Un disparo en el corazón fervoroso del sector audiovisual

El sector audiovisual atraviesa horas de ataque y violencia simbólica desde lo discursivo y violencia física en la calle. La manifestación que se realizaba pacíficamente en las puertas del cine Gaumont en CABA, en defensa de nuestro cine y nuestra cultura fue reprimida con gases lacrimógenos y palos por la Policía Federal en coordinación con la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.

De avanzar el desfinanciamiento de recursos del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, sería un golpe funesto al desarrollo de la industria audiovisual Argentina. Ya en el tratamiento de la Ley Ómnibus se podía vislumbrar que el sector cultural, tanto como el científico y la universidad pública serían destino de la nueva batalla por el sentido común que la ultraderecha en el poder pretende dar con argumentos canallas y falaces poniendo a la pobreza y el hambre como contracara de la inversión en producción de conocimiento. "Tantas cosas buenas derrumbándose a la vez" canta el trovador Santiago Barrionuevo.

En Mendoza, esta coyuntura dramática nos encuentra en un momento decrecimiento y avances concretos, poniéndonos en profunda contradicción.

Desde hace años en la provincia se viene construyendo una política cinematográfica consistente que ha sido consensuada entre las agrupaciones del sector, ministerios de producción, educación y cultura, ente de turismo y Pro Mendoza con el objetivo de posicionar a Mendoza como polo de producción audiovisual. Este diálogo entre empresas, realizadores, profesionales, asociaciones, cámaras, municipios, entidades educativas y los organismos públicos provinciales derivó en leyes provinciales que le dan marco a un programa de incentivos que fomenta inversiones concretas para películas a filmarse en nuestra provincia como también el impulso al crecimiento local.

Como novedad, por contar con un marco legal de respaldo, en los últimos dos años se acompañaron proyectos desde el programa Mendoza Activa, considerando el audiovisual como industria a la par de las clásicas de la provincia. Además, se implementó un programa de reintegro del 40% de la inversión realizada en Mendoza para largometrajes. Estos proyectos ya cuentan con una parte mayoritaria de su financiamiento asegurado, en muchos casos por la combinación de aportes privados, plataformas (Amazon Prime, Star +, Netflix) y/o el propio Incaa.

El programa de reintegros (llamado "cash rebate"), es una de las herramientas más modernas y eficientes que utilizan las regiones para posicionarse y atraer rodajes a sus locaciones. Atlanta, Toronto, Madrid y Londres a nivel internacional y la Ciudad de Buenos Aires a nivel nacional son ejemplos del impacto que esta medida tiene a nivel económico y cultural.

Pero lo que es más importante, a mi forma de ver, es que esos largometrajes y series que se filman en la provincia utilizan esos incentivos en escenarios que pueden estar en Las Heras, Godoy Cruz, Capital o Lavalle; en elencos de actores y actrices de acá que están fortaleciendo sus capacidades para la especificidad del cine; choferes de cabify, uber, taxi, transfers y micros; alquiler de equipamiento, comidas, alojamientos y en su mayor medida en equipos técnicos (27 % del total).

Es decir, se invierte en trabajo. Porque el audiovisual no tiene nada que ver con el hambre, es creador de empleos como las demás industrias pujantes de la provincia.

Además, el trabajo de los equipos técnicos es realizado por jóvenes (y no tanto) que se han formado en una actividad que los apasiona, y en la cual realizan un oficio de alta calidad y especificidad. Esto también es posible porque contamos con tres instituciones educativas de gran nivel que abren las puertas al mundo laboral y además generan lo más importante que nos puede pasar: encontrarnos con otros que están en la misma que nosotros. Porque el cine es un hecho colectivo, que se hace siempre en compañía, trabajando juntes para hacer el mismo plano.

Hace muchos años, el Instituto de Cine y la provincia generaron un primer concurso de proyectos para producir largometrajes en Mendoza. De ese impulso por federalizar el cine argentino nacieron dos películas: "Road July " y "Algunos días sin música". En ese momento la posibilidad de filmar una película mendocina parecía imposible pero ese concurso fue un renacer del espíritu monocromo de Film Andes.

Cuando las películas se estrenaron fue sorprendente descubrir un público interesado, activo y con ganas de conocer y ver historias narradas en el propio territorio, con nuestro propio acento.

Llegaron más películas: Bu y bu, La pasión de Verónica Videla, Camping, Parque Central, Las Milagros existen, todas películas invaluables en la construcción de una identidad tan propia como diversa, contando historias humanas con sonoridad local, dándole forma a algo tan complejo y difícil de definir como es la mera idea de un cine mendocino. Acaso agrego a Muere Monstruo Muere y la potente influencia que dejó en su andar y varias series cortas. Todas fueron, de alguna u otra manera, acompañadas por el Instituto de Cine.

Pero no sería posible de continuar este sendero sin una política cultural y cinematográfica nacional de consenso y fomento acorde a los tiempos que nos tocan. Porque somos una industria pujante con productores que asumen un diálogo multisectorial pero también sumamente frágil y reciente. Esta batalla que se le ha librado a la cultura y al cine argentino puede ser un disparo de muerte en el corazón fervoroso de un sector que muy lentamente ha ido encontrando su lugar y su posibilidad de desarrollo en la provincia.

El 15 de febrero se estrenó "Paisaje " en cines de todo el país, siendo una película mendocina de estreno federal. Aún pueden verla en Cine Universidad. El 21 de Marzo se estrena "La Noche Adentro "en 6 salas de la provincia. Si como dice el poeta Viggo Mortensen "ir al cine en Argentina se volvió un acto sociopolítico imprescindible", pues nos vemos en el cine.