Las sangrías: una problemática de historia hídrica
Desvíos de las aguas en las acequias mendocinas, como parte de los temas de históricas agendas públicas, por Matías Edgardo Pascualotto, autor de "Las políticas hídricas y el proceso constitucional de Mendoza".
En las últimas jornadas se han manifestado en distintos medios de difusión local, algunas alertas sobre la problemática de las inundaciones en la zona San Roque, departamento de Maipú, por el potencial desborde de las aguas del Río Mendoza.
¿Se inundan por un error en la Variante Palmira?
Entre las causas del colapso del sistema, y más allá de la discusión sobre el acierto de las obras hidráulicas perpetradas en la zona, se destacó por el funcionario a cargo del área de Vialidad, la realización de "sangrías", que no son otra cosa que desvíos de las aguas ejecutados a efecto de nutrirse del recurso hídrico o liberar los sobrantes de las aguas.
Esta práctica irregular, se encuentra presente en los testimonios de la historia de nuestra ciudad desde las épocas fundacionales, hito que he destacado en anteriores exposiciones.
Históricas "sangraderas"
El término "sangrías" o "sangraderas", utilizado para referirse al desvío arbitrario de las aguas de regadío, modificando su curso, se pierde en la lejanía de los tiempos coloniales, y, llamativamente, tiene su correlato denominativo en las prácticas médicas de la época, mediante la cual se pretendía extirpar los "malos humores" del cuerpo enfermo, tornándolo un concepto doblemente llamativo.
Dicha práctica respecto de las aguas, que se realiza tanto para liberar del líquido a los cultivos de las chacras, como para nutrirse del sistema hídrico de modo "alternativo", dejará plasmadas las huellas de los dolores de cabeza que ocasionaban, en los documentos oficiales.
Esta especie de "by pass" a pala y zapa sobre el sistema de acequias, traerá complicaciones que los cabildantes tendrán como uno de las causas a tener presente para erigir, a pocas décadas de fundada la ciudad, la Alcaldía de Aguas de Mendoza, institución que tendrá, entre sus importantes funciones, la de lidiar con dichos actos ilegales.
Pero más allá de la creación de dicho organismo, se rastrean mucho antes en los archivos de los instrumentos administrativos, la atención por dicha problemática, la cual es suscitada ya desde los primeros años de la configuración del caserío de barro y palo a pique que conformaría nuestra ciudad.
En dicho sentido, resulta interesante lo destacado por el gran Draghi Lucero, cuando referencia, respecto a dichos inconvenientes, los cuales rápidamente se tornarán evidentes, lo siguiente:
"... El líquido fecundante del río Mendoza atrajo la atención oficial en diciembre de 1566, con el objeto de reglamentar el uso y cuidado de los cauces. Pareciera que los mitayos agricultores y yanaconas fueron desplazados lejos de los canales principales y que para regar sus sembradíos tuvieran que improvisar sangraderas."
Como se observa, la fecha no dista más de cinco años de la fundación de la ciudad.
Por otra parte, y como adelantara párrafos atrás, pocas décadas después la preocupación decantaría en la creación de la institución capitular de la Alcaldía, erigida "...para que proveyera la necesaria (agua) a las chacras "a así más para las viñas"...".
A mayor ilustración, cabe reseñar lo que oportunamente consignara en mi trabajo, señalado que:
"dejaban correr el agua (los yanaconas), empantanando los otros cultivos, y quitando el agua a los vecinos y naturales que se surtían de ella aguas abajo... a raíz de ello surgió la disposición del Cabildo de establecer que los cultivos de chacras u otro, se hicieran a lo largo de los cursos de agua existentes".
Tras todo estos íconos históricos, no podemos dejar de destacar el despojo geográfico a nuestras etnia Huarpe Millcayac, por parte de los "padres fundadores" de la ciudad de Mendoza. Ignominias sociales que pronto tendrán, aunque acalladas bajo los velos de la legalidad hispánica, sus problemáticas reales, como la que abordamos.
Réplicas de la historia
Hoy, tras el paso de los siglos, el tema de las "sangrías o sangraderas" a los canales de riego, aunque bajo otras situaciones y dinámica de actores, renuevan su protagonismo mediático.
Las inundaciones de las propiedades que se denuncian en la zona de San Roque, departamento de Maipú, y las presuntas sangrías de las aguas que como contrapartida se alegan entre sus causas, dan lugar a crónicas periodísticas contemporáneas que, cómodamente, podríamos ubicar en situaciones de hace siglos, como pequeñas réplicas de la historia.