan de una disposición totalmente discrecional, inequitativa, incierta y pasible de un reclamo en la justicia por parte de quienes no lo cobran.
Finalmente permitiría restaurar la confianza en los mecanismos de funcionamiento de una REPÚBLICA, la división de poderes y la convivencia política.
Sería importante que además de las reformas económicas y la baja del déficit fiscal el gobierno demuestre que está dispuesto a abandonar el tono beligerante y destemplado con que trata cualquier opinión que no sea la propia.
Sobre todo, cuando se exhiben desde la máxima autoridad cifras desmesuradas sobre el costo que representa esta reforma en términos del PBI, sin mostrar ninguna explicación o calculo que avale esos números.
Ese estilo de conducción intemperante que descalifica e insulta a quien se desvía del credo del líder que nunca se equivoca, es propio de las tiranías y conduce a una división irreconciliable en la sociedad.
Si quien manda cree que todos los demás están equivocados, incluso los representantes del pueblo que votan un proyecto con una mayoría de más de dos tercios, no estamos lejos de pensar que con mucho gusto eliminaría el Congreso.
El veto total es una medida equivocada y que va a seguir demorando la verdadera recuperación y estabilización de la Argentina que debe darse en todos los ámbitos, no sólo en el ámbito de la economía.