Una nueva regla fiscal que podría ser difícil de sostener

Para el 2025 se apunta a un superávit financiero de 0.3% del PBI. El anuncio es positivo, pues busca involucrar a los representantes en la política de consolidación fiscal. Sin embargo, Argentina ya cuenta con otras reglas aprobadas en el pasado que el Congreso ha suspendido todos los años y no hay penalidad por incumplimiento.

Juan Barboza
Gerente de Research Mariva.Economista con experiencia laboral en políticas económicas y educación relacionadas con mercados emergentes, macroeconomía y mercados internacionales de capital. Especialidades: Análisis Macroeconómico.

El Gobierno presentó un proyecto de ley con una regla fiscal que apunta a garantizar el equilibrio del Presupuesto 2025 y posteriores; de acuerdo con la misma, los gastos discrecionales, que no tengan indexación o estén vinculados a recaudación, deberán ajustarse de forma tal que aseguren un resultado financiero buscado. El gasto solo podría aumentar de verificarse un incremento permanente en la recaudación, siempre y cuando, no se decidiese antes reducir deuda o bajar impuestos. Para el 2025 se apunta a un superávit financiero de 0.3% del PBI. El anuncio es positivo, en nuestra opinión, pues busca involucrar a los representantes en la política de consolidación fiscal. Sin embargo, la prueba está en el pudín Argentina que ya cuenta con otras reglas aprobadas en el pasado que el Congreso ha suspendido todos los años y no hay penalidad por incumplimiento; irónicamente, la última ley de reglas fiscal es suspendida en el articulado del proyecto del Presupuesto 2025.

La discusión del presupuesto en el Congreso no será sencilla tras los avatares de la Ley de Ajuste a la movilidad jubilatoria- finalmente vetada por el Presidente- y el proyecto de Financiamiento Educativo prometen un trámite no simple. Tampoco será sencillo mantener el equilibrio presupuestario luego de la eliminación automática del impuesto PAIS a fin de año. Es cierto, el mayor crecimiento de la economía, los recientes cambios al impuesto a los ingresos y una mayor recomposición de tarifas y del impuesto a los combustibles son factores de contrapeso.

El Gobierno fijó un nivel controlado de gasto público para 2025. En efecto, el presupuesto estima un crecimiento de la recaudación impositiva basada en una suba del PBI nominal de aproximadamente solo 25% el año próximo, producto básicamente de una marcada desaceleración de la inflación. Nada nuevo comparado con otros presupuestos, donde el gobierno de turno buscaba contar con discreción para asignar luego un mayor gasto. Quedará para discusión el uso de los recursos excedentes en caso de no verificarse los supuestos económicos de este presupuesto 

El equilibrio fiscal y la política cambiaria son el eje ordenador de la macroeconomía en la visión del gobierno; así espera, por un lado, cubrir el pago de intereses de la deuda pública y reducir el costo del refinanciamiento de los vencimientos ya sea accediendo al mercado con operaciones de corto plazo un Ripo o de mediano plazo emitiendo bonos; y por otro, espera bajar la tasa de inflación y aseguraron superávit de cuenta corriente.

Además, el gobierno refuerza la idea de que no habrá cambios en la política cambiaria de crawling peg y que no habrá déficit en la balanza de pagos. En nuestra opinión, el blend cambiario podría ser eliminado. Hoy,  20% de las exportaciones podrían liquidarse en el mercado de bruchez swap, lo que permite a los exportadores obtener un mejor tipo de cambio. Sin embargo, de consolidarse a la disminución de la brecha cambiaria, este incentivo disminuiría a la par de que el Banco Central mantendría su discreción para intervenir en los mercados de dólar financiero mientras acumula reservas internacionales.

La recuperación de la demanda de dinero permite a las autoridades tomar pasos de bebé en materia de levantamiento de controles cambiarios como la reciente eliminación de montos máximos para operar. Mientras la recuperación de la demanda de dinero no esté claramente consolidada, es muy probable que otros levantamientos de restricciones cambiarias como el dólar cruzado- no se puede operar en el mercado oficial y financiero simultáneamente- o el giro de utilidades, continúen.

Dos elecciones

Sin duda, una victoria del oficialismo en las elecciones de medio término el año próximo podrían habilitar más cambios si la economía está más ordenada: noviembre 2025 parece lejano, pero debemos recordar que el ciclo electoral comienza a mediados del año con el registro de las alianzas y luego las primarias para elegir candidatos. En el corto plazo, el resultado de la elección en Estados Unidos, también podrías haber gravitate habitante. Pero, dado que Argentina hoy es el principal aliado estratégico en la región y que aplica políticas ortodoxas, tendemos a pensar que gane quien gane el gobierno norteamericano, tendrá un voto de favor para Argentina en el directorio del FMI.

Un nuevo acuerdo con el FMI no está contemplado en el presupuesto del año próximo, pero no descartamos que haya novedades. 

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