Rodolfo Suarez vs Alberto Fernández: ¿somos grandes?

El presidente Alberto Fernández viajó a Chile y no invitó al gobernador de Mendoza. Rodolfo Suarez declaró que se enteró de la visita presidencial al país vecino "cuando ya estaban allá". Somos gente grande transitando una pandemia y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales. ¿Cuál es el plan? ¿Hay algún plan?

La no invitación del Presidente generó "alto" malhumor en los mendocinos porque si hay una provincia que debería estar representada en Chile, es Mendoza. Tenemos empresas interesadas en acortar distancias que se han expandido hacia el país vecino, el túnel que le interesa construir a Chile es el de Las Leñas y no el de Agua Negra, aunque el gobernador Sergio Uñac lo siga peleando. Sobre la obra hay estudios técnicos aprobados y en ésta el intendente de San Rafael, Emir Félix, está interesado. Además tenemos experiencias comunes, discusiones, tratados, comercio, turismo y la integración por los pasos Cristo Redentor y Pehuenche, entre otros.

No es la primera vez ni será la última que quedaremos últimos para repartir, lo que está claro es que no es conveniente seguir el mismo camino si se quiere obtener un resultado diferente. Estamos furiosos, sin embargo las malas experiencias sólo sirven si se aprende. A menos de un mes del inicio de la licitación internacional para Portezuelo del Viento, el Presidente dijo que no quería dar el sí a una obra cuestionada por cuatro provincias y puso en pausa la ansiada obra luego de años de discusiones con La Pampa. Esta obra se va (?) a hacer con el dinero que la Nación le adeuda a los mendocinos por los perjuicios sufridos por la promoción industrial. Moraleja: ese tipo acuerdos en el que interfieren otros intereses, nunca más.

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Por otro lado, el gobernador Rodolfo Suarez "no se enteró" de la visita a Chile hasta que era tarde. Esto es imposible porque fue publicada un día antes en algunos diarios y la bronca había ganado la calle. Lo sabían hasta las "jóvenas" de Axel Kicillof.

Tanto el numerito del Presidente como el del Gobernador sirven para pensar un poco más allá. La clase política argentina está demostrando que ha decidido gestionar la impotencia en lugar de buscar acuerdos.

Cuando se acuerda hay que ceder y se gana menos. Sin embargo, también se pierde menos. Es que vos me das eso... ¡yo te doy esto! Actualmente, tanto el partido que gobierna como la oposición están desgastados y debilitados porque no pueden derrotar al otro, en guerra permanente. Es una aparente contradicción, a la que la dirigencia política argentina le encontró la vuelta para justificarse y zafar.

El kirchnerismo no acepta que Suarez haya ganado las elecciones en Mendoza, en lugar de Anabel Fernández Sagasti, como tampoco digiere a Horacio Rodríguez Larreta en CABA. Entonces les hace la vida imposible. No olvidemos aquel discurso onda CFK en el que dijo "Buenos Aires nos llena de culpa, de verla tan opulenta, tan desigual e injusta".

Suarez se tragó el sapo. ¿Qué podría hacer? Moraleja: escupir el sapo y atacar por otro lado. Él sabe porque es el gobernador y tiene que hacer de gobernador defendiendo los intereses de la provincia, hablar, molestar, insistir, juntar a los empresarios interesados, buscar apoyo, pedir y acordar. No será fácil pero nos la debe. Si la clase política sigue gestionando la impotencia y la justificación como bandera, estamos perdidos.

Con los K no se puede, a Mauricio Macri no le entregó los atributos presidenciales, ¿¡somos grandes!?

Quien piense así no se debe presentar para ocupar un cargo ejecutivo, porque si triunfa tendrá que gobernar con quien le toque, en nombre del pluralismo y la democracia.

"El poder absoluto solo se encuentra en la ensoñación unilateral, de la que no se sigue ninguna consecuencia práctica, o en la imposición que solo genera beneficios hoy pero termina erosionando la convivencia", Daniel Innerarity, filósofo político.